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Habitantes de nuestros cerros: Doña Teodosia Viveros

De ochenta años, vive en la Quebrada del Toro donde todavía trabaja para cuidar a los animales que le dan el sustento de carne y leche a 3.900 metros sobre el nivel del mar. Integrantes de la fundación Alfarcito la visitaron. 
Domingo, 25 de agosto de 2019 18:25

Amante de los pobladores de la Quebrada del Toro, el recordado padre Sigfrido Maximiliano Moroder, más conocido como el padre “Chifri”, acostumbraba a visitarlos sin importar cuán aislados estuviesen en algún punto del imponente paisaje salteño. En su misión pastoral trabajaba incansablemente para ellos, trabajo que luego siguió la "Fundación Alfarcito". 

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Amante de los pobladores de la Quebrada del Toro, el recordado padre Sigfrido Maximiliano Moroder, más conocido como el padre “Chifri”, acostumbraba a visitarlos sin importar cuán aislados estuviesen en algún punto del imponente paisaje salteño. En su misión pastoral trabajaba incansablemente para ellos, trabajo que luego siguió la "Fundación Alfarcito". 

Y en esa misión de velar por cada poblador de la Quebrada, estos días integrantes de la fundación visitaron a doña Teodosia Viveros, una mujer de ochenta años del paraje El Palomar. Valiosa mujer de los cerros salteños, Teodosia todavía trabaja diariamente para cuidar de sus animales sin importar las inclemencias del duro clima que hay a 3.900 metros de altura sobre el nivel del mar. 

Según contaron desde la Fundación, Teodosia es viuda de don Eleuterio Lamas, quien falleció hace ya bastantes años. Vive junto a uno de sus hijos en una casita de adobe y paja. Cuida algunos animales que le dan el sustento de carne y leche.

Cuando fueron a verla, la encontraron trabajando, llevando bidones de agua de un arroyito que pese a ser las 11 de la mañana y a los rayos del sol estaba cubierto de hielo. La ayudaron entonces con los bidones y las botellas con agua, la que usa para cocinar y beber.

Charlando les contó historias del lugar, recordó a su marido y al padre Chifri a quien lo recordaba como un ángel enviado por el Señor, hizo grandes obras por las familias de los valles y quebradas.

Le entregaron algunas donaciones y despidieron con la promesa de volver pronto, ella agradeció la visita y les regaló unas coplas de alabanza a Dios.

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