¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

12°
20 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La violenta y vergonzosa represión policial en Salta, de hace 50 años 

En un frustrado acto por el Día del Trabajo, el futuro vicegobernador Olivio Ríos sufrió serias lesiones. 
Domingo, 12 de mayo de 2019 01:09

El 22 de abril de 1969, el Delegado Regional de la CGT, Olivio Ríos, anticipó a El Tribuno que “doce oradores harían uso de la palabra en el acto público que estaba programado para el Día del Trabajador”. Sería -dijo- en la esquina de San Martín y Buenos Aires. Con referencia a la autorización, don Olivio añadió que ese día elevarían a la Jefatura de Policía el pedido de permiso que sería suscripto por las autoridades de la central obrera local. A los dos días, Jefatura notificó a la CGT Salta que el permiso para la realización de un acto público por el primero de mayo, había sido denegado. Ante ello, Ríos convocó a una reunión del Secretariado a los fines de apelar la resolución policial ante el ministro de Gobierno, Dr. Julio Díaz Villalba. 

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El 22 de abril de 1969, el Delegado Regional de la CGT, Olivio Ríos, anticipó a El Tribuno que “doce oradores harían uso de la palabra en el acto público que estaba programado para el Día del Trabajador”. Sería -dijo- en la esquina de San Martín y Buenos Aires. Con referencia a la autorización, don Olivio añadió que ese día elevarían a la Jefatura de Policía el pedido de permiso que sería suscripto por las autoridades de la central obrera local. A los dos días, Jefatura notificó a la CGT Salta que el permiso para la realización de un acto público por el primero de mayo, había sido denegado. Ante ello, Ríos convocó a una reunión del Secretariado a los fines de apelar la resolución policial ante el ministro de Gobierno, Dr. Julio Díaz Villalba. 

Cumplido el trámite de la apelación, el ministro de Gobierno respondió respaldando la disposición policial en contra del acto público pero autorizando que se realice en un sitio cerrado, “siempre y cuando se comunique con suficiente antelación el lugar del mismo”. Dicha disposición ministerial fue rechazada por la CGT y de inmediato autorizó a su asesor letrado, Dr. Segio Serrano Espelta para que plantee un recurso de amparo en contra de la medida del ministro de Gobierno.

En las primera horas del 29 de abril, el abogado Serrano Espelta presentó el recurso de amparo ante el Juez de Primera Instancia, Tercera Nominación, Dr. Ricardo Reimundín (h). Lo hizo en representación del Delegado Regional de la CGT, Olivio Ríos.

En el escrito, el doctor Serrano Espelta fundamentó la apelación echando mano a la historia del Derecho de Reunión y a la Constitución Nacional. 

Ante ello, el Juez Reimundín (h) solicitó un informe con carácter de urgente, al Ministerio de Gobierno, dándole seis horas para que responda el requerimiento. En el tiempo estipulado, Díaz Villalba respondió y de inmediato el juez Reimundín remitió los antecedente al Fiscal, Dr. José Armando Caro Figueroa para que en carácter de urgente dictamine sobre la cuestión. Efectivamente, Caro Figueroa elevó el dictaminen a las 8 de la noche del 29 de abril.

Al día siguiente, 30 de abril de 1969, el Juez de Primera Instancia, Dr. Reimundin, dictó sentencia, haciendo lugar al amparo presentado por el titular de la CGT Salta, Olivio Ríos. 

Pero el tema no estaba liquidado aún. En el transcurso de la última jornada laborable de abril, el gobierno provincial de facto, encabezado por el ingeniero Hugo Rovaletti, apeló el fallo del Dr. Reimundín (h) ante la Corte de Justicia de Salta, y así, siendo las 21.45 del 30 de abril y, a menos de dos horas del primero de mayo, la Sala Segunda de la Corte de Justicia de la Provincia, integrada por los doctores Manuel López Sanabria y Roberto San Millán dieron por tierra con la resolución del Juez, Dr. Reimundin (h) y con el dictamen del Dr. Caro Figueroa. 

