Florencia Solís, cuando tenía tan solo 18 años, decidió comprometerse con numerosas causas sociales. Al principio lo hizo a través del voluntariado, donde participó en innumerables organizaciones no gubernamentales. Aunque no todas sus experiencias fueron buenas, siempre eligió quedarse con lo positivo y el aprendizaje que le dejó cada lugar en el que estuvo.
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Florencia Solís, cuando tenía tan solo 18 años, decidió comprometerse con numerosas causas sociales. Al principio lo hizo a través del voluntariado, donde participó en innumerables organizaciones no gubernamentales. Aunque no todas sus experiencias fueron buenas, siempre eligió quedarse con lo positivo y el aprendizaje que le dejó cada lugar en el que estuvo.
Ahora con 23 años, esta joven se animó a poner en marcha un proyecto social y comunitario propio. Junto a Mariana Marín, Emiliano Kiorcheff (jugador de básket de El Tribuno) y Gabriel Bonari (deportista) hicieron una prueba piloto en Villa Los Sauces y pusieron una escuelita de verano de básket, que arrancó el 7 de febrero.
La idea original era que dure la época de vacaciones estudiantil, pero por pedido de los padres y de los chicos decidió extenderlo durante este año. Pero como todo proyecto social, tiene un escollo y es la falta de financiamiento. Los materiales para las actividades son prestados y la merienda que le dan a los chicos sale del bolsillo de los profes.
"Íbamos a terminar esta semana porque los chicos ya arrancan las clases pero las familias nos pidieron que no. Estamos viendo de continuar con la escuelita los miércoles y los sábados pero para eso necesitamos plata. Para los fondos queríamos articular con algún organismo o juntar donaciones. Lo único que necesitamos son las pelotas, los conos y después alimentos para la merienda", comentó Florencia Solís en diálogo con El Tribuno.
La escuelita de básquet, contiene a 35 chicos de cuatro a doce años, en una de las zonas más vulnerables de la ciudad, donde la marginalidad se hace presente en cada esquina. El playón donde dan las clases, se encuentra en la última etapa del barrio, a una cuadra de la orilla del río Arias.
"Por más que el proyecto es mío, el trabajo es totalmente horizontal y trabajamos todos a la par. Yo sin saber nada de deportes, voy a las clases, participo, ayudo a los profes y estoy con las madres. Cuesta la participación de la familia pero de a poco se van acercando y les gusta lo que hacemos. Les damos la entrada en calor, la preparación física y después el entrenamiento. Al terminar, les damos la merienda", contó.
Más que deporte
La idea de impartir básket nació de la inquietud de los vecinos, quienes plantearon la necesidad de realizar una actividad deportiva distinta al fútbol. Realizando un trabajo para una ONG, conoció a Mariana que le propuso dar básket.
El objetivo de esta escuela no es solo acercar el deportes sino también lograr una formación integral de los chicos, por eso también dan talleres de higiene personal, de compañerismo y de motivación.
"Elegimos que sea mixto, para empezar a inculcar de desde niños la igualdad porque ven muchos casos de violencia de género e intrafamiliar en sus casas. Entonces, inculcar desde niños la igualdad es importante. Promovemos el cuidado de la compañera, que las niñas tienen las mismas oportunidades, las mismas habilidades y desde chiquitos se van cuidando", afirmó Florencia.
Mariana, Florencia y Emiliano, los responsables de este proyecto.
Villa Los Sauces es un barrio humilde l y para muchos chicos estos profes son los únicos referentes afectivos y de autoridad que tienen, y es esa relación emotiva que han desarrollado la que les da fuerzas para continuar con el trabajo.
"No les importa el sol, la lluvia siempre están ahí esperándonos. También los vecinos colaboran, por ejemplo cuando empezaron las inscripciones, les di una planilla para que se encarguen de inscribir a los chicos", comentó Florencia. Para la creadora de este proyecto, es importante la visibilización de la tarea que realizan, porque ve en esto una salida para los chicos.
"Hoy el deporte es algo para algunas clases, como que se volvió un derecho para privilegiados y no un derecho del niño. A veces tienen miedo porque no pueden afrontar el costo del material y nos preguntan qué tenemos que llevar. Solo le pedimos que vayan con una botellita de agua y zapatillas", contó la joven.
Joven reconocida
En el 2017, Florencia fue destacada por la Cámara Internacional de Jóvenes y por el Concejo Deliberante por su trabaja humanitario y voluntariado. En 2018 fue relevista de la antorcha olímpica por ser considerada una referente social. Después fue a los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires y trabajó en recursos humanos.
"Si bien es una satisfacción un premio, también es una responsabilidad que te exige seguir haciendo y no colgar el premio en la pared. Estudio trabajo social, estoy en cuarto año y espero recibirme el año que viene. Siempre trabajé con jóvenes, porque veo que necesitan mucha atención", finalizó. Para los que quieran ayudarla, puede comunicarse con ella al mail: florenciasolis95@gmail .com; o al celular: 0387-15684-5198.