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El riesgo de la deuda

Sabado, 20 de julio de 2019 00:00

Los portavoces del establishment financiero, clase política y medios están vendiendo a la opinión pública la idea de que el gobierno de Macri ha logrado estabilizar el tipo de cambio gracias a una inyección de confianza externa e interna de los operadores del mercado.

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Los portavoces del establishment financiero, clase política y medios están vendiendo a la opinión pública la idea de que el gobierno de Macri ha logrado estabilizar el tipo de cambio gracias a una inyección de confianza externa e interna de los operadores del mercado.

Como la supervivencia política del presidente depende en lo inmediato de la evolución del dólar, esta estabilidad financiera y cambiaria deviene requisito esencial para el sostenimiento de su administración por parte del Fondo Monetario Internacional.

Empero, se soslaya decir que la citada estabilidad cambiaria -dólar quieto o planchado- no se explica sólo como producto del apoyo externo en divisas en sí mismo sino como resultado de garantizarle a los capitales financieros (que junto a los organismos internacionales las proveen) el mantenimiento de tasas de interés internas que son las más altas del mundo y les aseguran así el logro de las mayores rentabilidades a los acreedores especulativos a cambio de ese sostenimiento artificial de la administración Macri.

La vuelta del carry trade

El Comité de Política Monetaria del Banco Central está conformado por el presidente de la entidad Guido Sandleris y los funcionarios Gustavo Cañonero, Verónica Rappoport, Enrique Szewach y Mauro Alessandro.

Para julio han dispuesto la baja del piso de las tasas que paga por las Leliq que hoy están en el orden del 60 % - al 58 % anual.

Esto implica que, con tipo de cambio estable y tendencia a la baja (actualmente 43-42 $/US$), pese a la leve baja de la tasa de interés, se garantiza y mejora la rentabilidad de los capitales especulativos externos que ingresan al país para ser colocados en Leliq (carry trade o bicicleta financiera). El peso del argumento de la baja de tasas que llegaron a un pico del 74 % en mayo se contrapone a la ventaja de estabilidad cambiaria a los tenedores, que garantiza altas rentabilidades ciertas y más seguras en su valor con respecto al dólar. Por otra parte, cabe recordar que estas tasas de interés actuales siguen siendo hoy más del doble de lo que estaban a fines de abril de 2018 (26,3 % a 30 días de plazo).

Dispusieron la reducción de los encajes bancarios por depósitos en 3 puntos porcentuales, lo que libera unos 45.000 M$ a favor de los bancos. No queda claro cuál será el destino que los bancos darán a esta mayor disponibilidad de liquidez dado que si los fondos liberados se destinaran a aumentar las compras de Leliq ello significaría mayor ganancia todavía para los bancos, rentada por el BCRA.

El compromiso del BCRA de no realizar compras de divisas en el mercado cambiario y sí, en cambio, de poder realizar ventas para evitar una suba del dólar. Esta medida tiene por objeto práctico garantizar la intervención del BCRA solo contra una eventual corrida que lleve al aumento del dólar y no, en cambio, para frenar su caída, por lo que se ratifica así la tendencia a la apreciación relativa del peso (un nuevo retraso cambiario). Un atraso relativo del tipo de cambio local implica siempre mayores utilidades especulativas por arbitraje para los Fondos de Inversión que lucran con este negocio.

Base monetaria

En el marco del convenio con el FMI, la variable clave y esencial de la que depende el armado de la política financiera es la estabilidad del tipo de cambio. No se trata sólo del grado o magnitud de las mega - devaluaciones iniciales con posteriores procesos de retraso cambiario relativo sino de un instrumento que determina el nivel de rentabilidad de las inversiones financieras autónomas, esto es, de las operaciones especulativas sin base en la economía física o real.

Para ello, el compromiso fáctico del Gobierno es que el valor de cotización del dólar sea determinado por la tasa de interés local. Y no cualquier tasa sino la que paga el Estado a través del BCRA.

El presidente del BCRA, Guido Sandleris, se ufana de estar cumpliendo con la exigencia del FMI de no aumentar la base monetaria, pero esto conlleva un concepto engañoso.

a) Para julio, el promedio de la base monetaria está previsto en los 1.350.000 millones de pesos (1.343 billones).

b) Esta cifra, en realidad, según el balancete semanal del BCRA es de 1.375.800 millones de pesos (32.400 millones de dólares).

c) Dividiendo esta BM por el nivel de reservas a esa fecha 64.300 millones de dólares, nos da que el dólar teóricamente debiera estar en $21.40 (la mitad de la cotización actual).

d) Pero este cálculo de referencia teórico no es realista porque prescinde de considerar la base monetaria amplia, que incluye las Leliq. Si se las incluye, el tipo de cambio de referencia da $38.92 por dólar

f) Y si queremos precisar todavía más este cálculo en forma realista tenemos que agregarle la masa de pases pasivos obligaciones del BCRA a sólo un día de plazo y sistemáticamente renovados, lo que da un dólar de $ 52.62 $.

Notablemente, este último valor es muy cercano al tope de cotización comprometido por el presidente del BCRA Sandleris hasta fin del corriente año.

Ergo, cabe la fundada inferencia de que el gobierno Macri a través del BCRA y en función del acuerdo con el FMI está tomando en realidad como punto de referencia un valor del tipo de cambio en base a un stock de reservas prestadas que supone relativamente fijo contra una BM Amplia y no restringida a su cifra contable.

La esencia del negocio de la especulación financiera internacional es el arbitraje entre Tipo de Cambio y Tasas de Interés. La Argentina se ha convertido ya hace mucho tiempo en el paraíso de este sistema de negocios. Y dentro de este esquema el tipo de cambio de referencia es una pieza clave.

El presidente Macri vino a gobernar con deuda y en dos años de gestión reventó el problema del endeudamiento nacional generando una doble deuda pública inmanejable fiscal, en cabeza del Estado Central, y cuasi-fiscal, en cabeza del BCRA llevando al país a una nueva situación de default por incumplimiento de las obligaciones irresponsablemente contraídas.

Frente a la crítica situación creada bajo su administración no por una crisis heredada, porque esto Macri lo hizo el presidente recurrió de emergencia al salvataje del FMI con un préstamo récord histórico, para la Argentina y para el propio FMI, a los fines de poder llegar a completar su mandato.

El apoyo de los capitales financieros es de valor muy relativo para el análisis porque no puede saberse si estamos frente a un verdadero espaldarazo al gobierno de Mauricio Macri o simplemente ante un apoyo muy condicionado mientras se cumplen la mayoría de las concesiones a cumplir por el presidente durante lo que le queda de su mandato y que pudiera revertirse en caso que la actual administración con las PASO mediante no demuestre probabilidades electorales confiables.

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