“Ya es hora de ensillar...”

De esta forma, la suerte del acto público por el Día del Trabajo, estaba echada, pero pese a ello y, ya casi en la madrugada del primero de mayo, la CGT resolvió llevar adelante, el acto público en San Martín y Buenos Aires, contra viento y marea. 

E iba a ser nomás, un acto de protesta contra el gobierno de facto, pues dos días antes (28/05/1969) Perón había dicho en Madrid: “Ya es hora de ensillar, el gobierno argentino (Onganía) es un gobierno de usurpación...”.

Ya herido, Olivio Ríos es ayudado por Félix Maldonado

Una tarde con golpes, heridos y detenidos

Del acto iban a participar trabajadores, estudiantes y políticos. 

A la concentración, programada para las seis de la tarde en Buenos Aires y San Martín, asistieron unas 400 personas entre trabajadores, gremialistas, políticos y estudiantes. Pero lamentablemente todo terminó mal, pues cuando el dirigente Juan José Giarda pretendió abrir el acto, llegó el Escuadrón de Seguridad de la Policía que, rebenque en mano comenzó a azotar a diestra y siniestra. Al interponerse don Olivio Ríos -Delegado Regional de la CGT- para evitar que continuara la golpiza, los de la montada avanzaron con sus caballos sobre él hasta lograr que caiga pesadamente en el pavimento. Ya en el suelo, los “bravos” policías le dieron fustazos en la espalda para finalmente patearlo hasta dejarlo semiconsciente. Del suelo lo levantaron sus compañeros Felix Maldonado y Andrés Usqueda y lo trasladaron al Sanatorio Centro. Allí, el doctor Pedro Albesa constató que Ríos tenía fracturado el antebrazo izquierdo y golpes internos. 

Gases lacrimógenos

Simultáneamente que caía Olivio Ríos, la Policía comenzó a lanzar gases lacrimógenas a los manifestantes causando corridas y ahogos al expandirse el gas por los aledaños. 

A una hora y media del primer incidente, Olivio Ríos regresó con su brazo enyesado a la sede de la CGT que en ese momento estaba con consigna policial. Ríos pudo ingresar al edificio, pero la Policía impidió que su médico, el doctor Néstor Molina, lo acompañara.
 
Orden de reprimir con violencia 

La crudeza de la represión de aquel 1 de mayo, reveló que las órdenes dadas a la Policía por el gobierno de facto fueron terminantes y rigurosas. Se llegó al extremo de castigar a transeúntes que casualmente pasaban cerca del acto de los trabajadores. Y esto mismo ocurrió en Córdoba, Tucumán, Rosario, Buenos Aires y Mendoza. 

Aquí en Salta, se calculó que la Policía lanzó más de 50 bombas lacrimógenas y como si fuese poco, a las 9 de la noche confirmó que habían sido detenidos: Ignacio Gutiérrez, Arturo Vigiani, Andrés Usqueda, Carlos Russo, Pablo Outes, Elpidio Cuéllar, Luis Campero, Antonio Arias y Raúl Sánchez. 

Actos relámpagos

Y mientras la Policía daba la nómina de detenidos, otro acto se improvisó en Alberdi y Urquiza. Fueron el panadero Miguel Ramos, la estudiante Ana María Giacosa y el abogado Farat Salím. Pero a poco el intento se frustró cuando la infantería cargó con bombas de gases lacrimógenas, una de las cuales impactó contra el estudiante Lauro Carracedo, siendo socorrido y escondido en una casa particular. 

A las 10 de la noche la Policía aún seguía patrullando el centro y la estación de trenes, e increpando y amenazando a cuanta persona encontraba a su paso. Mientras tanto, los patrulleros continuaron circulando haciendo sonar sus sirenas. 

Y así, aquel el 1 de mayo de 1969, Salta vivió un vergonzoso capítulo de su historia. Era el preludio de los violentos días que vendrían, aquí y en todo el país. El “Cordobazo” estaba a la vuelta de la esquina.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD