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Setenta años de compromiso con el pueblo y el espíritu de Salta

En estas décadas, El Tribuno mantuvo un fuerte lazo con sus lectores. Su trayectoria testimonia un compromiso inclaudicable con la democracia. 
Miércoles, 21 de agosto de 2019 00:54

El Tribuno salió a la luz hace hoy 70 años y es el diario de más extensa trayectoria de Salta. Tomó su nombre del cargo político creado en la república romana para representar a la plebe de las tribus frente a los cónsules, el senado y el patriciado. 

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El Tribuno salió a la luz hace hoy 70 años y es el diario de más extensa trayectoria de Salta. Tomó su nombre del cargo político creado en la república romana para representar a la plebe de las tribus frente a los cónsules, el senado y el patriciado. 

Su trayectoria testimonia un compromiso inclaudicable con la democracia, la equidad social, el trabajo, la educación y los derechos humanos.

Su historia es la historia de la Salta contemporánea. Durante siete décadas, nuestra provincia viene tratando de encontrar un camino que la conduzca hacia el desarrollo humano. Las dificultades son muchas, porque el éxito de esa misión depende de la política, y la política suele estar obstruida por confrontaciones agónicas e intereses parciales que le impiden avanzar hacia metas de grandeza.

Los valores que abraza El Tribuno quedan expresados en su línea editorial. El diario se ve a sí mismo como un medio al servicio de la comunidad, de todos y de cada uno de los habitantes de Salta, de sus derechos y de sus legítimas aspiraciones. Un medio de comunicación solo puede funcionar como tal y cumplir su misión en un ambiente de libertad de expresión y de opinión. En ese contexto, que solo existe en la democracia, su éxito y su subsistencia dependen de la confianza del público, que no es un cliente, sino un lector y un comprovinciano.

Los autoritarismos ven en los medios de comunicación y, particularmente, en los diarios un elemento que necesitan destruir o cooptar. En ese momento, muere el periodismo. Y, de esa manera, la democracia pierde un elemento insoslayable, ya que el pueblo no puede pronunciarse si no cuenta con información y elementos suficientes de opinión. El Tribuno se siente, además, una empresa. 

Todo medio periodístico es una empresa y, como tal, necesita de reglas de juego claras; al mismo tiempo, se ve obligado a afrontar las inestabilidades de la economía que, muchas veces, ponen en riesgo a todas las entidades con vocación creativa e innovadora.

El Tribuno también fue y es un defensor inclaudicable de la inversión productiva y la modernización económica de Salta. Nuestra provincia, que ya se acerca al millón y medio de habitantes, necesita transformar su sistema económico, superar la inercia y definir su futuro en áreas donde cuenta con ventajas comparativas, como la agroindustria, la minería y el turismo, o si continuará sujeta a mitos, presiones y prejuicios que hoy la paralizan.

Y también debe asumir una nueva realidad: la incorporación a la llamada “quinta revolución industrial”, una decisión que no puede limitarse a la incorporación de nuevos aparatos y aplicaciones en manos de unos pocos expertos, sino que supone una transformación drástica de los modelos de inversión y planeamiento, y del sistema educativo.

El Tribuno apareció en Salta cuando el diario La Provincia comenzaba su retirada y le tocó convivir, en sus primeras tres décadas, con el diario radical El Intransigente.

Se incorporó así a una historia del periodismo salteño que incluye a decenas de medios a lo largo de doscientos años. 

Su primer director fue el abogado Ricardo Falú. En 1955, un valiente artículo, con su firma y en primera página, fue irritativo para la llamada Revolución Libertadora. El título “No hay revolución sin pueblo”, donde defendía al peronismo como movimiento popular, fue el pretexto para clausurar y confiscar el diario.

El Tribuno permaneció intervenido hasta 1957. El 11 de agosto de ese año fue adquirido en subasta pública por la sociedad conformada por Bernardino Biella, quien poco después se convertiría en gobernador de Salta como candidato de la Unión Cívica Radical Intransigente, Jorge Raúl Decavi, el flamante director y poco después diputado nacional, y Roberto Romero, subdirector y administrador. 

En 1959 se constituye el primer directorio de la empresa, presidido por Roberto Romero. 

La incorporación del sistema offset en 1967, siendo el primer diario del país en usarlo, y la construcción de la planta editorial de Limache, en 1974, así como la participación en emprendimientos de gran envergadura, como la agencia Noticias Argentinas y la empresa Papel de Tucumán, mostraron la pujanza de Roberto Romero, así como su convicción profunda de que el federalismo no es solo un sistema jurídico sino que supone capacidad de iniciativa y vocación de progreso. 

Roberto Romero, el gran referente

La historia de El Tribuno incluye a muchas figuras prestigiosas de la vida periodística y cultural de Salta. Sin embargo, Roberto Romero, director entre 1959 y 1973, es su gran referente. 

Su capacidad de iniciativa, su visión de futuro y su compromiso como empresario lo convirtieron en el motor del diario y a él se deben el perfil comercial y publicitario, la organización como empresa y una línea editorial caracterizada por la valoración del desarrollo, el espíritu salteño y el compromiso con los sectores populares. Esa misma impronta define a su gestión como gobernador, entre 1983 y 1987, caracterizada por el impulso a la actividad económica, la innovación, el turismo y el desarrollo de los pueblos del interior. De su mano, Salta se erigió en líder de la integración en el Norte Grande y el Geicos, además de haber alcanzado fundamentales logros en materia educativa, de salud pública y viviendas.

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