Si acaso algo mantiene vivo a un preso, seguro es imaginarse la libertad con sus olores, sus ruidos, sus ojos sin rejas.
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Si acaso algo mantiene vivo a un preso, seguro es imaginarse la libertad con sus olores, sus ruidos, sus ojos sin rejas.
En ese imaginar y delirar hasta en los sueños con ser dueño del aire y del tiempo, cada prisionero va trazando un camino que lo redima del infierno personal, del lapidario latigazo de las leyes burladas en el espejismo de la soberbia y el poder, que siempre es efímero.
Escribir cuentos entre rejas es la herramienta y la senda que conecta al ex juez federal de Orán, Raúl Reynoso, con esa libertad que anhela cerrando los ojos como un halcón en su jaula al ver una bandada de pájaros que vuela.
"¿Quién mató al Juez?" es el título de su libro de cuentos publicado el jueves pasado, que tiene una original tapa con un dibujo de la justicia ciega, con la balanza rota y una espada escondida, realizado por su hija Conti.
Las vivencias carcelarias de Reynoso encendieron el fuego de su imaginación que se traduce en los cuentos que escribe y que reflejan su mirada de par sobre quienes delinquieron y habitan con él los calabozos federales.
Estos relatos, que son diez, conforman el flamante libro del exjuez, que se suma a otros varios que publicó cuando era considerado un intelectual de las leyes y tenía el martillo de la justicia por el mango.
Los cuentos son: La corporación; Una conversación a solas; La emboscada; Dilemas de la profesión; En la boca del lobo; Fuego y cenizas tras las rejas; Festejos en la adversidad; Evasión masiva; No los abandonaron; y Su novia en la cárcel.
Pero lo que se destaca en el inicio del libro es una especie de compendio de prólogos donde cuatro personalidades de la Justicia y de las Letras, celebran la publicación e introducen a los cuentos.
Así es como Thono Báez, quien firma como "amigo, poeta, un hombre de aquí y de allá", expresa contundente: "Para mi opinión, Raúl Reynoso es un preso político, más allá de cualquier aliteración jurídica. Cualquier privación de la libertad de un hombre inteligente, es injusticia".
Luego, Juan Carlos Fugaretta, juez penal de Pinamar, comienza diciendo: "Raúl me ha colocado en el difícil lugar de acompañar el nacimiento de su libro. Como sucede con los amigos cuando lo requieren, se debe proceder a trabajar en ello". Y a partir de ahí analiza cada uno de los diez cuentos.
El tercer prólogo es de Roberto Salvatierra, escritor y docente, quien concluye: "Más allá de su condición personal y de su azar, Raúl Reynoso escritor se reencuentra nuevamente con la palabra... ¿Quién es verdaderamente el culpable o el inocente? ¿El que inventa y no lo escribe porque no puede, ni sabe; o aquel que escribe porque sabe hacerlo y al hacerlo se redime?".
El último prólogo de este libro es de Oscar Humacata, periodista y abogado: "Intriga saber qué siente quien tuvo en sus manos laureles y vive la experiencia de tener desafiada su libertad... (El autor) busca con su narrativa... verdades a qué agarrarse, verdades que lo sostengan... Descubre un mundo donde la esperanza no tambalea, solo espera".
A fines de marzo pasado, el exjuez Reynoso, que había pedido en el juicio su "absolución lisa y llana", fue condenado a 13 años de prisión por beneficiar al narcotráfico. También le aplicaron una inhabilitación para ejercer cargos en la Justicia por 35 años. En este proceso, Reynoso lleva ya tres años y dos meses de vivencias en la cárcel federal de la ciudad de Gemes. Ahí se aferró a los cuentos como un escape a la locura del encierro, esa soledad poblada de culpas, de rezos, de Atalayas y Evangelios.