Nadie puede dudar que Sebastián Aciar tiene un ángel especial con los niños y las niñas; que cuando los exalta con sus gritos, con sus saltos extremos, cuando mueve las manos de manera alocada, cuando canta las canciones del endemoniado rock infantil.
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Nadie puede dudar que Sebastián Aciar tiene un ángel especial con los niños y las niñas; que cuando los exalta con sus gritos, con sus saltos extremos, cuando mueve las manos de manera alocada, cuando canta las canciones del endemoniado rock infantil.
Sebastián tiene 39 años y hace un show para los más chiquitos. Un espectáculo de calidad que disfrutan también los padres, algunos abuelos y esas tías que malcrían a sus sobrinos.
Lo que muy poca gente sabe es que este superhéroe que corre, baila y canta, todo a la vez, no es salteño. El chango es tucumano y casi toda su vida trascendió en la ciudad de San Miguel.
Quien sí es salteño es su papá Ramón, quien de joven emigró desde nuestra ciudad para estudiar ingeniería en la Universidad Nacional de Tucumán. Allí conoció a María Angélica Estrada y el impacto fue tan contundente que tuvieron cuatro hijos. Sebastián es el tercero.
Toda su infancia estuvo influenciada por el oficio de enseñar. Su mamá fue docente rural y su papá también enseñaba como profesor. Sus recuerdos se basan en imágenes de sus padres rodeados de estudiantes. La música andaba también dando vueltas irresueltas por esos recuerdos que hoy se pone a redescrubrir como argumento para explicar el trabajo que hace para vivir.
"Yo antes tuve los más variados empleos. Trabajé para Tarjeta Naranja, para el diario Siglo XXI, vendía warrants y hasta llegué a estar en el call center de una empresa innombrable. Debo decir que siempre me sentí como encerrado, como que no estaba en lo mío", dijo muy seriamente.
En Tucumán se recibió de locutor nacional y luego se casó con María Belén Ovejero con quien tiene tres hijos: Juanse (20), Ángeles (17) y Chiara (15).
La historia es así: María Belén recibió la propuesta laboral de Telecom para venir a trabajar en Salta, con sueldo fijo y no lo dudaron.
Eso fue en el año 2007, cuando sus hijos eran muy niños.
Estando en Salta, Sebastián se plantó con la idea firme de armar su propia empresa de animación infantil; especialmente para los cumpleaños.
De hecho ya venía desde Tucumán con una experiencia en espectáculos infantiles, con una batucada. Con Johny Royers que realizaban un show que supo cruzar límites y llegar hasta la ciudad de Rosario de la Frontera. La idea estaba fija.
En Salta comenzó a frecuentar la movida cultural rockera y no tuvo demasiados problemas para hacerse de amigos. Comenzó a frecuentar a los integrantes de Calmaniño, El Barco del Abuelo, Madre Tereso y de otras tantas bandas que supieron brillar hace unos años en los escenarios de nuestra provincia.
Junto a Nahuel Torres y Sebastián Soraire armaron "La Banda de Mister Royers", que fue la primera banda de rock para niños de todo el norte argentino.
Comenzaron con actuaciones en las Escuelas Abiertas y vieron que su concepto definido de animación y espectáculo para niños andaba muy bien. Se sumó luego Beto de La Fuente, de la gloriosa Luca Makonia, y llegaron a tener trascendencia provincial. Lo mejor fue la presentación en la sala Juan Carlos Dávalos, de la Casa de la Cultura, con un lleno total. Luego vino la grabación de un disco en el marco el Rock Salta que salió en 2012.
Luego de ese logro se separaron. Cumplieron algunos compromisos pautados y la banda se diluyó.
Terminó sin rencores y la experiencia fue valiosa, ya que dispuso los cimientos para lo que luego vendría.
Talleres de música y de percusión para niños. La Xangó Batucada, que es un grupo de familias y amigos, son algunos de los proyectos artísticos culturales en donde actualmente trabaja.
El proyecto con la Fundación Vamos a Andar contra el trabajo infantil y el desarrollo de un espectáculo que se integra con artistas independientes son algunas de las ideas que viene llevando a cabo.
Actualmente, de manera individual, está desarrollando el proyecto 11 juegos 11 canciones, con el que hasta los padres bailen y juegan con su propuesta que anda rodando por las instituciones o municipios que lo convocan.
"El laboratorio fue mi familia, fueron mis hijos. Todos los contenidos son primeros testeados por ellos. Ellos son mi inspiración y mi vida. Juanse (el más grande) es el coautor de la Cumbia de la Escuela, una de las canciones preferidas de Juanetes. Entonces cuando me preguntan cómo veo yo mi futuro contesto que me voy saltando alegre en un escenario lleno de niños que en momento determinado serán mis nietos. Yo espero eso de la vida", dijo Sebastián Aciar.
Sobre si alguna vez volverá a su Tucumán sigue siendo una respuesta condicionada. "Mi hija me dice que quiere estudiar teatro en la UNT. Si ella se va yo me voy con ella", dijo.
El fenómeno de los Juanetes atraviesa generaciones
El grupo de rock para niños hace furor desde hace muchos años
Cuando Juanetes salió al escenario del Teatro Provincial y vio toda la grada colmada de niños gritando el nombre de la banda fue evidente la cara de sorpresa mezclada con alegría. Sebastián, junto con Eugenio Escudero, Emiliano Alavie, Alejandro Rodríguez y Diego Maita no podían creer lo que estaban viendo.
Hubo un silencio corto, eterno, y luego arrancó la música.
Fue en las vacaciones de invierno de 2014, en "Cultura da la Nota", un ciclo inclusivo, de esos que ya no volverán. Esa tarde fueron los teloneros de Luis Pescetti y la gloria estuvo de su lado.
Juanetes comenzó en los actos escolares de la escuela Urquiza, repartiendo folletos en las aulas. Arrancó de abajo con un rock de calidad para niños. Actuaron en varias localidades del interior provincial, en el atropellado Aristene Papi, para los organismos de DDHH en la Megacausa Salta-UNSa, en las Ferinoa, en el Centro Cultural Kirchner (CCK), en Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, en el 36§ Tantanakuy Infantil y Juvenil de la ciudad jujeña de Humahuaca, en Tucumán, en tantos teatros y escenarios que ya tienen un reconocimiento entre los salteños.
Grabaron un disco en tres partes. Un Poder Insecto con microcanciones. Una parte de Escuela que va con el día a día de los niños. Y una parte de homenajes a Pescetti y María Elena Walsh.
Juanetes trascendió a una generación de niños que ahora son adolescentes, pero que bailan y las canciones están muy bien cuidadas. Los Juanetes sospechan que van a seguir haciendo travesuras durante mucho tiempo más.
Todos los contenidos de las canciones son estudiados cuidadosamente y son aprobados por todos los integrantes de la banda. Lo mismo sucede con los juegos y las actividades que se proponen.
Para destacar quizás es que la música es de muy buena calidad, el rock es pegadizo y el vestuario siempre es ocurrente. .