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La quita de retenciones trae alivio, pero pesa la inflación

Bodegueros ven con buenos ojos la medida que dispuso el Gobierno nacional para las pymes que logren hacer crecer las exportaciones.
Lunes, 29 de abril de 2019 02:20

Las nuevas medidas económicas y sociales que presentó el Gobierno nacional, con las que apunta a dar "un alivio" al bolsillo de los ciudadanos y a los sectores productivos, despertaron cierta expectativa en algunos sectores.

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Las nuevas medidas económicas y sociales que presentó el Gobierno nacional, con las que apunta a dar "un alivio" al bolsillo de los ciudadanos y a los sectores productivos, despertaron cierta expectativa en algunos sectores.

Entre las medidas que se tomaron para las pequeñas y medianas empresas (pymes), se anunció la eliminación de derechos de exportación (retenciones) para todas aquellas empresas que exporten por encima de su promedio de exportaciones del año pasado.

Esta propuesta fue sugerida por la Corporación Vitivinícola Argentina al presidente Macri en la Mesa de Competitividad Vitivinícola, realizada en septiembre pasado en Mendoza.

El Tribuno se comunicó con Osvaldo Domingo, dirigente de Bodegas de Salta y uno de los dueños de la bodega familiar Domingo Molina, quien expresó que toda quita de impuesto es una buena decisión, ya que es una medida que va a apoyar a todas las actividades productivas de las pymes.

"El problema grave que tiene la vitivinicultura es que es una actividad de largo plazo y cuando aumentan los impuestos repercute en el precio final. Si este aumentó se traslada al consumidor del extranjero, este opta por consumir vinos de otros países. En los países que tienen una economía estable, sin inflación, el vino no tiene variación de precios a diferencia de lo que ocurre con los comodities. Si en el mercado internacional aumentás de precio el cliente compra otros vinos", explicó.

En esta actividad el empresario es el que tiene que asumir el costo que producen los cambios de reglas que proponen los distintos gobiernos.

"La política hacia el sector vitivinícola debería ser distinta a las que se adoptan para otras actividades productivas, ya que la vitivinicultura tiene muchos pormenores y particularidades, entre la que se destaca que es un negocio a largo plazo, por lo tanto muchas medidas que toman los gobiernos se reflejan después de mucho tiempo, porque es un proceso lento", explicó el ingeniero agrónomo.

Vender un vino es complicado. Es un producto terminado que tiene identidad, como la marca, la zona de producción, además de la elaboración del mismo, donde las bodegas deben ocuparse de la promoción del mismo. Cuando cambian las reglas de juego muchas veces no se hace rentable exportar un producto a determinado precio, pero hay que permanecer en el mercado, ya que el mercado internacional no tolera discontinuidad de un producto en góndola.

Caída de consumo

El 70% del vino que se produce en Argentina se vende en el mercado interno. Por lo tanto la actividad no está exenta de la baja de consumo que ocurre actualmente en el país. El vino al no ser una artículo de primera necesidad sufre más la baja del consumo.

"Todo lo que ayude a ser más competitivo, para exportar más, es bienvenido. Los empresarios del sector queremos que el país ande bien, entonces todas las medidas que se hagan para que esto funcione es bienvenida. Con el tema de la baja de retenciones hay que esperar la resolución final, pero en un principio es muy buena", finalizó.

 

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