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Consumidores desprotegidos y sin salida

Lunes, 01 de abril de 2019 08:39

La crisis que atraviesa el país alcanza a casi todos los sectores. Los más golpeados, quizás sean los trabajadores y las pymes. Frente a una caída del consumo que parece no tener fin, surgen las especulaciones. Nadie, obviamente, quiere perder. Es así que en la cadena de comercialización, la baja de las ventas intenta suplirse con una suba de precios que posibilite al menos mantener la facturación. En ese círculo vicioso las consecuencias recaen de lleno en la maltrecha economía del consumidor final. En este último eslabón la cuerda ya se ha tensado demasiado y los márgenes de soportar nuevas subas son ínfimos, para algunos, imposibles para otros. Como consecuencia se desploma aún más el consumo. En marzo, las ventas minoristas se hundieron 13,2%, una nueva señal del deterioro de la economía formal. Cualquier mejora de ingresos se licúa casi automáticamente. Las expectativas “no de los mercados”, vale aclarar, sino del ciudadano de a pie se encuentra atada a un sinnúmero de factores: dólar, especulación financiera, política, falta de previsibilidad, precio del petróleo, caída del consumo, presiones internacionales, pujas internas, entre otros “ítems” que tornan la vida cotidiana en una verdadero infierno difícil de sobrellevar. 
 

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La crisis que atraviesa el país alcanza a casi todos los sectores. Los más golpeados, quizás sean los trabajadores y las pymes. Frente a una caída del consumo que parece no tener fin, surgen las especulaciones. Nadie, obviamente, quiere perder. Es así que en la cadena de comercialización, la baja de las ventas intenta suplirse con una suba de precios que posibilite al menos mantener la facturación. En ese círculo vicioso las consecuencias recaen de lleno en la maltrecha economía del consumidor final. En este último eslabón la cuerda ya se ha tensado demasiado y los márgenes de soportar nuevas subas son ínfimos, para algunos, imposibles para otros. Como consecuencia se desploma aún más el consumo. En marzo, las ventas minoristas se hundieron 13,2%, una nueva señal del deterioro de la economía formal. Cualquier mejora de ingresos se licúa casi automáticamente. Las expectativas “no de los mercados”, vale aclarar, sino del ciudadano de a pie se encuentra atada a un sinnúmero de factores: dólar, especulación financiera, política, falta de previsibilidad, precio del petróleo, caída del consumo, presiones internacionales, pujas internas, entre otros “ítems” que tornan la vida cotidiana en una verdadero infierno difícil de sobrellevar. 
 

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