¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

En Roma, el Papa pidió por "las cruces en el mundo"

Al presidir el viacrucis, abogó por los hambrientos de pan y amor, y los inmigrantes.
Sabado, 20 de abril de 2019 00:04

El papa Francisco encabezó ayer su séptimo viacrucis como Pontífice frente al Coliseo romano, donde fue recibido por la alcaldesa local Virginia Reggi y una multitud de más de 20.000 personas.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El papa Francisco encabezó ayer su séptimo viacrucis como Pontífice frente al Coliseo romano, donde fue recibido por la alcaldesa local Virginia Reggi y una multitud de más de 20.000 personas.

El líder católico dejó un mensaje por los inmigrantes, los "hambrientos de pan y amor" y por la Tierra, al enumerar una serie de "cruces en el mundo".

"Ayúdanos a ver en tu cruz todas las cruces del mundo", dijo Francisco al celebrar la tradicional ceremonia de Viernes Santo y antes de enumerar una serie de situaciones por las que pidió.

Bergoglio incluyó a "las personas hambrientas de pan y amor"; a "las personas solas y abandonadas incluso por sus propios hijos y parientes", y a las (personas) "sedientas de justicia y de paz".

Uno de los ejes de su pontificado estuvo presente y reclamó entonces también por "los inmigrantes que encuentran las puertas cerradas a causa del miedo y de corazones blindados por los cálculos políticos".

En un año en que el Vaticano tomó la inclusión de la mujer como eje, las meditaciones para el viacrucis fueron escritas por la monja italiana Eugenia Bonetti, que centró su trabajo en la denuncia de la trata de personas y la condena especial a la prostitución.

"Pensemos en los niños de diversas partes del mundo que no pueden ir a la escuela y que, en cambio, son explotados en las minas, en los campos, en la pesca; vendidos y comprados por traficantes de carne humana, para trasplantes de órganos; abusados y explotados en nuestras calles por muchos, incluidos los cristianos, que han perdido el sentido de la sacralidad propia y de los demás", reclama en esa línea en la sexta de las 14 estaciones en las que se dividió la celebración.

"Como una menor de edad de cuerpo diminuto, encontrada una noche en Roma, a la que hombres en automóviles lujosos hacían fila para aprovecharse de ella", denunció en el texto, luego.

Francisco inició el Viernes Santo en la basílica de San Pedro, donde, postrado dos minutos en silencio en el piso, dio el primer paso para la celebración de la denominada "celebración del señor", que se caracteriza porque el Papa no predica sino que se limita a escuchar la homilía del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, un capuchino de 84 años que también lo guía en sus ejercicios espirituales anuales.

Cantalamessa afirmó en su homilía que "la Iglesia ha recibido el mandato de su fundador de ponerse de la parte de los pobres y los débiles, de ser la voz de quien no tiene voz y, gracias a Dios, es lo que hace, sobre todo en su pastor supremo".

Dedicado a prostitutas

El papa Francisco asistió ayer al viacrucis en el Coliseo, acompañado por el texto militante de una religiosa de 80 años dedicado a las esclavas modernas, incluidas las prostitutas, en las carreteras de Italia.

El viacrucis revive en la tradición cristiana el calvario de Jesús, desde su condena a muerte a su crucifixión, su muerte y sepultura.

Este año el Papa eligió para las "meditaciones" del Viernes Santo a la religiosa Eugenia Bonetti, una italiana que durante mucho tiempo misionó en África y que desde hace 20 años se dedica en Italia a asistir a las víctimas de la esclavitud.

Bonetti puso en adelante a los "nuevos crucificados de la historia". En primer lugar las esclavas sexuales "utilizadas" pero "condenadas por una sociedad que rechaza ver este tipo de explotación".

Su texto crudo y directo fue leído mientras se cargaba una larga cruz gris en el fondo del Coliseo de Roma, luego en el exterior de este lugar emblemático de las persecuciones contra los cristianos durante el imperio romano.

La religiosa enumeró los destinos de jóvenes mujeres, como el de una "menor, encontrada una noche en Roma, que hombres a bordo de coches lujosos, explotaban por turno. Y sin embargo, podría tener la edad de sus hijas".

“Duele tanta oscuridad en el plano social”, cuestionó Ojea

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina objetó las condiciones de trabajo.

El viacrucis por avenida de Mayo, en Buenos Aires. Gentileza: Diario Popular

La Iglesia advirtió ayer sobre “las condiciones de trabajo tan injustas que vivimos, tan lejanas en algunos casos a la dignidad de las personas” y graficó: “Nos duele tanta oscuridad en el plano social”, en un mensaje en la Semana Santa. El mensaje fue difundido por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro. Por la noche se realizó el viacrucis por las avenidas céntricas de Buenos Aires.

“Nos duele tanta oscuridad en el plano social, tanto sombra, y sin embargo Cristo resucitó y esto quiere decir: ‘Te cambio el corazón y apuesto por vos, sigo creyendo en vos’”, expresó.

Además dijo: “Nos vamos sosteniendo mutuamente en la esperanza. Tenemos que mirar con admiración la de los más pobres que se levantan todos los días para ganar el pan con el sudor de su frente y también con el sudor del corazón si pensamos en las condiciones de trabajo tan injustas que vivimos, tan lejanas en algunos casos a la dignidad de las personas”.

Monseñor Ojea, en representación de todos los obispos argentinos, pidió a la feligresía que pueda vivir “intensamente en nuestros corazones la alegría y la paz que nos trae la resurrección”.

Adelantándose a la celebración de Pascua, agregó: “Ha resucitado Cristo en nuestra esperanza. Él es la más hermosa juventud del mundo. Todo lo que toca lo hace joven, lo renueva, lo llena de vida. Él vive y nos quiere vivos”. Con estas palabras comienza el Santo Padre esa hermosísima carta sobre el Sínodo de la Juventud, Cristo Vive. ¿Cuánto necesitamos de la esperanza de esta Pascua?”.

“Pidamos con humildad para todos la virtud de la esperanza que tanto necesitamos para vivir y a la que nos alienta tanto la mirada de un niño”, destacó el obispo Ojea, y completó: “A nosotros nos sostiene en la esperanza la resurrección de Jesús porque los cristianos no somos vendedores de fantasía; somos testigos de esperanza y con esta nueva luz, con esta nueva fuerza, le pedimos al Señor con humildad poder transformar este mundo que nos toca vivir y hacerlo más justo, más fraterno, más humano y cristiano”.

Temas de la nota

PUBLICIDAD