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Los abuelos Samana, Salim y Peruggini recibieron soluciones

Las historias de los padecimientos y desatenciones se hicieron públicas.Tras las publicaciones, las respuestas llegaron prácticamente de inmediato.
Viernes, 17 de mayo de 2019 02:31

Tres casos de abuelos que denunciaron públicamente que sufrían la falta de atención por parte del PAMI, tuvieron respuestas inmediatas luego de las publicaciones realizadas por este medio.

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Tres casos de abuelos que denunciaron públicamente que sufrían la falta de atención por parte del PAMI, tuvieron respuestas inmediatas luego de las publicaciones realizadas por este medio.

Hubo burocracia. Pero las soluciones llegaron. Luego de que la entidad mermó la cantidad de internaciones domiciliarias, muchos ancianos de familias de escasos recursos quedaron prácticamente desamparados, ante la falta de cuidados especiales, por parte de diferentes profesionales.

Un grave caso, que ya fue atendido por el PAMI, es el del jubilado Juan Carlos Samana, de 63 años, el cual está postrado, le amputaron la pierna derecha y cuatro dedos del pie izquierdo. Está diagnosticado con demencia senil, tuvo tres ataques cerebro vasculares (ACV), padece Parkinson y usa una sonda vesical de por vida.

El abuelo está a cargo de su hija, Rosana Samana, quien había relatado a El Tribuno las penurias que estaban pasando.

El dos de abril pasado, el abuelo había quedado sin la internación domiciliaria y debido a la gravedad del estado de su padre, su hija, tuvo que llevarlo al hospital Melchora Figueroa de Cornejo. Además no podían afrontar los gastos porque es de escasos recursos.

Su hija, expresó a El Tribuno que, "gracias a Dios, bien salió la nota me autorizaron. Tiene mucha ematuria y necesita antibióticos. La empresa que me dieron fue Sadem, y van a pedir otro módulo por lo complicado que está el. Ojalá de ahora en más, siempre nos autoricen los papeles y nunca más tengamos que andar así".

Una jubilada de 80 años

María Elsa Salim es otra abuela que sufrió el abandono del PAMI. Desde el año pasado esperaba la autorización para una internación domiciliaria.

La jubilada, de 80 años, tiene enfisema pulmonar, padece artrosis, hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca por lo que usa un marcapasos y tras el accidente cerebro vascular, las secuelas son varias. Para colmo de males, la abuela está con depresión severa.

El médico de cabecera de la institución solamente atiende dos veces a la semana en Rosario de la Frontera y el resto de los días los abuelos quedan a la vera de Dios. Su hija, Claudia Cienfuegos, manifestó a El Tribuno el padecimiento de su madre, que ya llevaba más de seis meses sin respuesta, hasta que el caso se hizo público y desde la entidad se comunicaron de inmediato.

"Gracias a El Tribuno por hacer pública nuestra situación. Nos llamaron de Buenos Aires para poner a disposición todo lo que mi madre necesita".

Finalmente, Claudia, dijo que "hay que animarse a hacer las denuncias y los reclamos pertinentes para tener respuestas".

El caso de don Carmen

Otro de los casos que tuvo repercusión mediática se debió a que desde el 17 de abril, don Carmen Navor Peruggini esperaba la autorización del PAMI para continuar con la atención en la modalidad de internación domiciliaria.
Don Carmen tiene 96 años, es jubilado y se encuentra en estado crítico. Está sordo, ciego, inválido y tiene una gran herida en su cabeza, la cual debe ser curada en forma diaria.
Caída del sistema, viaje del doctor, licencia del secretario, fueron algunas de las excusas que el PAMI le brindó a su hija, quien está a cargo del abuelo. Ana Peruggini, docente jubilada, de 66 años, tiene problemas al corazón y la columna.
Luego de la repercusión en El Tribuno, la docente, expresó al medio que “apenas vieron la nota, me llamaron de Salta, para comunicarme que pasara a formar la OP”.
“Lo único que lamento, es que de cinco sesiones de fisioterapia, solo me dejaron dos”, finalizó Peruggini. 
 

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