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La justicia laboral necesita un cambio

Jueves, 14 de marzo de 2019 00:00

El fuero del trabajo nació en Salta a comienzos de los años de 1950 por la voluntad del primer peronismo nacional y en un contexto de severas resistencias de las fuerzas conservadoras que, por décadas, controlaron y controlan los resortes del poder y las instituciones salteñas.

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El fuero del trabajo nació en Salta a comienzos de los años de 1950 por la voluntad del primer peronismo nacional y en un contexto de severas resistencias de las fuerzas conservadoras que, por décadas, controlaron y controlan los resortes del poder y las instituciones salteñas.

Aquel impulso de un fuero tutelar, eficaz e innovador fue pronto ralentizándose hasta prácticamente hundirse en las inercias y rutinas de un presente deslucido.

Nuestro Código Procesal Laboral y la Ley Orgánica del Fuero exhiben signos evidentes de atraso, de obsolescencia y de burocracia. Si bien estas normas -sancionadas por la dictadura en 1978-, no son las únicas causantes de la decadencia, tienen un grado de responsabilidad considerable.

Aquellas reglas procesales salteñas están prisioneras de anacrónicos criterios civilistas, además de resultar notoria su inspiración autoritaria y evidentes sus recelos frente a los derechos de los trabajadores, como no podía ser de otro modo dado su origen ideológico y temporal.

Tanto los cauces procesales como las prácticas cotidianas de gestión de las causas laborales requieren de profundas innovaciones; que son normativas, pero que también afectan a la formación de los actores institucionales y a la reingeniería de los micropasos que dan forma al proceso.

Necesitamos cambiar urgentemente la estructura y los resultados de la justicia del trabajo. Terminar con la agobiante morosidad, con la burocratización, con el expediente en papel, con los cursillos formativos de estirpe conservadora que se recrean en una suerte de "patriotismo procesal provinciano" que hace creer -a muchos- que nuestro fuero es casi el mejor del mundo.

Es cierto que, de cuando en cuando, surgen espasmódicos intentos de reforma parcial, centrados todos en el Código Procesal. Y es igualmente cierto que estos intentos pronto son abandonados, cuando sus impulsores caen en el sopor, en el escepticismo o en estériles combates ideológicos.

El acceso a la justicia del trabajo está sembrado de barreras ocultas que impiden que miles y miles de trabajadores encuentre protección a sus derechos. El trabajo en negro, la morosidad, el desconocimiento de muchos trabajadores de sus derechos, la debilidad de los sindicatos locales, los legítimos temores que experimentan obreros y empleados a la hora de plantearse litigar contra su empleador, la expulsión de los empleados públicos no funcionarios (sobre todo en el ámbito municipal) del fuero del trabajo, la escasa cobertura territorial de la Inspección del Trabajo y de los Juzgados del Trabajo, son algunas de las causas que explican que el número de expedientes que ingresan en nuestros tribunales sea anormalmente bajo en términos históricos y comparados con otras jurisdicciones. Pero, tan importante como presentar un diagnostico y debatirlo, es mostrar los caminos por los que deberían transitar los cambios y mejoras.

Ciñéndome al formato de una nota como esta, me limitaré a enunciar los temas o asuntos a reformar en el ámbito del derecho procesal laboral, dejando para otra oportunidad referencias a cambios en la gestión del fuero y de sus componentes:

Incorporación del Código Procesal Laboral y en la Ley Orgánica del Fuero:

a) Proceso monitorio.

b) Procedimientos ejecutivos y especiales.

c) Medidas autosatisfactivas y cautelares innovativas.

d) Principios rectores del derecho procesal laboral, en sintonía con el bloque constitucional, federal y cosmopolita.

e) Reforzamiento del papel del juez como director del proceso.

f) Proceso para conflictos colectivos y acciones de clase.

g) Secretario relator.

h) Procesos de mediación y conciliación e instancia de ordenación del proceso.

i) Competencia laboral para los conflictos en el empleo público no funcionarial.

j) Comisión de calidad en el fuero del trabajo

k) Plan estadístico

l) Programas especiales de formación para jueces, secretarios y auxiliares.

m) Revista del fuero

n) Publicidad de las sentencias relevantes de primera instancia.

o) Revisión de la informatización del fuero con la participación de abogados y expertos.

p) Carrera judicial

q) Inmediata cobertura de vacantes

r) Presupuesto del fuero del trabajo provincial

Respecto de todos y cada uno de estos temas subyacen carencias y deficiencias que sufren tanto quienes concurren a los tribunales buscando satisfacción a sus derechos, como los magistrados, empleados y abogados que actúan en el fuero. El moderno Código Procesal de Santa Fe, recientemente reformado (Ley 13.840/2018 sobre reforma al Código de Procedimiento Laboral -leyes 7.945 y 10.160 ), podría ser -entre otros- fuente de inspiración o reflexión de los expertos salteños. Por supuesto, el mejor modo de iniciar estos arduos caminos es abrir un amplio debate que incluya a expertos, magistrados y actores sociales (sindicatos y cámaras empresa rias).

 

 

 

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