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El 50% de los niños con autismo aún sufre discriminación en las escuelas

Advierten sobre la falta de inclusión en la educación media y superior y la necesidad de sumar especialistas en el sistema educativo. 
Domingo, 03 de marzo de 2019 00:43

Hace una década pensar en aulas inclusiva era casi un sueño. Para los niños y niñas con problemas de movilidad, en el habla o en la comunicación social estaban las “escuelas especiales”. Pero las ideas, los esquemas y estructuras cambian, se modifican, se adecuan a las necesidades. Esto fue lo que ocurrió en Salta y también a nivel a nacional e internacional. con legislación que obligó a crear espacios educativos inclusivos. Sin embargo, estiman que el 50 % de los chicos con autismo sufre discriminación. 

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Hace una década pensar en aulas inclusiva era casi un sueño. Para los niños y niñas con problemas de movilidad, en el habla o en la comunicación social estaban las “escuelas especiales”. Pero las ideas, los esquemas y estructuras cambian, se modifican, se adecuan a las necesidades. Esto fue lo que ocurrió en Salta y también a nivel a nacional e internacional. con legislación que obligó a crear espacios educativos inclusivos. Sin embargo, estiman que el 50 % de los chicos con autismo sufre discriminación. 

En 1990 la Declaración Mundial de la Educación de la Unesco, con el fin de universalizar la educación, reconoció la necesidad de suprimir la disparidad educativa particularmente para grupos vulnerables a la discriminación y la exclusión. Así se avanzó en la incorporación al sistema escolar a niños en situación de calle, de comunidades rurales aisladas, minorías étnicas o población con discapacidad. 

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) y su Protocolo Facultativo fueron aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 13 de diciembre de 2006. De esta manera, la CDPD es el primer tratado de derechos humanos del siglo XXI.

El 8 de junio de 2008, el Estado nacional promulgó la Ley 26.378 a través de la cual aprobó la CDPD. Asimismo, en diciembre de 2014, el Congreso de la Nación le confirió jerarquía constitucional a la CDPD con la Ley 27.044. 

El artículo 24 de la CDPD dispone que los Estados parte reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educación, con miras a hacer efectivo este derecho sin discriminación. 

Y es en este punto en el que padres y profesionales especializados en la atención de personas con discapacidad se apoyan y reclaman los derechos para sus hijos y pacientes. 

Pero en la aplicación de estas legislaciones hay deudas y por eso se debe trabajar en la formación de docentes aptos para atender a todos sus alumnos, en las modificaciones necesarias de la estructura de la educación para estas normas se apliquen y en la formación de niños y padres para que comprendan y de esta forma acepten las aulas inclusivas.

Desde Tgd Padres Tea Salta se ofrecerá a los docentes una formación anual, con la presencia de profesionales de nivel nacional, con el objetivo de poder concretar el sueño del aula inclusiva. 

La primera capacitación se ofrecerá el próximo 16 de marzo desde las 9 de la mañana en el 

Centro Cívico Municipal, Paraguay 1240 y estará a cargo del licenciado en Psicología, Matías Cadaveira, director de Casa Abanico. 

Durante un diálogo con El Tribuno, el licenciado en Psicología de la UBA destacó que la propuesta que se ofrecerá en Salta apunta a crear las bases para una educación inclusiva, y en línea con el concepto clave de que todos pueden aprender y que, no porque alguien tenga una característica diferente, se le debe enseñar en un espacio diferente.

Recordó que el artículo 24 de la Convención de Derechos para las personas con Discapacidad habla del derecho a la educación que tienen los chicos con autismo. 

Menos y discriminados

Cadaveira destacó que en la actualidad y gracias a la lucha incansable de los padres, se puede exigir al Estado y a los colegios que garanticen el derecho a la escolaridad y la certificación de sus certificación de sus estudios.También se puede pedir un programa ajustado a los desafíos de cada alumno y objetivos acordes al estilo de cada niño y adolescente. 

“Hoy, la cuestión va cambiando, las escuelas están más abiertas y por otro lado se cuenta con una legislación que obliga. No obstante el recorrido del estudiante con autismo en el secundario y la universidad es menor que en la primaria. En la actualidad el 50 por ciento del alumnado con autismo sufre discriminación en las aulas”, agregó Cadaveira. El especialista y codirector en los consultorios interdisciplinarios TerapéuticaMente, DoroTEA, Eureka y SinFin expresó que a partir de este punto se va a pensar junto a los educadores y los miembros de la familia, en las situaciones que se deben considerar para entender cómo es la educación de estos niños, por su diagnóstico y desde los obstáculos que el sistema educativo suma. “Esta formación tiene puntaje docente, es recomendables para los educadores de todos los niveles y además está abierto a familiares y profesionales de la salud”, agregó. 

Freno en la secundaria

Consultado sobre las razones que llevan a que la inclusión en el secundario y la universidad sean menores, el profesional destacó que tiene que ver con las demoras en la primaria. “Hasta hace muy poco tiempo, los chicos con autismo cursaban la primaria a destiempo y al momento de llegar al secundario, los padres tienen miedo o simplemente los colegios no se animaban a acompañar a estos chicos”, expresó.

Cadaveira explicó que el temor de los padres se debe a que en muchas universidades y secundarios todavía no se permite que una persona con autismo vaya acompañada, o que tenga un tutor para que siga su trayectoria educativa dentro de la institución.

Entre las excusas que el profesional detecta dentro del sistema educativo para demorar el ingreso de estudiantes con Aspenger, está la falta de estructura edilicia y designación de docentes, ya que al haber niños con discapacidad en un aula se reduce el número de alumnos, lo que implica crear más comisiones de un mismo grado y convocar a más docentes. 

Al respeto, Cadaveira destacó que desde el Estado se debe empezar a pensar en convocar a más docentes especiales. “La idea es que el día de mañana las escuelas especiales dejen de existir como instituciones separadas del resto, sino que trabajen en forma conjunta, así el docente de educación especial podrá trabajar codo a codo con el maestro”, expresó el licenciado que agregó que de no ser así, la situación se vuelve bastante compleja, porque la escuela no cuenta con maestros especiales y estos tampoco pueden desaparecer y quedarse sin trabajo. “Pensar que todos los alumnos aprenden de la misma forma es quedarse con un estilo reduccionista que existe desde la época en que se fundaron las escuelas. Antes se pensaba que todos debían ser obreros para servir en el sistema industrial”, expresó. 

Facilitar la comunicación entre las familias de los chicos y las escuelas es una tarea necesaria para que los padres se sientan seguros y logren comunicar las necesidades de su hijos. 

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