Trabajadores de la empresa local del servicio de agua potable fueron atacados por un grupo de jóvenes que, aprovechando las labores de los empleados, les arrebataron un celular y otros bienes, iniciándose de esa manera una violenta gresca que culminó con la destrucción del parabrisas y otros daños de la movilidad de los empleados.
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Trabajadores de la empresa local del servicio de agua potable fueron atacados por un grupo de jóvenes que, aprovechando las labores de los empleados, les arrebataron un celular y otros bienes, iniciándose de esa manera una violenta gresca que culminó con la destrucción del parabrisas y otros daños de la movilidad de los empleados.
La violencia ejercida hizo que los trabajadores debieran huir de la ira de los inadaptados, que dejaron a sus vecinos sin la provisión diaria del agua potable que la empresa estaba suministrando. Se trata de una patota del barrio 9 de julio, ubicado al oeste de Tartagal y una de las zonas que más padecen la falta de agua.
El hecho se produjo en horas de la mañana del domingo, cuando los tres trabajadores que pertenecen a una empresa que brinda servicios de alquiler de unidades y reparto de agua a la empresa Aguas del Norte fueron atacados por varios integrantes de una patota, todos jóvenes de corta edad, con intenciones de robo, afirmaron fuentes del norte provincial.
Los malvivientes de esa conflictiva barriada aprovecharon que los trabajadores estaban ocupados tratando de aprovisionar de agua a los vecinos y se acercaron a la unidad, desde donde primero sustrajeron el teléfono celular de uno de los operarios. No conforme con esto regresaron y le arrojaron piedras al camión una de las cuales impactó en el parabrisas.
Las esquirlas del parabrisas dañado afectaron a uno de los operarios en tanto que otras piedras dañaron la tapa del tanque cisterna y las mangueras de la unidad. Afortunadamente los operarios pudieron huir en el mismo camión sin mayores consecuencias. El hecho se produjo a plena luz del día y a la vista de todos los vecinos ya que las bandas de esa parte de la ciudad se manejan con total impunidad.
Desde la empresa prestataria del servicio se confirmó que los trabajadores formalizaron una denuncia policial, pero lo más delicado de la situación es que difícilmente los camiones cisternas puedan ingresar al barrio a proveer del vital elemento a las familias que más padecen la falta de agua. "Son barrios de mucha conflictividad y nunca había sucedido nada, pero ahora habrá que analizar si es o no conveniente que los camiones entren a dejar agua a los vecinos", explicó un trabajador de la empresa que presta el servicio.