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Don Lamas sopló 101 velas y crece la estadística de longevos guachipeños

Cada vez más visitantes llegan a esta localidad a buscar sitios señalados como fuente de energía para sus cuerpos y sus almas. Se cree que entre las cuevas pintadas y otros lugares míticos, está el secreto de la larga vida.
Domingo, 02 de junio de 2019 00:08

El oratorio de Las Cuevas Pintadas en Las Juntas, se destaca entre otros sitios de cambio de energía en Guachipas.

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El oratorio de Las Cuevas Pintadas en Las Juntas, se destaca entre otros sitios de cambio de energía en Guachipas.

En medio de los verdes cerros del lugar la mayoría de las personas consideradas adultos mayores superan los 90 años, y otros superan el siglo de vida.

Llama la atención su estilo de vida. A pesar de su edad siguen trabajando en medio del campo. Tal secreto de longevidad es considerado algo normal por estas latitudes. Nadie se extraña en este apacible pueblo del interior de Salta que Don Ángel Lamas en estos días haya cumplido 101 años.

O que Beatriz Barrionuevo con sus 95 años siga participando de los talleres del Club de los Abuelos.

Hacia el paraje Los Sauces, a unos 20 kilómetros del pueblo, bien en medio de los cerros, doña Androsia Olarte con 94 años sigue arriando cabras y vacas a diario.

Hay otros abuelos de cien años en la zona de Las Juntas que transcurren el día haciendo tareas en sus puestos serranos, rodeados de una tranquilidad infinita, y donde es muy difícil llegar en ocasiones.

Es Guachipas. Este indómito pueblo distante a 97 kilómetros de la capital salteña sigue siendo muy tradicionalista y apegado a sus creencias. Está perdido en las serranías del sureste del Valle de Lerma. Desde allí aquellos chamanes y brujos de los originarios dominaban el horizonte de la región. Los Guachipas, como se los denominaban, esparcían sus conocimientos del cosmos y de la vida en las famosas pinturas de Las Juntas.

Allí es por donde crecieron y pasaron muchos habitantes de esta comunidad.

"Tiene Guachipas, mucha gente longeva. Son sanos y siguen realizando sus trabajos en el campo. La vida sana desprendida de los compromisos de la vida moderna, y esa energía pura de nuestras serranías provoca todo esto. Nuestros antepasados lo aprovechaban para purificar sus almas" cuenta el conocido Raúl "Pájaro" Aguirre que hace las veces de guía y referente de turismo del municipio.

La espiritualidad en esta zona es muy cuidada. Hace poco entre tantos abuelos de cien años, dejó de existir doña Elvira Valconte a la edad de 103 años. Oriunda del paraje Carahuasi, se destacó porque entrada en años, seguía su trabajo rural a la par de su esposo, quien llevaba verduras al pueblo. Contaba que los aires de la zona de "Lajar" la hacían sentir bien y con fuerzas. Esa mística espiritualidad también la comparte don Ángel Lamas, que este viernes 31 de mayo recordó su nacimiento allá por el año 1918 en el paraje de Vaquería.

"Don Lamas cumplió 101 años. Él vivió en esos parajes recónditos cargados de energía. La gente sigue por muchos años porque vive en comunidad con el entorno espiritual de la naturaleza. Vaya a ver en donde viven. En casas de adobe que están a punto de caerse, están muchas de ellas ladeadas, pero no se caen porque tienen vida. Hay muchos vecinos, que no son viejos, son espiritualmente ancianos. Eso se siente. Por eso nuestros antepasados pintaron en diferentes zonas de Guachipas escenas de ceremonias espirituales cargadas de vitalidad", argumenta Aguirre.

La teoría de "Pajarito" es que esa energía provoca la longevidad en sus vecinos. Esta versión es ratificada por numerosos turistas que llegan a Guachipas, persuadidos de otros visitantes, a conocer esos lugares míticos cargados de energía. "Los lugareños saben de muchos de estos puntos descriptos como purificadores de energía. Por eso, nuestros originarios realizaban las ceremonias en honor al rey Sol en determinados puntos de las serranías. Al pueblo llegan turistas exclusivamente a participar de estas ceremonias ancestrales. La longevidad de muchos de nuestros habitantes de los parajes serranos de Guachipas, obedece a esa cambio constante de energía que revitaliza a la gente".

Cuevas Pintadas

Las "Pirguas del Sol", al Sur del departamento Guachipas, en la elevada cumbre de la serranía que divide el territorio de Guachipas de los Valles Calchaquíes, existe una altura que se denomina por los indígenas de esos lugares "El Seno del Sol" o "Pirgua del Sol", nombre alusivo a dicha altura, como el primer punto de esta serranía que toca el sol en su nacimiento y ocaso; este lugar era un adoratorio de las tribus Guachipas que se extendían hasta Colalao y Abra de Tafí. Estos elocuentes documentos hablan de frases muy vibrantes como por ejemplo "el seno de las pirguas del sol" que, aparte de estar lleno de contenido poético podemos sintetizar que es el lugar donde se almacena el sol.

En Guachipas existe una gran cantidad de sitios con arte rupestre, y de ceremonias. Toda esta área espiritual está concentrada en puntos conocidos como Carahuasi, Ablomé, Las Canchadas, El Churcal, El Lajar, Pozo La Ciénaga, Guanaquitos, entre otros sitios. Existen otros, poco conocidos hasta el momento.

La travesía de cumplir 101 años

Ángel Lamas nació hace 101 años. En su acta de nacimiento y documentos se plasma que el 31 de mayo de 1918 nació en el paraje Vaquería. Se trata de un abuelo centenario del departamento de Guachipas, que celebró su cumpleaños con mucha alegría junto a sus 3 hijos, 6 nietos y 3 bisnietos.

Cabe destacar que el se siente bien y todavía charla y camina acompañado ya que hace unos años perdió la vista. También lo acompañó en el festejo el intendente Néstor Parra, quién le expresó su admiración. 

Breve biografía

Esta es una reseña de la historia de don Lamas, realizada por Aldo Maita: “Ángel Lamas nació el 31 de Mayo de 1918 en el paraje de Vaquería. Sus padres de crianza fueron Rosario Barraza y Lorenzo Lamas. Sus hermanos fueron Luisa Lamas, Victoria Lamas y José León Lamas. Su esposa fue Marciana Mamaní, con quien criaron 3 hijos. El abuelo vivió toda su vida en el Totoral, paraje Vaquería, departamento de Guachipas, y dedicó su vida al trabajo de campo, siendo peón rural, amanzando potros en la estancia La Bodeguita. 

Su familia considera que el secreto de su larga vida es “la comida sana nacida de la tierra”, lo que le da fuerzas para aún seguir viviendo junto a sus queridos familiares y vecinos.

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