La Provincia y la Universidad Nacional de Salta se unieron para desarrollar un proyecto que busca que la comunidad de Acambuco cuide su medio ambiente. La iniciativa se realiza con los fondos de la ley nacional de bosques. El proyecto "Educación y comunicación ambiental en las comunidades del área de gestión territorial integrada Serranías de Tartagal" se desarrolla en la localidad ubicada a unos 500 kilómetros de Salta, en el departamento San Martín, en el marco del convenio específico suscrito entre la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia de Salta y la Fundación de Altos Estudios de la Universidad Nacional de Salta (Fundaltes).
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La Provincia y la Universidad Nacional de Salta se unieron para desarrollar un proyecto que busca que la comunidad de Acambuco cuide su medio ambiente. La iniciativa se realiza con los fondos de la ley nacional de bosques. El proyecto "Educación y comunicación ambiental en las comunidades del área de gestión territorial integrada Serranías de Tartagal" se desarrolla en la localidad ubicada a unos 500 kilómetros de Salta, en el departamento San Martín, en el marco del convenio específico suscrito entre la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia de Salta y la Fundación de Altos Estudios de la Universidad Nacional de Salta (Fundaltes).
La idea del proyecto es trabajar con la comunidad, y las instituciones intermedias para desarrollar la conciencia sobre la protección del medio ambiente.
La resolución N§ 1795/18 designó al Centro de Investigaciones Socio Educativas del Norte Argentino (Cisen), de la Facultad de Humanidades de la UNSa, como responsable de la ejecución del proyecto debido a su experiencia y trayectoria en el desarrollo de investigaciones y la formación de estudiantes, docentes e investigadores en el campo de las ciencias sociales y de la educación. En este sentido el Cisen se comprometió a brindar el asesoramiento científico y técnico y el apoyo logístico necesario para ejecutar las acciones delineadas en el convenio.
Las acciones comenzaron en septiembre de este año hasta el mes pasado y tiene continuidad en el 2020.
En lo que fue del año se realizaron talleres de sensibilización ambiental con instituciones educativas de nivel primario y secundario, un taller de participación ciudadana ambiental dirigido a la comunidad, pintaron un mural ambiental comunitario en el colegio secundario, hicieron actividades sociocomunitarias como la obra de títeres "Sueño para volar", a cargo del grupo "A Punto de Ser Pez".
También elaboraron la reseña de la obra: "Cuenta la historia de una niña que busca un tesoro de monedas de oro", un relato que en el camino encuentra diferentes personajes que le enseñan que los tesoros más queridos no son de oro y que hay que buscarlos en la naturaleza y en la propia identidad. También organizaron un almuerzo comunitario.
Elaboraron audiovisuales para difundir el patrimonio socio ambiental del lugar y para documentar leyendas y memorias orales. Confeccionaron libros de cuentos y juegos de mesa para recrear la biodiversidad de área Acambuco. Lo destacable es que el trabajo se realizó en territorio y lo que mas convocatoria tuvo fue el mural diseñado por José Rueda.
Lo que viene
Para el 2020 está programado el Ateneo de Formación Docente "La dimensión ambiental en las prácticas educativas en contextos rurales".
La convocatoria de especialistas que conformarán el equipo de capacitación, así como la planificación del Ateneo y la elaboración del material didáctico se está diagramando.
La actividad se realizará a principios del año lectivo 2020 en la sede regional Tartagal de la UNSa y convocará a docentes de la zona (Aguaray, Tartagal, Acambuco, Macueta, Campo Largo y El Chorrito).
Características de una zona de exhuberante naturaleza
Las familias campesinas dependen exclusivamente de los recursos naturales
Una de las capacitaciones a los habitantes de Acambuco.
Acambuco limita al norte con Bolivia, al oeste con el río Grande de Tarija, que luego pasa a llamarse río Itaú, y con propiedades privadas argentinas, el límite este lo constituyen las serranías de Aguaragüe y Tartagal, mientras que el límite sur también está definido por propiedades privadas. Contiene un rango altitudinal entre 650 y 1.200 msnm.
Se encuentran poblados dispersos, conformados por aproximadamente 100 familias que desarrollan actividades agrícolas-ganaderas, destinadas fundamentalmente al autoconsumo, con venta de algunos excedentes al mercado. Las huertas y la cría de animales (vacas, ovejas, caballos, chanchos, gallinas, abejas) forman parte de la economía social y el desarrollo local. Se producen migraciones regulares de jóvenes que se van a las ciudades de Tartagal, Aguaray, Pocitos o Embarcación por razones de estudio o en búsqueda de oportunidades laborales.
El agua no es corriente ni potable. Se extrae de pozos en las viviendas o en vertientes de la zona. El único medio al que accede la población para la comunicación es la radio, captando radio Nacional, emisoras de Tartagal y algunas de frecuencia modulada de Mosconi. Es así que los pobladores reciben mensajes de otros lugares a través de este medio y para enviar uno es preciso comunicarse con radio Nacional de Tartagal.
El difícil acceso para llegar al “valle largo”
Es un área natural protegida desde el año 1979.
Una vista imponente del Valle de Acambuco
Acambuco es una expresión que en lengua chiriguana significa “valle largo” o “quebrada larga”. Se ubica en el extremo norte de Salta, departamento General San Martín, en el municipio de Aguaray. Para llegar se accede por la ruta nacional N° 34, ingresando por el paraje Piquirenda “Misión Fátima”, para luego continuar 50 km por un camino angosto de tierra delineado por la ruta provincial N° 56. A unos pocos metros se ubica un puesto de control de la empresa petrolera Pan American Energy, cuya seguridad nos indica la existencia de carteles y señales a la vera del camino como una forma de visibilizar el tránsito de los camiones que descienden del valle y la presencia de animales sueltos.
La infraestructura caminera es uno de los principales problemas en la zona, si bien otros parajes como Campo Largo y Macueta se encuentran en peores condiciones de aislamiento, sobre todo en épocas de lluvia, por arroyos que crecen en época estival y cruzan los caminos.
Se reconoce como un área natural protegida mediante la Ley provincial Nº 5360 desde el año 1979, afectando los terrenos fiscales entonces identificados como fracciones 36-40, con el objeto de establecer reservas forestales permanentes y semilleros a perpetuidad.