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Controlaron el fuego en Notre Dame y aseguran que la estructura "está a salvo"

Después de seis horas de gran despliegue, los bomberos pudieron controlar el fuego aunque siguen trabajando. Las primeras versiones hablan de una gran destrucción dentro de la iglesia y que la estructura “está a salvo”.
Lunes, 15 de abril de 2019 21:21

Era el final de un día despejado, la hora en que los parisienses regresaban a casa tras la jornada laboral o se agolpaban en los cafés, y los turistas disfrutaban de la primavera de París, cuando estalló un incendio que quedará grabado en la historia gloriosa y trágica de esta ciudad.

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Era el final de un día despejado, la hora en que los parisienses regresaban a casa tras la jornada laboral o se agolpaban en los cafés, y los turistas disfrutaban de la primavera de París, cuando estalló un incendio que quedará grabado en la historia gloriosa y trágica de esta ciudad.

El fuego devastó la catedral de Notre Dame, símbolo de la capital francesa, Patrimonio Mundial de la Unesco y uno de los monumentos más visitados del mundo. La aguja y el techo se hundieron. Llegó a temerse un desastre total, pero luego de seis horas de una intensa tarea los bomberos pudieron controlar el fuego y aseguraron que la estructura y las torres estaban a salvo. Nuestra Señora de París había sobrevivido a la destrucción, pero reparar los destrozos puede llevar años.

Cerca de la medianoche de París, cuando el fuego estaba controlado, el presidente francés, Emmanuel Macron, acudió por segunda vez ayer al pie de la catedral, y declaró: “Se ha evitado lo peor, aunque la batalla no se ha ganado del todo”. “Gracias a la valentía [de los bomberos] se han salvado las torres y la fachada”, añadió, antes de anunciar una colecta nacional e internacional para la reconstrucción: “Reconstruiremos Notre Dame, porque es lo que los franceses esperan, lo que nuestra historia merece, nuestro destino profundo”.

El incendio se declaró hacia las 18.50. Su origen se encuentra en las obras de renovación que se realizaban en el viejo templo, según las primeras informaciones oficiales. Los turistas de la zona fueron desalojados. Los obreros que trabajan en la restauración del edificio no se hallaban en aquel momento. La Fiscalía de París ha abierto una investigación por destrucción involuntaria por incendio.

La ausencia de víctimas mortales —solo un bombero sufrió heridas graves en las operaciones de rescate— es la única buena noticia de la noche de fuego y cenizas en la isla de la Cité, en el Sena, en el corazón de la capital, el lugar al que ningún visitante puede dejar de acudir, punto de encuentro entre las dos riberas de París, kilómetro cero de Francia, epicentro de una urbe vibrante golpeada en años recientes por atentados sangrientos, pero nunca por una destrucción del patrimonio que puede recordar a los incendios de los teatros del Liceo en Barcelona en 1994 y La Fenice en Venecia dos años después.

Cuando la aguja y el techo de Notre Dame se derrumbaron, cerca de una hora después de que saltasen las primeras llamas y del tejado saliese una humareda visible desde buena parte de la ciudad, lo que se hundió fue más que una vieja iglesia gótica. Construida entre los siglos XII y XIV, emblema del catolicismo francés y atracción turística que recibe unos 13 millones de visitantes anuales, en sus naves se resumía una parte de la historia de París y Francia.

  Foto: AFP

Era lo más arcaico que quedaba hecho cenizas y, a la vez, ante las miradas de todo el planeta, que seguía segundo a segundo el incendio como un espectáculo siniestro en tiempo real. Una versión actualizada y, por fortuna, sin la devastación humana de los ataques terroristas de 2001 en Nueva York. Unos 400 bomberos participaron en las tareas de extinción. La isla de la Cité fue parcialmente evacuada.

  Foto: AFP

El fuego todavía no estaba apagado cuando se escucharon los primeros llamamientos para la reconstrucción se evocaba la destrucción —esta bajo el fuego y las bombas— de otra gran catedral francesa: la de Reims, al principio de la I Guerra Mundial. Su reedificación fue una gran causa nacional en el periodo de entreguerras, porque era un símbolo bélico, patriótico y religioso. El de Notre Dame es un símbolo de la irradiación global de París y también de un país que, pese a laicidad que es una parte constitutiva de la identidad nacional, sigue teniendo en su menguante catolicismo un fundamento de su identidad cultural. Fue bajo el reino de Luis VII, en 1163, que se puso la primera piedra de Norte Dame.

Notre Dame, que es propiedad del Estado francés, trascendió hace tiempo su carácter religioso. Hoy es un icono de la cultura popular, inseparable del perfil urbano de la capital, el skyline, si esta palabra inglesa pudiese aplicarse a esta ciudad casi sin rascacielos ni edificios modernos. La reconstrucción empieza hoy, y la asignación de responsabilidades, también.

Al caer la noche, el fuego todavía iluminaba el edificio. El 15 de abril de 2019, un imborrable lunes de fuego y ceniza en el corazón de París y de Europa. (Fuente: El País)

 

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