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En San Luis los reductores están, pero los evaden

A pesar de los seis lomos de burro sobre la ruta nacional 51, muchos conductores los eluden transitando por la banquina. El peligro continúa latente.
Lunes, 02 de septiembre de 2019 02:25

Seis reductores de velocidad se instalaron en los casi cuatro kilómetros de la ruta nacional 51 en su trayecto por el barrio San Luis, sobre la zona sureste de la ciudad. El objetivo era obligar a los conductores a que sacaran el pie del acelerador para brindar más seguridad a peatones, ciclistas y pasajeros, pero la picardía salteña no se hizo esperar. A pesar de que los negros lomos de burro están sobre el pavimento, los automovilistas los esquivan cruzándolos por las banquinas.

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Seis reductores de velocidad se instalaron en los casi cuatro kilómetros de la ruta nacional 51 en su trayecto por el barrio San Luis, sobre la zona sureste de la ciudad. El objetivo era obligar a los conductores a que sacaran el pie del acelerador para brindar más seguridad a peatones, ciclistas y pasajeros, pero la picardía salteña no se hizo esperar. A pesar de que los negros lomos de burro están sobre el pavimento, los automovilistas los esquivan cruzándolos por las banquinas.

Hace más de un año y medio que la Delegación Municipal de ese sector había gestionado la instalación de los lomos de burro en respuesta a múltiples pedidos de vecinos que, incluso llegaron a hacer cortes en la ruta.

"Desde que asumimos nuestra gestión hemos recibido notas firmadas por 300 vecinos pidiendo por los reductores", contó Laura Arias, que trabaja en la delegación municipal. Para poder formalizar ese reclamo, tuvieron que conformar un consejo asesor en el que quedaron representados vecinos de Villa Esmeralda, Villa Juanita, las escuelas del lugar y el destacamento policial. Con la firma de los delegados, el pedido fue elevado a la sede local de la Dirección Nacional de Vialidad, ya que nada se pude hacer sobre esta ruta sin el permiso de ese organismo que tiene jurisdicción sobre esa traza.

Durante ese tiempo, el destacamento policial realizó el estudio de accidentología no solo para conocer la cantidad de siniestros ocurridos durante determinado período, sino también los sectores de mayor riesgo vial, los desperfectos del trayecto (pavimento, banquinas, cruces), entre otros detalles. Pero aún teniendo todos estos requisitos, "el organismo nacional no autorizaba el pedido, a pesar de que el consejo asesor presentaba notas y notas durante ese tiempo", contó Laura Arias a El Tribuno.

Si bien los reductores ya fueron instalados, además de colocar nuevas señalizaciones y disminuir la velocidad máxima permitida en la ruta, el municipio ahora tiene que lidiar con la viveza de los conductores, que a la hora de toparse con un reductor lo evaden y pasan por la banquina. "Es un peligro porque mucha gente espera en la banquina para poder cruzar porque en algunos tramos casi no existen las veredas; sin ir más lejos, anoche a una vecina casi la atropellan cuando intentaba cruzar", explicó.

Lo que más infrinjen esta prevención son los mismos vecinos de la zona tanto vehículos, motos y hasta colectivos interubanos. Los accidentes viales han mermado considerablemente, pero no se descarta que puedan ocurrir nuevos accidentes debido a la viveza de los salteños al volante. Ante esta situación, desde la Delegación municipal se indicó que se proyecta ejecutar una extensión del lomo de burro para abarcar también la banquina.

En paralelo, la Subsecretaría de Tránsito hará tareas de prevención y control sobre la ruta para concientizar a conductores y peatones sobre la importancia de respetar las señales e infraestructura de seguridad vial.

 

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