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"Amor desesperado" sería el móvil del destrozo del ataúd

El profanador hizo un agujero en el cajón para ver el rostro de la chica fallecida. La Policía sigue pistas pero descartó el móvil del robo y del ataque mafioso.
Viernes, 31 de mayo de 2019 02:31

A un mes del atentado que sufriera el cajón donde descansaban los restos de una joven de 19 años, fallecida en marzo, la Brigada de Investigaciones N° 7, a cargo de la comisaria Hilda Urmilla, descartó un intento de profanación del cuerpo con fines de robo o de estudio, y ahora, a partir de pistas que manejan, consideran probable la hipótesis de un motivo pasional.
En base al relevamiento, la jefa policial dijo: “Estuve realizando un relevamiento en el cementerio y pude notar cosas que me llevan a pensar que la persona o las personas que hicieron esto no estaban cargadas de odio”. 
La comisaria Urmilla agregó: “No se llevaron nada, no había cosas de mucho valor salvo las rejas, tampoco intentaron llevarse objetos de los nichos contiguos, el que roba aprovecha todo lo que esté a su alcance”. 
Con respecto a un ajuste de cuentas o a un mensaje mafioso, la policía dijo que también estas posibilidades fueron descartadas. “Había mucho orden alrededor, no se encontraron indicios de un ensañamiento, cuando una persona quiere dejar un mensaje golpea y destruye donde sabe que duele más, nada de eso pudo detectarse, no se pudo visualizar ningún mensaje mafioso, el sector mostraba una situación muy contraria a todo eso”, señaló la comisaria. 
En base a lo observado, la hipótesis de un motivo pasional es la más probable. “Llegamos a esta conclusión en base a los indicios que presentaba la escena. Una de las primeras cosas que me llamó la atención fue que más allá del cajón roto, estaba todo muy ordenado: los floreros a un costado, la foto de la joven fallecida puesta en un nicho contiguo. Estimo que el cajón se rompió porque cayó al suelo desde cierta altura, seguramente no pudo controlar su peso”. Sumado a todos estos indicios, hay una evidencia que inclinó la investigación: “Al romperse la madera quedó expuesto el recubrimiento de chapa que no es muy gruesa, el causante tomó un objeto contundente y golpeó esa chapa a la altura de donde se ubica el rostro, hizo un agujero para poder mirar en su interior, todo eso me hace suponer que se trata de alguien que no pudo despedirse o no acepta la muerte de la joven. Esa acción encuadraría dentro de los destrozos, considerado un delito leve”, manifestó Urmilla. 
Con esta base de suposiciones, los brigadistas visitaron a la familia para conocer un poco más de la vida de la joven. “Me informaron que no le conocían un novio, pero que alguna vez un joven se presentó como tal aunque poco supieron de él, ella soporto una larga enfermedad. Tenemos algunas huellas en las que estamos trabajando”, finalizó la jefa policial. 
 

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A un mes del atentado que sufriera el cajón donde descansaban los restos de una joven de 19 años, fallecida en marzo, la Brigada de Investigaciones N° 7, a cargo de la comisaria Hilda Urmilla, descartó un intento de profanación del cuerpo con fines de robo o de estudio, y ahora, a partir de pistas que manejan, consideran probable la hipótesis de un motivo pasional.
En base al relevamiento, la jefa policial dijo: “Estuve realizando un relevamiento en el cementerio y pude notar cosas que me llevan a pensar que la persona o las personas que hicieron esto no estaban cargadas de odio”. 
La comisaria Urmilla agregó: “No se llevaron nada, no había cosas de mucho valor salvo las rejas, tampoco intentaron llevarse objetos de los nichos contiguos, el que roba aprovecha todo lo que esté a su alcance”. 
Con respecto a un ajuste de cuentas o a un mensaje mafioso, la policía dijo que también estas posibilidades fueron descartadas. “Había mucho orden alrededor, no se encontraron indicios de un ensañamiento, cuando una persona quiere dejar un mensaje golpea y destruye donde sabe que duele más, nada de eso pudo detectarse, no se pudo visualizar ningún mensaje mafioso, el sector mostraba una situación muy contraria a todo eso”, señaló la comisaria. 
En base a lo observado, la hipótesis de un motivo pasional es la más probable. “Llegamos a esta conclusión en base a los indicios que presentaba la escena. Una de las primeras cosas que me llamó la atención fue que más allá del cajón roto, estaba todo muy ordenado: los floreros a un costado, la foto de la joven fallecida puesta en un nicho contiguo. Estimo que el cajón se rompió porque cayó al suelo desde cierta altura, seguramente no pudo controlar su peso”. Sumado a todos estos indicios, hay una evidencia que inclinó la investigación: “Al romperse la madera quedó expuesto el recubrimiento de chapa que no es muy gruesa, el causante tomó un objeto contundente y golpeó esa chapa a la altura de donde se ubica el rostro, hizo un agujero para poder mirar en su interior, todo eso me hace suponer que se trata de alguien que no pudo despedirse o no acepta la muerte de la joven. Esa acción encuadraría dentro de los destrozos, considerado un delito leve”, manifestó Urmilla. 
Con esta base de suposiciones, los brigadistas visitaron a la familia para conocer un poco más de la vida de la joven. “Me informaron que no le conocían un novio, pero que alguna vez un joven se presentó como tal aunque poco supieron de él, ella soporto una larga enfermedad. Tenemos algunas huellas en las que estamos trabajando”, finalizó la jefa policial. 
 

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