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Por la crisis, los salteños dejan el pan, comen más cerdo y no salen

El encarecimiento del pan, las frutas y verduras obligaron a repensar el menú.Algunas familias recurren a comedores. Los que aún pueden comprar van a mayoristas.
Miércoles, 12 de junio de 2019 00:00

Con la suba del dólar y su efecto en el encarecimiento de algunos productos básicos de la canasta familiar, el consumo de los salteños se modificó. El impacto de la situación económica comenzó a notarse en los hábitos, las calles y los comercios.

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Con la suba del dólar y su efecto en el encarecimiento de algunos productos básicos de la canasta familiar, el consumo de los salteños se modificó. El impacto de la situación económica comenzó a notarse en los hábitos, las calles y los comercios.

En Salta, desde la Cámara de Panaderos, Martín Petrocelli señaló que se redujo de manera importante la compra de pan entre las familias salteñas en el último año. "Hace un año la gente compraba las tiras para el mediodía pero además se llevaba 15 tortillas y facturas para la tarde. Ahora tienen un consumo ínfimo. Solo salen las tiras", expresó Petrocelli.

El presidente de la Cámara de Panaderos dijo que las subas en los precios no cesan y que no hay miras de que se vayan a detener. Incluso recordó que hace menos de 10 días ya se produjeron dos incrementos en el precio del pan. En la actualidad la bolsa de harina de 50 kilos cuesta aproximadamente 1.300 pesos.

Petrocelli advirtió que ya fueron notificados sobre la apertura de la exportación de harina, lo que implica que los molinos "van a preferir colocar sus productos fuera del país a precio dólar y en grandes cantidades, antes que vender en los mercados locales".

Desde la Cámara de Panaderos resaltaron que ya realizaron varios viajes a Buenos Aires con el objetivo de reclamar acciones de apoyo y contención para el sector, pero que desde el Gobierno nacional no hubo respuestas.

Desde el año pasado la bolsa de harina tuvo un encarecimiento del 250 por ciento, mientras que el traslado de las subas a las góndolas fue solo del 30 por ciento. Al incremento de precios en la materia prima se suman las subas en las boletas de gas, la energía eléctrica y el agua.

Petrocelli recordó que hace tres meses los panaderos que estaban registrados en la DGI como pyme tenían la posibilidad de acceder a una descuento en la factura del gas. "Pero hace un mes les llegó la factura con todos los montos que les habían descontado como deuda. No sabés para dónde ir", lamentó.

Petrocelli aseguró que no hay dudas de que el consumo bajó y cambió. "Hoy la docena de medialunas está por arriba de los 140 pesos y comer esto parece una suntuosidad. La verdad estamos en el horno", concluyó.

El consumo de cerdo subió 40%

Andrés Muñoz, presidente de La Francisca, expresó que el incremento en el precio en la carne vacuna tuvo un impacto positivo en el sector porcino, ya que a nivel nacional subieron un 40 por ciento las ventas.

Si bien esta es una medición a nivel nacional, que no se replica de la misma forma a Salta, los resultados para el sector son positivos.

Muñoz destacó que, si bien no existió una sustitución total de los cortes de vaca por los de cerdo, los salteños aceptaron esta carne con más facilidad que otras, por su sabor y aro ma.

A eso que se suma que con el cerdo se pueden realizar las mismas preparaciones que con la carne vacuna y sostener en el menú familiar platos muy arraigados en la cultura gastronómica local, como las milanesas, el estofados, las costeletas a la plancha o el asado.

"Por otro lado, también se comenzaron a conocer sus beneficios. Se trata de una carne más saludable que la de vaca, teniendo en cuenta que la grasa se genera por fuera del corte y si se la saca se obtiene una carne magra", destacó Muñoz.

Entre lo que más se venden en locales salteños, el primer lugar lo ocupa la costeleta. Le siguen el pechito, el solomillo y la bondiola.

El perfil de los clientes también cambió. Crecieron las ventas a las familias, pero también la comercialización por mayor, ya que los carniceros de los barrios comenzaron a ofrecer el cerdo como una alternativa a los productos vacunos.

“Los carniceros aprovechan las ofertas y llevan por cajas. Incluso algunas familias también consumen de esta forma, ya que aprovechan los precios y freezan los cortes”, agregó. 
A estos clientes también se sumaron quienes ofrecen servicios de catering, que logran mantener precios estables en sus propuestas si reemplazan los platos con pollo o vaca, ya que los cortes de carne de cerdo mantienen un precio. Eso les permite tener previsiones a largo plazo y asegurar clientes que contratan el servicio con anticipación.
Además, también se incrementó la venta de fiambres. Muñoz explicó que mucha gente suspendió el almuerzo y, mientras van de un trabajo al otro prefieren solo un sandwich o alguna otra comida rápida con este tipo de productos que brinda saciedad y no implica inversión de tiempo y dinero. 

Datos nacionales

El 2 de junio un informe de CAME destacó que la caída más profunda en las ventas se registró en joyerías, relojerías y bijouterie (-20%), electrodomésticos, electrónicos, computación, y celulares (-18,1%) y calzado y marroquinería (-17,7%). La retracción también se sintió en alimentos y bebidas (-7,8%). Estas mediciones se hicieron en mayo con respecto al mismo mes del año anterior. 
En marzo, según el Indec, las ventas en los supermercados bajaron 14,5% en relación con igual mes de 2018, y registraron así su noveno mes de descenso consecutivo.
Los índices demuestran que la crisis ya se instaló en la alacena y genera lo que, desde el Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la UCA identifican como “inseguridad alimentaria severa”. 
Según el informe del ODSA en seis de cada cien hogares urbanos de la Argentina, en los que vive el 7,9% de la población urbana del país, experimentan “inseguridad alimentaria severa”, lo que equivale a sufrir hambre y tener que reducir las porciones. 
Siempre según el ODSA un año antes, en 2017, el 6,2% de la población urbana estaba en situación de inseguridad alimentaria severa, pero en 2018 cerca de un millón de personas se sumaron a los que se enfrentan a esta carencia por falta de los recursos. 
Coincidentemente, el Indec anunció esta misma semana que el índice de personas en condición de indigencia (que no tienen recursos para adquirir sus alimentos básicos indispensables) entre 2017 y 2018, se incrementó de 4,8% a 6,7% del total de la población del país.
 

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