Gimnasia y Tiro no sufrió en las últimas fechas la agonía del “moribundo”, aquella que parecía condenar al descenso cuatro fechas antes a Juventud tras la derrota en el Martearena ante San Martín de Formosa; o también a los formoseños, que arrancaron el año con escasos pronósticos a favor. Ambos revivieron y para ellos jugar este inédito triangular por el descenso es una nueva oportunidad que les presenta la vida para pelearla hasta el final.
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Gimnasia y Tiro no sufrió en las últimas fechas la agonía del “moribundo”, aquella que parecía condenar al descenso cuatro fechas antes a Juventud tras la derrota en el Martearena ante San Martín de Formosa; o también a los formoseños, que arrancaron el año con escasos pronósticos a favor. Ambos revivieron y para ellos jugar este inédito triangular por el descenso es una nueva oportunidad que les presenta la vida para pelearla hasta el final.
Muy distinto es el caso del albo, que parecía salvado absolutamente de todo en la primera rueda de partidos de la reválida del Federal A. Solo debía obtener 2 puntos de los últimos 12 en juego para mantener la categoría, para no quedar enmarañado como tercero afectado en el escándalo nacional de Roca e Independiente de Neuquén, e incluso para mandar al Regional Amateur al santo en la última fecha y a los formoseños.
El equipo de Daniel Ramasco se relajó demasiado, se durmió y quedó atrapado en uno de los peores momentos deportivos de su historia, con un DT al que en el clásico con Juventud se lo vio abatido y desorientado, como a sus jugadores. El mazazo fue grande, y en este “otro torneo” donde solo uno se salvará y dos marcharán al Regional, y donde el factor anímico juega muchísimo, se palpa la sensación de que el albo llega a este triangular con menos confianza y fortaleza que sus oponentes.
Habrá que ver si los juveniles Joaquín Mateo y Juan Pablo Pereyra, quienes bastante tuvieron que ver en que el albo haya puesto en un arco a Juventud en el sprint final del clásico, contribuirán a cambiarle la cara al equipo y a levantarle la moral a un grupo al que los gritos de sus referentes parecen no haberles sido suficiente para levantarse, al menos hasta la última derrota.
Joaquín Iturrieta volvería el miércoles ante San Martín de Formosa en Córdoba y reemplazaría a Matías Macoritto; Mateo relevaría a Morete y Pereyra a Riera. ¿Los cambios le darán otro semblante a un equipo que se mostró muy golpeado en su última versión?