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Se probó que Zambrani mató a Paola, pero no se sabe por qué

La hipótesis de la fiscalía es que la habría asesinado por despecho. Sin embargo, durante el desarrollo del juicio surgieron otras hipótesis.
Sabado, 04 de mayo de 2019 00:48

Así como Gabriel Roberto "Chirete" Herrera, Franco Rodrigo Gaspar Cinco y tantos otros, Santiago Afredo Zambrani pasó a integrar la tristemente célebre lista de los femicidas o feminicidas que, como su definición reza, asesinó a una mujer por el hecho de ser mujer. La condena a perpetua que el Tribunal de Juicio le aplicó al hombre de 36 años en la jornada del jueves pasado fue resultado de un complejo proceso que empezó la noche del 5 de mayo de 2017 y que causó honda conmoción en la sociedad, cuando el cadáver de Paola Mariana Álvarez (21) apareció en un despeñadero 104 días después de su desapari ción.

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Así como Gabriel Roberto "Chirete" Herrera, Franco Rodrigo Gaspar Cinco y tantos otros, Santiago Afredo Zambrani pasó a integrar la tristemente célebre lista de los femicidas o feminicidas que, como su definición reza, asesinó a una mujer por el hecho de ser mujer. La condena a perpetua que el Tribunal de Juicio le aplicó al hombre de 36 años en la jornada del jueves pasado fue resultado de un complejo proceso que empezó la noche del 5 de mayo de 2017 y que causó honda conmoción en la sociedad, cuando el cadáver de Paola Mariana Álvarez (21) apareció en un despeñadero 104 días después de su desapari ción.

Así como los casos de "Chirete" Herrera, que se convirtió en el primer preso de la historia en matar por celos a dos mujeres en las cárceles de Salta, y del periodista Gaspar Cinco, que envenenó a su novia y al pequeño hijo de ella por desprecio hacia el niño, Zambrani estranguló a Paola por despecho, y para lograr impunidad intentó hacer desaparecer el cuerpo.

Luego de varias jornadas de debate, los jueces que sentenciaron a Zambrani concluyeron en que el caso de la joven tuvo todos los condimentos del feminicidio al que Diana Russell, la promotora inicial de la lucha contra la violencia de género, definió como "el asesinato de mujeres, por parte de hombres motivados por el odio, desprecio, placer o sentido de posesión hacia las mujeres". De la investigación primaria y de los testimonios escuchados en el Salón de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial surgió que Zambrani estaba obsesionado con la chica, que la sometía a un acoso permanente y que pretendía forzarla a mantener una relación sentimental que ella rechazaba.

En el juicio se debatió sobre esa teoría, de que Paola fue habría sido asesinada por despecho, pero eso no se pudo probar con grado de certeza. Lo que el tribunal sí pudo probar fue que se trató de un femicidio, en consonancia con el planteo del fiscal Ramiro Ramos Ossorio. Sin embargo, a lo largo del proceso quedaron planteados interrogantes acerca de que pudieron haber existido otras causas que llevaron a Zambrani a quitarle la vida a Paola Álvarez, al margen del supuesto despecho.

Varios testigos señalaron que el femicida era un reconocido distribuidor de droga en la noche salteña. En el inicio de la investigación, la madre de Álvarez dejó entrever que detrás del crimen pudo haber habido algo más que una obsesión de Zambrani hacía de su hija. Una de las hipótesis que surgió en ese momento fue que quizás la joven vio algo que no debió ver. El hecho de que la chica visitara con frecuencia el inquilinato de Zambrani hizo suponer que algo de eso pudo haber sucedido. A pesar de ello la fiscalía centró la investigación en torno de la cuestión amorosa, y en ese sentido encontró los elementos suficientes para demostrar que el acusado asesinó a la mujer por despecho.

Los mensajes en su celular, la preocupación por borrar pruebas comprometedoras en las redes sociales y los extraños movimientos que Zambrani realizó la noche en que desapareció la muchacha fueron determinantes para probar su responsabilidad en el crimen. Lo que los jueces no pudieron comprobar fue la complicidad de los padres del imputado.

Los argumentos esgrimidos por el fiscal Pablo Paz no alcanzaron para convencer al tribunal integrado por los jueces Mónica Mukdsi, Roberto Lezcano y Norma Vera. El funcionario había solicitado 12 años de prisión para Amelia Inés Huergo (60) y 10 años para su esposo Alfredo Francisco Zambrani (60).

A juicio de Paz, el matrimonio cedió a su hijo la camioneta Amarok en la que trasladaron el cadáver de Paola para hacerlo desaparecer en las serranías del pueblo de La Caldera. Los mensajes hallados en su celular demostraron que Zambrani estuvo en contacto con Huergo a la hora que en ocurrieron los hechos, y por eso el fiscal le atribuyó a la mujer una cuota mayor de participación en el feminicidio. La pareja estaba con prisión domiciliaria y recuperó inmediatamente su liber tad.

Resarcimiento para la huérfana

Se fijo una suma para la hija de Paola y para los padres de la joven.

Paola Álvarez dejó huérfana a una nena que ahora tiene cuatro años. Para amparar a la pequeña, el Tribunal de Juicio hizo lugar parcialmente a la demanda civil planteada por los abuelos que la tienen a su cargo. En ese sentido, los jueces condenaron a Santiago Zambrani y sus padres a pagar en forma conjunta a la madre de la joven víctima la suma de 1.000.000 de pesos y de $1.600.000 para la pequeña. Ambos montos deben ser actualizados desde mayo de 2017, fecha en que se produjo la muerte de Paola.

Durante los alegatos, las defensoras del femicida, Ana Cortez y Gabriela Arellano, solicitaron la absolución de su cliente por considerar que no había pruebas que demostraran con certeza su participación en el hecho. Al mismo tiempo plantearon que de no hacerse lugar a lo requerido, en forma subsidiaria se le otorgue la absolución por el beneficio de la duda.

Las defensoras fueron enfáticas al cuestionar con dureza que la causa haya sido caratulado como femicidio, en virtud de los argumentos arriba esgrimidos. A juicio de las defensoras no quedó claro de qué forma murió Paola y que el hecho de Zambrani haya sido el último que la vio con vida no significa que haya sido el asesino.

En el mismo sentido, desestimaron de plano el pedido de un resarcimiento económico solicitado por la pareja de Álvarez. “No está probada la unión de hecho de ambos, como tampoco el daño moral causado”, expresaron.

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