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25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Recuerdos de aquella tibia tarde de junio, cuando se gestó El Tribuno 

Solo dos meses llevó poner en marcha el nuevo diario que nació hace 70 años, el 21 de agosto de 1949.
Domingo, 15 de septiembre de 2019 01:02

Hoy, El Tribuno es uno de los diarios más modernos del país. Y en 1967, fue el primero de la Argentina en ser impreso en sistema Offset Integral, cuando era su director don Roberto Romero. Y hace poco, el 21 de agosto pasado, cumplió 70 años. Quizá por eso valga la pena recordar sus primeros pasos, desconocidos seguramente, para la gran mayoría de los salteños. 

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Hoy, El Tribuno es uno de los diarios más modernos del país. Y en 1967, fue el primero de la Argentina en ser impreso en sistema Offset Integral, cuando era su director don Roberto Romero. Y hace poco, el 21 de agosto pasado, cumplió 70 años. Quizá por eso valga la pena recordar sus primeros pasos, desconocidos seguramente, para la gran mayoría de los salteños. 

Todo comenzó una tibia tarde de junio de 1949, cuando cuatro periodistas tomaban un café en la confitería que por entonces estaba de moda en Salta: el “City Bar” (España y Mitre). Nadie imaginaba, ni por las tapas, que los cuatro ocultaban una preocupación: no tenían ni un peso para pagar los pocillos que habían consumido en más de dos horas de espera. La pequeña rueda se había formado a primera hora de la tarde, y allí aguardan a un señor que a pocos metros -en el Hotel Salta- se estaba jugando el destino de ellos, de sus pocillos, y también el de una empresa periodística que desde hacía tiempo andaba de mal en peor. Se habían acomodado en una mesa estratégica del “City Bar”. Desde ella podían ver la diagonal de la plaza 9 de Julio, corredor por donde, de un momento a otro, se acercaría quien tan ansiosamente esperaban. De pronto lo alcanzaron a ver cuando rodeaba el monumento de Arenales y enfilaba derechito para el café. Y por supuesto, entre ellos creció el suspenso mientras el señor de sombrero, caminaba lentamente por la plaza. Llegó a la esquina y cruzó la calle. Por fin, ingresó al local, ubicó a sus amigos, miró la hora en un reloj de pared y, a modo de saludo, dijo: “Ehh, ya son las cuatro de la tarde...”. Se sentó como algo cansado, apartó con sus manos los pocillos de café y en voz alta se dirigió al mozo: ¡Una botella de whisky, por favor!

Obviamente, la petición reunía todos los rasgos de un inminente brindis. Significaba que la operación, que tanto esperaba el grupo, por fin se había concretado; significaba que en el Hotel Salta, se acababa de sellar la suerte del diario “La Provincia”; y también, que los cuatro que hacía rato ocupaban la mesa sin un centavo en sus bolsillos, pasaban a ser periodistas de otro diario, del que esa tarde se comenzaba a gestar. ¿Como se llamaría? Ni idea, pero esa tarde tibia de junio de 1949, comenzaba a nacer El Tribuno, el mismo que hace unos días nomás, cumplió 70 años, casi tres cuartos de siglo.

El boleto 

La operación se hizo en una mesa del Hotel Salta. Allí se firmó el boleto de compra-venta de las máquinas que hasta entonces habían editado el diario “La Provincia”, de neta orientación conservadora. 

El que suscribió el documento por la parte compradora, fue el ingeniero Rinaldo Viviani, a la sazón, interventor del Partido Peronista de Salta. Y por la parte vendedora, el director propietario de “La Provincia”, don Enrique L Janín.

Pero el whisky, de aquella mesa del “City Bar”, también sirvió para celebrar el traspaso del personal de “La Provincia” al nuevo diario. Eran Luis Colmenares, Carlos Otero, Nolasco Zapata y Martín Rosa Guerrero, más los gráficos Carlos Palvecino, Hernán Alurralde, Adolfo Soria y Vicente Juárez. 

Orientación política

“La Provincia” era un diario de corte conservador, con una tirada de unos 1.500 ejemplares por día, y que pasaba por una difícil situación económica. Pertenecía a la Editorial “La Calle”, representada legalmente por Enrique J. Janín y Domingo Patrón, y su personal estaba integrado por dos directores, más los periodistas y los gráficos ya nombrados.

Pocos días después, ya en julio, “La Provincia” cerró y de inmediato comenzó la mudanza de máquinas al primer local de El Tribuno: España 524 (Banco Macro). Tanto la instalación de la rotativa, como la de otras máquinas, estuvo a cargo de técnicos contratados en Buenos Aires, quienes debieron desmontar y montar la rotaplana Duplex Printex, tres linotipos y algunas cajas de tipografía. Ese fue el modesto patrimonio inicial de El Tribuno, donde el Partido Peronista tuvo la mayoría de las acciones complementadas con las de Jaime Durán, Emilio Espelta y Ricardo Durand.

¿Y el nombre?

En agosto todo estaba listo para salir, pero faltaba el nombre, ya que su formato se había definido como de tipo “tabloide”. Los alegatos por el nombre fueron entre dueños y allegados políticos que enriquecieron el intercambio de ideas. Primero se propuso “El Cívico”, pero a poco fue desechado. Al final, surgió la iniciativa de Francisco Álvarez. Propuso El Tribuno, aludiendo al papel que en la Antigua Roma, cumplía el Tribuno. Además, dijo “que era un nombre breve; que sonaba bien y fácil de vocear”. Y para demostrarlo, voceó fuerte ¡el tribunooo! en la reunión de finca “Las Palmas” de don Emilio Espelta, en Cerrillos.

“Mita perro mita gente”

Finalmente el nombre El Tribuno resultó agradable, simple y no se prestaba a deformaciones en la venta callejera como ocurría con “El Intransigente”, al que los yrigoyenistas, con gran maldad, agregaban el estribillo: “mita perro, mita gente”. Por fin, “Pancho” Álvarez sentenció en Las Palmas: “El nombre llegará claro y sin dificultades para la voz del canillita”. Y así fue que adoptado el nombre, se decidió que el diario saldría el 21 de agosto de 1949.

De inmediato se cubrieron los cargos: Director: Ricardo Falú; Administración: Pedro Cuggia y Rafael Aramayo; en redacción: José M. Mirau, Alfredo Jul, César Perdiguero, Luis Colmenares, Nolasco Zapata, Osvaldo Nieva, Luis Mena, Aristóbulo Wayar, Antonio Vallejos y el “gallego” Lara, como jefe de taller. 

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