La necesidad de generar y contar con fondos es el gran desafío que enfrentará el próximo Gobierno salteño para hacer frente a sus obligaciones. Más del 10 por ciento del Presupuesto se destina al pago de intereses y amortización de la deuda, que asciende a 500 millones de dólares, con lo que queda un margen muy corto para el normal funcionamiento y potenciar el desarrollo de la provincia. De las obligaciones que todavía tiene pendientes el Gobierno provincial, el 69 por ciento está dolarizado y, solo el 31 por ciento restante es deuda en pesos. Es un dato más que llamativo. Si bien en los últimos días el dólar estuvo tranquilo, hubo antes una fuerte devaluación.
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La necesidad de generar y contar con fondos es el gran desafío que enfrentará el próximo Gobierno salteño para hacer frente a sus obligaciones. Más del 10 por ciento del Presupuesto se destina al pago de intereses y amortización de la deuda, que asciende a 500 millones de dólares, con lo que queda un margen muy corto para el normal funcionamiento y potenciar el desarrollo de la provincia. De las obligaciones que todavía tiene pendientes el Gobierno provincial, el 69 por ciento está dolarizado y, solo el 31 por ciento restante es deuda en pesos. Es un dato más que llamativo. Si bien en los últimos días el dólar estuvo tranquilo, hubo antes una fuerte devaluación.
Según el cálculo de amortización e intereses que hace el referente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea, con ese stock de deuda y un tipo de cambio estimado en $60,95 por dólar, en 2020 y 2021 se necesitarán 14.400 millones de pesos por año para hacer frente a las obligaciones y, en 2022 y 2023, 11.100 millones de pesos por año.
Los datos fueron expuestos en una nueva edición de los ciclos de desayunos de trabajo de la Universidad Católica de Salta. Bajo la consigna "Seguimiento de la coyuntura económica provincial y nacional", el decano de la Facultad de Economía y Administración de la casa de altos estudios, Lucas Dapena, presentó el informe de la Fundación Mediterránea, de la que también es economista jefe para el NOA.
Los indicadores socioeconómicos que deberá enfrentar y, con el tiempo, corregir el próximo gobierno en Salta no variaron. Se mantienen históricamente en valores que ubican a la provincia como una de las más atrasadas del país.
El 55 por ciento del Presupuesto anual de la Provincia se destina al pago de sueldos y, hasta fin de año, ese número se incrementará por la decisión oficial de actualizar los salarios de la administración pública al ritmo de la inflación.
"No hay que olvidarse que del Presupuesto provincial y del dinero que el próximo gobernador va a tener para llevar adelante sus gestiones, más de la mitad se va en sueldos, después tenemos también un 10% que se va en deudas, entonces queda muy poco dinero para concretar políticas activas que permitan que los salteños vivamos mejor, que haya menos pobres, que haya menos indigentes y que haya más empleo", advirtió Dapena.
El informe presentado, aclaró el economista, se basa en datos oficiales extraídos del Indec y de otros organismos como la ONU y la UNSa. En este sentido, puso el foco en que "las mediciones son del aglomerado que incluye Salta capital y zonas aledañas, sin contar los departamentos más pobres del territorio salteño. Además, advirtió que la pobreza e indigencia por hogar y por persona también son variables que muestran el atraso de la provincia.
"Salta depende en más de dos tercios de sus recursos de lo que pase a nivel Nación. Esa es otra gran tarea que tendrá la próxima administración por delante: intentar, sin elevar la carga impositiva, empezar a lograr un desarrollo económico que nos permita recaudar más impuestos a nivel provincial, pero sin ahogar al sector de la economía privada que es una economía, lamentablemente, subdesarrollada comparada con otras provincias", advirtió.
Durante la presentación, Dapena expuso que la administración entrante se encontrará con una provincia que tiene un producto bruto geográfico (PBG) muy bajo, de apenas 7.968 dólares cuando la media es de 14.475 dólares (datos al 2017); lo mismo que el índice de desarrollo humano, que mide Naciones Unidas, y en el cual Salta se encuentra a nivel nacional en el puesto 21 sobre 24 distritos, solamente por encima de Formosa, Chaco y Santiago del Estero.
"En Salta cambia una etapa, un ciclo de gobierno de doce años, y empieza otro gobierno. Y es bueno analizar cuáles son, más o menos, las variables socioeconómicas con las cuales se va a encontrar este nuevo gobierno", indicó.
El economista dijo: "Si ponemos en una tabla a las provincias y las comparamos por distintas variables, tenemos que Salta siempre estuvo en los últimos lugares y, hoy, lamentablemente sigue en los últimos lugares, por lo que el próximo Gobierno se encuentra con una estructura socioeconómica que no ha mejorado".
Citó además que, según los datos del Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (Ielde), la pobreza multidimensional, o estructural, en Salta es grave, ya que alcanza a más del 40% de la población. De hecho, Salta es la más pobre del país medida en estos términos, con una media ubicada en por debajo del 20%. En educación, en tanto, Salta está por debajo de la media nacional respecto a personas con estudios universitarios, con solo un 5,3% frente a una media del 7,7%. El sector industrial cayó en los últimos años y, al 2017, el sector representaba el 9,1% del PBG, una décima por encima de la mitad de la media nacio nal, que era del 18,1%.