A plena luz del día, el viernes cerca de las 14.30 un joven de 25 años llegó a su casa en el barrio Roberto Romero de la ciudad de Tartagal junto a su pareja y un empleado, y fueron abordados por dos motochorros.
inicia sesión o regístrate.
A plena luz del día, el viernes cerca de las 14.30 un joven de 25 años llegó a su casa en el barrio Roberto Romero de la ciudad de Tartagal junto a su pareja y un empleado, y fueron abordados por dos motochorros.
Uno de los ladrones le golpeó la ventanilla con un arma de fuego al conductor, mientras el otro delincuente intentaba romper el vidrio del acompañante.
Extrema tensión para los damnificados que lograron encender el vehículo y salir del lugar.
Según la víctima, en ese momento tenía la recaudación de la verdulería, sin poder especificar el monto.
Describió que uno de los motochorros tenía un arma parecida a una de calibre 22 color plateado, con mango de color marrón. El otro motochorro no pudo romper la ventana del acompañante, pateó varias veces sin éxito.
Según el testimonio del joven, ese sujeto gritaba desesperado para que bajaran del auto y entregaran todo. También intentaron abrir las puertas del auto pero no pudieron, estaban con el seguro.
El dueño del vehículo le dijo a los efectivos que su empleado, quien estaba en la parte de atrás, le hizo señas con las manos a los delincuentes para que se calmaran, les decía que se iba a bajar, cuando el conductor aprovechó para meter el cambio y acelerar el rodado.
Los motochorros los siguieron en una moto Honda Titan color oscuro 150cc. La persecución fue hasta calle 9 de Julio y Araoz, y allí los ladrones desistieron de seguir.
Según la descripción de los motochorros, el que tenía el arma de fuego de contextura robusta, 1,80 metros de altura, pantalón jean y al parecer llevaba puesto una campera oscura.
El otro ladrón era más delgado, de unos 1,70 metros de altura también con vestimenta oscura. Los dos tenían puesto el casco de seguridad de color rojo. Los dos motochorros tenían las manos descubierta por lo que, según el damnificado, dejaron sus huellas en las ventanillas del vehículo. Intervino personal de Criminalística y la Brigada de Investigaciones.
El joven de 25 años informó al ser entrevistado por los policías que paga custodia todas las noches en su lugar de trabajo.
Según fuentes de la investigación, no se habría tratado de un intento de robo sino de otro grave y peligroso ajuste de cuentas y el blanco de dichas acciones sería justamente el comerciante.