¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16°
28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Hoy son lo que eligieron ser: varones trans, y no pretenden ocultarlo

Los ampara la Ley de Género, pero aún tienen muchos obstáculos que sortear. Sus testimonios y el de una especialista revelan una realidad que pocos conocen. 
Miércoles, 31 de julio de 2019 10:34

 

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

 

 

Nora Figueroa
El Tribuno


“Yo soy lo que soy, 
mi creación y mi destino 
Quiero que me des 
tu aprobación o tu olvido
Este es mi mundo
porqué no sentir orgullo...” Jerry Herman (1983).
En el año 2012 se sancionó la Ley 26.743 de Identidad de Género y con ella se abrió un mundo de derechos y reconocimientos a personas que se autoperciben de manera distinta al sexo asignado al nacer. 
Ese marco legal puso en el tapete un tema del que pocos hablaban y menos aún querían reconocer. Los estereotipos sobre lo binario empezaban a desmoronarse y la mirada crítica y acusadora pasó de ser natural a cuestionada. 
Pero la ley además plantea el derecho a acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad de género autopercibida y deben ser incluidas en el Plan Médico Obligatorio. 
Con el fin de dar cumplimiento a la norma y respuestas a quienes así lo requieran, desde el año 2017 en Salta funciona un consultorio de inclusión en el Centro de Salud N° 63 (Sarmiento 655) bajo la atención de María del Carmen Salvo (MP 4219), médica especialista en Endocrinología y Sexología Clínica. El centro de atención primaria está inserto en el Área de Diversidad que fue creada en marzo de 2016, para trabajar en lo que tiene que ver con garantizar y facilitar el acceso a la salud integral de las personas transgénero.

 


“El Área de Diversidad es un facilitador para que este grupo poblacional pueda acceder al sistema público de salud y eso implica varias líneas de trabajo”, instruyó la doctora Salvo en diálogo con El Tribuno. 
Por un lado está la capacitación profesional, “con formación de equipos de salud, médicos enfermeros, asistentes sociales y agentes sanitarios, no solamente de la capital sino también del interior de la provincia”.
Y el consultorio cuya función es recibir a los pacientes, asesorarlos, brindarles consejería en salud sexual, derechos sexuales y reproductivos, en tratamientos hormonales y no hormonales para la readecuación de género, es un espacio que se articula con otros profesionales e instituciones para que los pacientes puedan acceder a intervenciones quirúrgicas, y algún otro tipo de práctica que esté contemplada dentro de la Ley de Identidad de Género. 
“Este lugar es único en la provincia y la idea desde el Área de la Diversidad es generar y multiplicar los espacios que garanticen los derechos”, enfatizó la profesional especializada en la materia.
La población trans es muy grande y casi naturalmente está asociada a las mujeres trans, sin embargo y a pesar de estar muy ligadas en muchos aspectos también hay grandes diferencias entre la transmasculinidad y transfeminidad. Una de las diferencias está relacionada a la visibilidad que tienen las mujeres trans sobre los varones trans, porque para estos los rasgos que buscan son menos visibles y más fáciles de alcanzar. Sin embargo y según indicó la especialista, en el consultorio de inclusión, las consultas están equiparadas entre mujeres y varones trans. “Y estos últimos incluso superan en número a las mujeres trans, algo que generalmente se cree que es al revés”, aseguró y agregó que “los tratamientos son un poco más sencillos, y las cirugías de readecuación genital sí son un poco más complicadas para los varones que para las mujeres”. 
En este sentido y en lo que tiene que ver con la readecuación de género a transmasculino en Salta se realiza solo la adenomastecstomías laterales con masculinización de tórax, como una de las prácticas quirúrgicas contempladas por la ley. “Las que no se están haciendo son las de readecuación genital, en este caso tenemos profesionales que están en proceso de capacitación, es una curva un poco larga ya que dentro del campo de los especialistas es una subespecialidad que necesita de un proceso prolongado porque hay pacientes de por medio, primero con acompañamiento en cirugías hasta poder llevarlas a cabo, como cualquier proceso de aprendizaje de cirugía”, aseguró Salvo. 
Es importante informar que para acceder a los tratamientos solo es necesario contar con los exámenes de rutina, “para los que se debe tener en cuenta la edad, si han realizado algún autotratamiento o autoinmunizaciones previas y si están tomando algún tipo de hormona en el momento o si nunca la tomaron”. 

Lo psicológico 

En mayo de este año se estrenó en Tucumán el documental “Los Pájaros - Identidades transitando el vuelo”, un trabajo realizado por el psicólogo Federico Gómez Moreno (MP 2880) y el realizador audiovisual Matías Minhak -ambos oriundos de la vecina provincia- basado un proyecto de investigación de tres años acerca de personas trans masculinas. 
“El término trans en el imaginario colectivo está más asociado a lo femenino, en el caso de los chicos trans la visibilidad es menor, pero el gran problema que tienen es la aceptación familiar. El momento de poder conversar en su círculo primario, familiar y social, es complicado, sobre todo en el de transicionar con el acompañamiento y los puntos de apoyo que verdaderamente necesitan. En este sentido es muy interesante como se ha creado una red colectiva de chicos trans que se comunican a través de distintos medios para acceder a la información, que es fundamental. Las personas trans han sido consideradas durante muchos años como fenómenos de la anormalidad. Los procesos de hormonización en Argentina están empezando a tener mayor llegada para todos y hay más información, pero queda mucho camino por recorrer”, aseguró Gómez Moreno. 
 
