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Fue una sorpresa no tan ilógica

Miércoles, 14 de agosto de 2019 00:00

El triunfo por 15 puntos de la fórmula Fernández-Fernández es una victoria contundente, quedando además 2 puntos por encima del 45% para ganar en primera vuelta.

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El triunfo por 15 puntos de la fórmula Fernández-Fernández es una victoria contundente, quedando además 2 puntos por encima del 45% para ganar en primera vuelta.

Ello implica que la principal fuerza opositora queda con grandes posibilidades de ganar en primera vuelta. La diferencia en puntos respecto al oficialismo, es casi imposible de revertir, no es tan fácil de revertir como en 2015, porque entonces en las PASO entre el primero y el segundo (Scioli y Macri) sumaron 68%. Ahora, las dos principales fórmulas, reúnen 80%. Es decir que resulta imposible revertir la diferencia sobre este porcentaje.

El efecto "ganador" queda en manos de la principal fórmula de la oposición.

El Gobierno esperaba un empate y los mercados el fin de semana mostraron que pensaban iba a ganar Macri por pocos puntos.

La suba de 8% del Merval, los ADRS en Wall Street y la caída del riesgo país en la tarde del viernes 9 de agosto, así lo mostraron. En lo estrictamente electoral, Macri ha perdido el voto de las ciudades, que eran el epicentro de su apoyo electoral.

En términos muy simples, el aumento de pobreza, de desempleo, desigualdad y un gobierno que ha tenido tres de sus cuatro años en recesión, explican esta pérdida de apoyo en los sectores medios y en particular en los medios-bajos.

Para la primera vuelta faltan dos meses y medio, y la combinación de riesgo electoral y volatilidad económica, plantean problemas de gobernabilidad, en los cuatro meses que restan de este período.

El aumento de las posibilidades de la fórmula Fernández-Fernández, de ganar la elección presidencial, acentúa las dudas sobre la transición económica. Macri debe evitar ahora la experiencia de Alfonsín en 1989. Perdió la elección el 14 de mayo y ante el riesgo que implicaba Menem para los mercados en ese momento, se precipitó una crisis económica, que obligó a adelantar la entrega del poder del 10 de diciembre al 9 de julio.

Entre la derrota electoral y el adelanto de la entrega del poder, mediaron 54 días. Ahora entre las PASO y la primera vuelta hay 73.

La gobernabilidad hoy en realidad es más importante que la campaña electoral. Cualquier alternativa de recuperar la confianza sólo en el marco del oficialismo, no alcanzará.

Cambiemos tiene sólo 5 de 24 gobernadores, no tiene mayoría en ninguna cámara y ya le es muy difícil negociar con sectores del peronismo. Cabe señalar que en lo que va del año el Congreso sólo sancionó 9 leyes, la cantidad más baja en el mismo período desde 1983.

Y se vendrán tiempos difíciles para el país, habrá que esperar lo que pueda suceder el próximo 27 de octubre, con el resultado en las elecciones generales. Habrá que ajustarse bien los cinturones y ponerle el pecho a las balas.

Además, Macri ha perdido las PASO en todos los distritos, menos Córdoba y Ciudad de Buenos Aires.

Alberto Fernández tuvo definiciones claras contra la grieta y la venganza.

Pero Macri en sus manifestaciones, en la tarde del lunes 12 de agosto, respondió como en campaña, diciendo que todavía podía ganar una elección, que el resultado de las PASO parecen haber hecho imposible.

(*) Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

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