La comunidad originaria de ciudad de Embarcación, en el norte provincial, permanece en estado de máxima tensión por el crimen de un joven ocurrido el jueves último.
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La comunidad originaria de ciudad de Embarcación, en el norte provincial, permanece en estado de máxima tensión por el crimen de un joven ocurrido el jueves último.
Federico Martínez, de 22 años, salió de su trabajo aproximadamente a las 21.30 cuando fue apuñalado por un grupo de supuestos delincuentes.
Según informó la Policía, áreas operativas e investigativas trabajaron rápidamente para esclarecer su muerte. Por el crimen, la Policía puso a disposición de la justicia a un adolescente de 16 años que estaría involucrado y sindicado como principal sospechoso.
Sin embargo, según la presidenta wichi de la comunidad Misión Franciscana, Alcira Octavio, "la policía reprimió sin discriminar a mujeres y niños durante el operativo".
La situación de violencia sucedió el viernes a la noche, cuando los vecinos de la misión vieron al grupo de cómplices del menor detenido dentro la casa de una mujer. Primero los vecinos llamaron a la Policía. Como nunca llegaron quisieron ingresar a la vivienda por cuenta propia. Eso sucedió a las 20 del viernes.
Cuando la situación se desbordaba llegaron los uniformados y se interpusieron violentamente en el ingreso a la vivienda. Un grupo de al menos 30 personas sintieron el rigor de balas de gomas y gases lacrimógenos. "Nosotros vimos a los delincuentes en la casa vecina que funciona como aguantadero. Cuando quisimos entrar la Policía se puso al medio y nos comenzó a disparar. Había mujeres embarazadas y niños. Nos pegaron a todos y nosotros corrimos para las casas y ellos ingresaron en las casas. Nosotros y ellos sabemos todos que esa casa es un aguantadero de delincuentes, pero ahí no entran; nos pegan a nosotros". Denunciaron que en su camino la Policía reprimió a enfermos y niños. "No contentos con eso los policías fueron hasta el velorio y entraron violentamente", concluyó.