Ejemplares de especies arbóreas como molles, lapachos rosado, paraíso y alerce americano, entre varios otros, fueron quebrados y arrancados de cuajo del predio en donde estaban recién plantados para generar un ambiente verde y confortable.
inicia sesión o regístrate.
Ejemplares de especies arbóreas como molles, lapachos rosado, paraíso y alerce americano, entre varios otros, fueron quebrados y arrancados de cuajo del predio en donde estaban recién plantados para generar un ambiente verde y confortable.
Los pocos árboles que sobrevivieron, tres de una veintena de ellos, fueron desgajados violentamente. Todo el esfuerzo de numerosos vecinos del barrio Pueblo Nuevo de Rosario de Lerma se tiró por la borda en cuestión de horas. El espacio es una cancha de fútbol ubicada en medio de unos terrenos desmontados y sin sombra alguna. Los vecinos se juntaron para comenzar a forestar las instalaciones de su pequeño club de fútbol que contiene a grandes y chicos de la zona noreste de esta ciudad.
Prepararon su predio deportivo con la intención que todos lo pudieran disfrutar. Para ello conciliaron un convenio con el INTA para realizar capacitaciones en arbolados y poda con la idea de comenzar a plantar especies arbóreas con sombra y de buen porte.
"El espacio de campo no tiene sombra. Conseguimos alrededor de 50 árboles para plantarlos. Les habíamos enseñados a nuestros chicos a plantarlos y cuidarlos. Pero días atrás aparecieron de la noche a la mañana destruidos. Algunos partidos en dos y otros con sus gajos por el piso", contó Rubén Tapia, uno de los inquietos vecinos que luchan por forestar su club.
Los paraísos estaban todos destruidos. Los lapachos fueron desenterrados y sus pedazos quedaron esparcidos por el campo de juego. Otros arbolitos tenían hasta cajas de vino tapando los gajos.
"Fue un crimen, estamos muy dolidos. No puede haber una sociedad que piense de esta manera. Los árboles son de todos. Queríamos arbolar el predio. Además de la sombra es vida", aseguró el vecino.
Los chicos junto a los grandes del club barrial se esforzaron para mantenerlos en crecimiento a los árboles. Hasta se dividieron las tareas. Algunos tenían la obligación de regarlos, y otros tantos de hacer los surcos alrededor y limpiar las orillas de yuyos.
La líneas plantadas de molles y alerce se podían ver a los lejos. El espacio es de media hectárea aproximadamente. Dividido el espacio para la cancha de fútbol y otros futuros proyectos.
Los vecinos aseguran que en vehículos se meten al predio, a pesar de contar con alambrado. Desde que fueron plantados los árboles el cuidado era a diario. Sin embargo, algunos desaprensivos pensaron que estropeando estas especies lograban alguna hazaña.
"Es difícil tratar de entender esta actitud impiadosa. Eran alrededor de 20 árboles que estaban creciendo sin hacer daño a nadie. Todo los contrario, nos iban a beneficiar a todos".
Rubén "Tapita" Tapia sigue con la idea que no deben claudicar los vecinos con esta amenaza de los violentos. Van a seguir con el proyecto de forestar su predio deportivo barrial para que en un par de años los nuevos árboles den el verde natural para regocijo de todos los vecinos. "Vamos a plantar las especies que nos quedan. Son como 25 arbolitos. Vamos a diseñar un sistema de seguridad que evite estos daños malintencionados. Si es necesario haremos guardia día y noche".