En rigor a la casuística de los accidentes de tránsito que allí se registran, se puede afirmar que la zona es de alto riesgo.
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En rigor a la casuística de los accidentes de tránsito que allí se registran, se puede afirmar que la zona es de alto riesgo.
La ruta nacional 68, pasando Cerrillos, adquiere una peligrosa forma serpenteante que muchos conductores desaprensivos subestiman, hasta que ya es demasiado tarde.
El lugar tiene la particularidad de registrar alta siniestralidad, con el agravante de que los vehículos accidentados siempre terminan destruidos y destruyendo el frente de los vecinos que viven en las cercanías, a la vera de la ruta.
La mayoría de los accidentes que ocurren en la zona resultan fatales por la velocidad que desarrollan los vehículos en una curva y contracurva con muy poca señalización que advierta el peligro.
El punto crítico es la banquina derecha, pasando la primera curva que se encuentra en el sentido norte sur, a unos 300 metros de la urbanización Santa Apolonia, a la salida de Cerrillos. Ese punto es equidistante con otra curva que viene en el sentido contrario y que los conductores que llegan desde el sur abordan a gran velocidad. Trágicamente el resultado es siempre idéntico: los autos terminan estampillados contra los frentes de las viviendas del lugar.
Los vecinos que allí viven tienen un completo registro fotográfico de los accidentes.
Esta situación reiterada llevó a los vecinos a efectuar fuertes reclamos ante Vialidad de la Nación. Desde el organismo enviaron a técnicos que corroboraron el problema y admitieron los peligros del paso. Pese a ello y a las promesas, las soluciones nunca llegaron. "Pedimos una señalización más efectiva y otras medidas para garantizar nuestra vida. Hace unas semanas un vecino murió al intentar cruzar la ruta y cada vez que se produce un choque, este resulta fatal. Es una amenaza permanente para los que tenemos nuestra vivienda en este lugar. Aquí vivimos con un estado total de nervios", expresaron a El Tribuno.