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Miles de salteños se convocaron a ver el eclipse, pero las nubes lo mezquinaron

Con un cielo parcialmente nublado en el Valle Calchaquí, el punto máximo del fenómeno astronómico trajo una oscuridad aproximada del 80%. 
Martes, 02 de julio de 2019 09:50
Foto Pablo Yapura

Exactitud de la mecánica celeste, ayer el eclipse pasó por gran parte del territorio nacional y especialmente por nuestra provincia, donde se había despertado expectativa para ver el más atrayente de los fenómenos celestes.
Se había calculado que el 75% del disco solar sería ocultado por la luna. Si bien el próximo eclipse de estas características en nuestro país sucederá el 14 de diciembre de 2020 y se verá de manera total solo desde la Patagonia, otro que pase por la misma zona de ayer será recién dentro de 350 años. Por eso el Estado provincial dispuso una serie de actividades en torno, pero la climatología jugó una mala pasada a la región -y a varias ciudades del país- y amontonó las nubes en el momento exacto del suceso. La Provincia había preparado especialistas para que recibieran a la gente en el Parque Bicentenario y en la cúspide del cerro San Bernardo, junto a una serie de actividades. En ambos lugares la gente se convocó por miles. Los automóviles, por ejemplo, que intentaron subir al cerro se atascaban como en una avenida a hora pico por la cantidad de personas que querían llegar a la cúspide para ver el suceso. Es que coincidió con el inicio de las vacaciones de invierno y por sus características -tanto en la memoria mágica de las poblaciones de la región, como en su dimensión estelar- fue una invitación a la que pudo asistir la familia salteña. Por cierto, la masividad de la respuesta exhibió la necesidad de grandes sucesos de este tipo en una ciudad capital que responde con miles de personas.
El proceso del eclipse se inició aproximadamente a las 16.30 y culminó cerca de las 18.40. Finalmente las nubes cubrieron el cielo, frustrando a esos miles. Algo que se repitió en la casi totalidad de las ciudades y localidades salteñas.
Buscando cielos limpios
Cachi fue elegido por El Tribuno para transmitir el evento. De esta manera, un equipo se trasladó hasta el aeropuerto local, desde donde se puede divisar todo el arco del paisaje sin la interrupción de las grandes moles montañosas de la zona.
 

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Exactitud de la mecánica celeste, ayer el eclipse pasó por gran parte del territorio nacional y especialmente por nuestra provincia, donde se había despertado expectativa para ver el más atrayente de los fenómenos celestes.
Se había calculado que el 75% del disco solar sería ocultado por la luna. Si bien el próximo eclipse de estas características en nuestro país sucederá el 14 de diciembre de 2020 y se verá de manera total solo desde la Patagonia, otro que pase por la misma zona de ayer será recién dentro de 350 años. Por eso el Estado provincial dispuso una serie de actividades en torno, pero la climatología jugó una mala pasada a la región -y a varias ciudades del país- y amontonó las nubes en el momento exacto del suceso. La Provincia había preparado especialistas para que recibieran a la gente en el Parque Bicentenario y en la cúspide del cerro San Bernardo, junto a una serie de actividades. En ambos lugares la gente se convocó por miles. Los automóviles, por ejemplo, que intentaron subir al cerro se atascaban como en una avenida a hora pico por la cantidad de personas que querían llegar a la cúspide para ver el suceso. Es que coincidió con el inicio de las vacaciones de invierno y por sus características -tanto en la memoria mágica de las poblaciones de la región, como en su dimensión estelar- fue una invitación a la que pudo asistir la familia salteña. Por cierto, la masividad de la respuesta exhibió la necesidad de grandes sucesos de este tipo en una ciudad capital que responde con miles de personas.
El proceso del eclipse se inició aproximadamente a las 16.30 y culminó cerca de las 18.40. Finalmente las nubes cubrieron el cielo, frustrando a esos miles. Algo que se repitió en la casi totalidad de las ciudades y localidades salteñas.
Buscando cielos limpios
Cachi fue elegido por El Tribuno para transmitir el evento. De esta manera, un equipo se trasladó hasta el aeropuerto local, desde donde se puede divisar todo el arco del paisaje sin la interrupción de las grandes moles montañosas de la zona.
 

Famosa por cielos límpidos que permiten ver sin aparatos ópticos la profundidad de las noches, hasta los ovnis son parte de la vida cotidiana de la localidad. Y sus habitantes tienen como cosa común el hablar del espacio sideral. Sin embargo, no fueron muchas las personas que estaban pertrechadas correctamente con los dispositivos que permiten ver un eclipse solar sin que su vista corra peligros verdaderos. Una característica que se repitió en el público turista, a pesar de haber concurrido con la especial intención de ver el fenómeno. Unas hermanas francesas consultadas, incluso fueron a la comuna local a preguntar sobre algún evento o aparato óptico en la municipalidad, pero el fenómeno no había concitado ninguna acción oficial.
De los consultados, la totalidad había concurrido sin la preparación necesaria. Una característica común repetida hasta en los asistentes al Parque Bicentenario, transmisión en directo que realizó El Tribuno y que aún puede encontrarse en la página web del diario. Aunque hubo personas que asistieron con la intención de ver el eclipse en la masiva convocatoria, la mayoría carecía de los dispositivos especiales para verlo. Las recomendaciones al contrario se repitieron hasta el hartazgo, incluso la Provincia dispuso talleres especiales en escuelas para prevenir al respecto, pero, según la evidencia, infructuosamente.
En Cachi, cuando a casi la mitad del sol cubría a la luna, un cambio térmico repentino levantó un viento de fin del mundo que amontonó gigantescas nubes sobre el Nevado, ocultando el suceso. La oscuridad acongojó todo por un momento. Una nube de polvo filtró la poca luz, mientras un cóndor solitario peleaba con la fuerza del viento. La cortina se cerró sobre el escenario antes de que la escena terminase. Había llegado el frío y la noche se precipitaba. Pero antes de que la oscuridad ocupase todo, unos últimos rayos se dispararon. Y los colores afirmaron la certeza de que volvería.

 
 

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