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La primera agua mineral envasada en Argentina

En 1905, la firma a cargo de la comercialización promocionaba el producto en Buenos Aires y vendía medio millón de botellas al año.
Sabado, 09 de marzo de 2019 00:44

El agua mineral de características termales Palau es la primera de su tipo embotellada y comercializada en la Argentina, lo que convierte a este producto en un verdadero patrimonio histórico de los salteños.

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El agua mineral de características termales Palau es la primera de su tipo embotellada y comercializada en la Argentina, lo que convierte a este producto en un verdadero patrimonio histórico de los salteños.

En el Archivo de la Municipalidad de Rosario de la Frontera existen documentos que certifican que en 1905 la compañía pagaba impuestos por el envío de sus productos por tren para su comercialización en Buenos Aires.

Sin embargo, de acuerdo con testimonios recopilados por historiadores de la zona, ya en 1896 el balneario de Rosario, que dio luego origen al Hotel Termas, recibía a los turistas con una copita de este tipo de agua. Cabe recordar que otro de los emprendimientos pioneros en el rubro como Villavicencio, de Mendoza, nació en 1903 y no es termal.

El éxito del producto Palau fue de tal magnitud que en 1918 se vendía medio millón de botellas de agua Palau por año en el país, y su publicidad se lucía en los zonas más "paquetas" de la Capital Federal.

Documentos fotográficos de la época dan fe de ello. Uno de estos materiales muestra un importante cartel de la marca en el lugar donde 18 años después se levantaría el Obelisco.

Otra agua que se embotelló en las primeras décadas del siglo XX en las termas fue la Fuente Gemes, comercializada por Phillips en Buenos Aires.

En 1919 se construyó una moderna planta de envasado de agua Palau, mientras que la multinacional Tornquist habilitó una pista de aterrizaje internacional en la localidad donde actualmente se encuentra el dique de Rosario de la Frontera.

El escritor Carlos Jesús Maita, ganador del Gran Premio de Investigación Histórica Palau en 2007, aseguró hace algunos años que ésta es la primera agua mineral hipertermal que se embotelló en el país. La primera concesionaria -agregó- fue una empresa paraguaya, luego hubo una de Chile, mientras que hoy lo es la firma Plumada. Luego señaló, que el agua Palau comenzó a concesionarse a terceros en 1972, cuando por ley se dividió de la explotación del Hotel Termas.

El historiador rosarino publicó una decena de libros y obtuvo galardones nacionales e internacionales por su obra.

Las aguas termales

Con motivo de llevarse a cabo en 1870 una exposición nacional en Córdoba sobre los atractivos de las provincias del interior, la Comisión Provincial de Salta encargó a Federico Stuart y Francisco Host dos estudios sobre los recursos de Salta. Ambos mencionaron en sus trabajos a las aguas termales de Rosario de la Frontera, aunque aclararon que hasta ese momento no habían sido analizadas.

En 1875, Alejandro F. Cornejo remitió muestras de las aguas a la Comisión Provincial para la Exposición de Filadelfia.

Dichos antecedentes demuestran -lo que no disminuye de ninguna manera sus méritos- que el doctor Antonio Palau no descubrió las aguas, sino que fue quien supo apreciarlas científica, medicinal y comercialmente, desde que las conoció en 1878.

Fue él quien, dos años después, con espíritu emprendedor y contando entonces con las ventajas del ferrocarril recién llegado a la zona, organizó la explotación del recurso. Diez años más tarde, el químico Federico Schikendantz, por encargo del Gobierno nacional, analizó por primera vez las aguas de Rosario.

Un artículo publicado en los Anales del Círculo Médico Argentino en 1890 dio cuenta de los excelentes resultados terapéuticos obtenidos en la temporada 1888.

 

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