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Alumnos copiaban a sacerdotes abusadores

Testigos del caso Próvolo, en Mendoza, dieron detalles del accionar de los religiosos.
Sabado, 14 de septiembre de 2019 01:02

Nuevos testigos en la causa por abusos en el Instituto Próvolo de Mendoza sumaron por primera vez una acusación por abuso sexual con acceso carnal contra el sacerdote Nicola Corradi (83) y denunciaron en el juicio que allí se vivía un clima de tal corrupción y perversión que "muchos alumnos copiaban a los abusadores". Los investigadores afirmaron que "todos eran víctimas y todos repetían", y que el grado de "corrupción y perversión era tal adentro del instituto que los propios alumnos copiaban a los abusadores con los mismos compañeros".

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Nuevos testigos en la causa por abusos en el Instituto Próvolo de Mendoza sumaron por primera vez una acusación por abuso sexual con acceso carnal contra el sacerdote Nicola Corradi (83) y denunciaron en el juicio que allí se vivía un clima de tal corrupción y perversión que "muchos alumnos copiaban a los abusadores". Los investigadores afirmaron que "todos eran víctimas y todos repetían", y que el grado de "corrupción y perversión era tal adentro del instituto que los propios alumnos copiaban a los abusadores con los mismos compañeros".

"Uno de los testigos reconoció que hubo abusos entre los mismos compañeros. Estaban muy corrompidos y los hechos que vivían eran tan tortuosos que actuaban como un acto reflejo de lo que les hacían a ellos", aseveraron. Estos testimonios están en marco del juicio por "abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con corrupción", que se les sigue a los curas Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59), y al administrativo Armando Gómez (57).

Esta semana, un joven que hoy tiene 22 años e ingresó al Instituto Próvolo a los 3 años fue el primero en acusar a Corradi por abuso sexual con acceso carnal, mientras culpó de malos tratos al sacerdote Horacio Corbacho y a la monja Kosaka Kumiko, ambos imputados por los abusos cometidos a niños sordos en esa institución.

El testigo, de identidad reservada, que hoy tiene 22 años, declaró en cámara Gesell que Corradi lo arrastró ante la mirada de todos hasta su habitación privada y lo abusó con acceso carnal, lo cual podría desembocar en una nueva causa para el religioso, que llegó a este juicio imputado por seis casos de abuso sexual simple. Al comienzo de la investigación el muchacho no había querido declarar y hasta llegó a vomitar en el baño de uno de los despachos al recordar lo vivido. Pero esta semana, y gracias a la fortaleza lograda tras un tratamiento psicológico, se animó a brindar su testimonio "todo lo que dijo encajó perfectamente", dijeron los abogados.

Con los brazos bien extendidos a modo de lenguaje de señas, el joven hipoacusico dijo: "Hoy contaré muchas cosas que nunca dije", y no como antes que "hablaba cortito" (juntando sus dos dedos índices). Así se supo del uso de pañales para ocultar las vejaciones, quién los compraba, y los detalles de cómo y quiénes los abusaban. En este sentido se espera -luego de escuchar el testimonio del testigo y ahora víctima- que tanto la fiscalía como la querella pidan que se amplíe la imputación del sacerdote por abuso sexual con acceso carnal.

Otro último testigo de esta semana en el juicio, hoy de 33 años, afirmó que por orden del sacerdote Corradi le daba pastillas para los nervios a unos de los chicos del Instituto. Explicó que ingresó al Próvolo cuando tenía 18 años y fue expulsado a los 23 por un cruce que mantuvo con la ex representante legal Graciela Pascual, indicaron fuentes del Ministerio Público Fiscal.

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