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Bajó el consumo de cigarrillos pero se consolidó el electrónico que hace daño en igual medida

El consumo del cigarrillo electrónico entre adolescentes y adultos jóvenes no deja de crecer en la Argentina, ni en el resto del mundo, aunque paradójicamente baja la cifra de adicción al tabaco.
Viernes, 31 de mayo de 2019 08:29

Hay consenso entre las profesionales y sociedades científicas en alertar sobre la prohibición de su consumo masivo por los dramáticos efectos tempranos en la salud y el “pico de nicotina” que genera el vapeo en un cerebro aún en desarrollo con el cigarrillo electrónico. 

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Hay consenso entre las profesionales y sociedades científicas en alertar sobre la prohibición de su consumo masivo por los dramáticos efectos tempranos en la salud y el “pico de nicotina” que genera el vapeo en un cerebro aún en desarrollo con el cigarrillo electrónico. 

Es difícil desarmar la paradoja actual alrededor del cigarrillo y sobre todo de la lucha antitabáquica en la Argentina, que se puede extrapolar a cualquier país del globo: si bien cada vez menos argentinos fuman, bajó la edad de inicio en el consumo de tabaco. Y además, el cigarrillo electrónico aparece como una tendencia cada vez más frecuente entre adolescentes y adultos jóvenes.

El consumo de tabaco es la principal causa evitable de enfermedad y muerte en el mundo. Según la OMS, cada año mata a más de 7 millones de personas, de las que más de 6 millones son consumidoras del producto y alrededor de 890.000 son no fumadoras, pero expuestas al humo de tabaco ajeno.

Las últimas noticias que dejó la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR 2018) también estuvieron teñidas por el clarosocuro: por un lado, la prevalencia del consumo de tabaco continúa su tendencia descendente desde 2005, evidenciándose una reducción del 25%.

Sin embargo, cuando los indicadores parecían encaminarse, apareció el cigarrillo electrónico y también es necesario resaltar que la prevalencia de consumo de tabaco y la morbimortalidad atribuible continúan siendo de las más elevadas de la región.

La complejidad del cigarrillo electrónico aparece cuando los especialistas advierten que lo que se denomina el “vapeo o vapping” (la “pitada electrónica”) genera una adicción diferente en los adolescentes, no solo porque su cerebro aún está en desarrollo, sino también porque estos dispositivos son capaces de liberar la nicotina mucho más rápidamente, logrando un pico precoz de nicotina en el organismo.

En Argentina la venta de los E-Cig y sus accesorios está prohibida por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) desde 2011, y dicha prohibición fue confirmada en 2016. “Las sociedades científicas comprometidas con una respiración sana, alertamos a la población general que evite la utilización de cualquier tipo de dispositivo (cigarrillos electrónicos) que le facilite la inhalación de sustancias extrañas cuya seguridad no haya sido comprobada científicamente”, según informa Infobae.

“Es necesario alertar a la población sobre el riesgo de estas nuevas formas de fumar, del atractivo que representan para los jóvenes con sus sabores similares a golosinas y diseño novedoso, iniciándolos en esta adicción”, indicó Rosa Estevan (MN 71.502), coordinadora de la sección Tabaquismo y Epidemiología de la AAMR.

El riesgo del cigarrillo electrónico

“El cigarrillo electrónico es un dispositivo que simula a los cigarrillos convencionales, que permite inhalar nicotina y otras sustancias, sin combustión de tabaco. Su conocimiento por parte de la población, así como su comercialización y consumo viene en constante aumento. Su utilización se ha asociado a neumonía lipoidea e irritación de la vía aérea superior e inferior, y toxicidad por nicotina. Y presenta sustancias cancerígenas como nitrosaminas, formaldeído y metales como el níquel, cromo y plomo”, advirtió el doctor Ignacio Gutiérrez Magaldi, médico clínico y presidente de la Sociedad de Medicina Interna de Córdoba a Infobae. 

El año pasado, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) descubrió que los adolescentes que utilizan cigarrillos electrónicos son más proclives a consumir marihuana. E identificó que los adolescentes que consumen nicotina por vapeo son cinco veces más propensos a consumir también cigarrillos comunes.

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