Denominador común: “Ser un chico trans en Salta no es fácil”


“Ser un chico trans en Salta, que es una ciudad bastante conservadora, no es fácil”, aseguró a El Tribuno Ignacio Burgos de 31 años, integrante de Varones Trans Salta, una organización conformada para brindar información, contención y respuestas a dudas de personas que se autoperciben varones, “somos unos 20 aproximadamente y lo que buscamos es hacer visible lo que está invisibilizado. Eso tiene sus pros y sus contras en esta sociedad, es bastante costoso porque todavía es muy conservadora y machista... lo positivo es pasar a ser visibles, pero eso conlleva una angustia interna porque constantemente estamos viendo que no se nos note algún rasgo femenino y eso es algo más bien psicológico que debemos superar y aceptarnos tal cuál somos y no tratar de buscar pasar desapercibidos, agregó “Nacho”.
Por su parte desde Transmasculinos Autoconvocados, Salta y Diversidades (TrASAD) Antuán Darío Aranda, de 36 años, reconoce que “los varones trans, pasamos más desapercibidos que las mujeres trans, porque mayormente no se nota, excepto que hablemos, pero igual sufrimos violencia y bastante cuando vamos al encuentro de lo que nos autopercibimos”. 
Lejos de estar exentos de la discriminación o el maltrato los varones trans tienen el peso de tener que demostrar que son “machitos”, lo que en muchos de los casos los lleva a callar y no denunciar. 
“También sufrimos discriminación. En mi caso, que no me gusta ensuciarme, familiares o conocidos me decían ‘¿qué no querés ser hombre, machito?, bueno... los machitos se ensucian, los hombres trabajan así, ¿qué sos una nena?’... son muchas las cuestiones verbales que te van diciendo y duelen, es como que quieren que sigamos el estereotipo de ser machista”, recordó Darío. 
Las anécdotas son muchas y diversas, pero sin dudas la mayor preocupación e indignación viene de la mano de las instituciones que deberían asegurar una atención adecuada independientemente de la identidad de género y en algunos de los casos los violentan peor que en la calle. 
“Cuando tenemos que hacernos estudios anuales como la ecografía mamaria y el papanicolau, no te imaginas lo difícil que es... porque los que hicimos cambio de identidad y accedimos al DNI masculino sacamos los turnos y nos miran ‘literalmente como personas de otro planeta’. Tenemos que aclarar lo que es ser un chico trans: que tenemos un documento masculino, pero mantenemos genitales femeninos”, ejemplificó Nacho. 
Sin ir más lejos, el año pasado los tratamientos hormonales se vieron prácticamente suspendidos “estuvimos 9 meses sin recibir las hormonas. La doctora (Salvo) hacía lo imposible, pero no las mandaban”, relató Darío, quien además contó que para muchos significó un retroceso enorme. Los obstáculos son muchos, desde la salud por lo acotado del tiempo de atención del consultorio de inclusión (una vez por semana de 7.30 a 9.30) hasta la falta de inclusión laboral. 
Ambos coinciden en destacar que “hay compañeros que no tienen para comer todos los días”, o que “si bien la situación económica golpeó a toda la población en general a nosotros nos golpea el doble o el triple, porque antes costaba y ahora cuando accedés a una entrevista no ven tu idoneidad para el puesto, indagan más en lo personal”. 
El camino es largo y la lucha inclaudicable por eso están organizados y dispuestos a no callar más. Ellos se reúnen en el Centro Cultural Pata Pila (Maipú 1431) o bien se los puede contactar por Facebook bajo el nombre TrASAD.

Importancia de la información

“Yo me autopercibía varón hace bastante, pero no sabía que existían varones trans. Recién a los 28 conocí el tema de la diversidad, porque tampoco estaba vinculado, ni mi entorno lo estaba. Pero me acuerdo, cuando me estaba desarrollando y hasta los 15-18 años, que no quería tener pechos y no sabía cómo esconderlos, y me fajaba. Yo creía que era ‘torta’ o como se decía ‘marimacho’, porque ya me vestía como varón. Hasta que salió la ley y dije: ‘Yo soy esto‘. Siempre me sentí así y empecé a conocer más y a pelear por nuestros derechos”, contó Darío Aranda, quien hoy finalmente es lo que siempre quiso ser. 
“Acceder a la información es fundamental, sobre todo en la época en la que la sanción de leyes paradigmáticas y de gran relevancia en Latinoamérica como la de matrimonio igualitario (2010) o la de identidad de género, posibilitaron darle identidad y nombre, otorgarle y devolverle toda una estructura de derecho y marco legal a estas personas que pudieron decirse a sí mismas ‘esto que me pasa tiene este nombre’. Esto también deviene en la importancia de pensar la Educación Sexual Integral en las escuelas, porque es en la primera infancia, en la pubertad donde empiezan a hacer ruido esas inconsistencias entre el cuerpo asignado al nacer por la biología y la identidad autopercibida, y eso deviene en un sufrimiento psíquico imposible de comunicar y compartir”, aseguró el psicólogo Federico Gómez Moreno.
 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD