Vecinos de la comunidad de Bacoya, departamento Santa Victoria Oeste, se reunieron con autoridades de Vialidad de la Provincia para oficializar un trabajo en conjunto para la construcción de la ruta que comunique a ese paraje con el mundo. El encuentro contó con la presencia de ocho vecinos, quienes fueron recibidos por el ingeniero José Cesarini y el inspector Sergio Cari, del organismo oficial. También estuvo presente Miguel Siares, representando al Instituto Provincial de Pueblos Indígenas (IPPIS) y la reconocida coplera Balvina Ramos, quien también es originaria de ese lugar mágico, ubicado a unos 500 kilómetros de la ciudad de Salta.
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Vecinos de la comunidad de Bacoya, departamento Santa Victoria Oeste, se reunieron con autoridades de Vialidad de la Provincia para oficializar un trabajo en conjunto para la construcción de la ruta que comunique a ese paraje con el mundo. El encuentro contó con la presencia de ocho vecinos, quienes fueron recibidos por el ingeniero José Cesarini y el inspector Sergio Cari, del organismo oficial. También estuvo presente Miguel Siares, representando al Instituto Provincial de Pueblos Indígenas (IPPIS) y la reconocida coplera Balvina Ramos, quien también es originaria de ese lugar mágico, ubicado a unos 500 kilómetros de la ciudad de Salta.
En pleno siglo XXI el paraje continua incomunicado para el paso de vehículos. Siguen sacando a los enfermos y accidentados en callapo (camillas atadas a animales de carga). Para llegar o salir de Bacoya hay que tomar un desvío del camino a Nazareno a la altura del abra de Ojo de Agua, y transitar a pie por un camino de herradura que en algunas partes superan los 5 mil metros sobre el nivel del mar. El sendero pasa por Abrallana, Laguna Blanca y finalmente llega a Bacoya y nadie sabe cuántos kilómetros son hasta ahora. Siempre se calcularon las distancias en horas de caminata.
Las familias de la comunidad quieren el camino vecinal para destruir el ancestral aislamiento. Entonces aprovecharon el verano y el 2 de diciembre del año pasado comenzaron por cuenta propia a abrir el sendero para vehículos. En un mes de trabajo, alternando los días, lograron realizar 12 kilómetros. Tarea titánica si se tiene en cuenta el rigor de la montaña, de la altura y la soledad. Los vecinos tienen un registro detallado de lo que cada uno aportó para el trabajo: herramientas, comidas, dinero en efectivo, gasoil, ropa de trabajo, horas de trabajo y apoyo logístico. Dieron hasta ahora todo pero el invierno los alcanzó.
"Nosotros calculamos que nos faltan unos 28 kilómetros para llegar a Bacoya. Eso fue lo que vinimos a pedir. Encontramos buena disposición de las autoridades y vemos que podemos realizar nuestro sueño", dijo Antolin Lamas.
Las autoridades de Vialidad de la Provincias le pedieron a los representantes de la comunidad de Bacoya que gestionen ante el intendente de Santa Victoria Oeste, José Yugra, el compromiso para el aporte de máquinas. Cada hora de una retroescavadora cuesta 1500 pesos. El litro de gasoil en Victoria cuesta más de 52 pesos, porque no saben a cuánto se fue con el último aumento.
También le solicitaron que pidan los correspondientes permisos a la Asociación de Comunidades Aborígenes de Nazareno (OCAN) porque el camino trasciende por su territorio y sobre todo para ver qué tipo de aporte pueden realizar.
El sueño de volver
En el lugar viven permanentemente 5 familias. Sin embargo hay una escuela con con 4 docentes y 17 alumnos que llegan desde varios puestos. Hay 30 familias que viene y van para Bacoya por los animales y los cultivos. Se debe decir que muchas personas salieron de Bacoya a muy temprana edad y que hasta hoy no volvieron. Hay que estar en buenas condiciones físicas para llegar. Los ancianos sueñan con volver a su tierra en un vehículo.
"Estamos optimistas por este llamado del Gobierno. Yo lloro cuando pienso en cómo hasta ahora construyeron esos 12 kilómetros a pico y pala", dijo Balvina Ramos.