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La actividad avícola salteña va en ascenso y llega a otras provincias

Las producciones de carne y huevo abastecen el mercado interno. Hay potencial. Pequeños productores también tienen emprendimientos a baja escala o para subsistencia.
Miércoles, 08 de enero de 2020 00:50

"Que se arregle todo de una vez. Que dejen de hablar de la pobreza, y si hay mucha pobreza que la gente vaya al campo. Nosotros fuimos siempre el granero del mundo y hay que enseñarle a la gente, por ejemplo, del norte a plantar, a tener gallinas en el gallinero".

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"Que se arregle todo de una vez. Que dejen de hablar de la pobreza, y si hay mucha pobreza que la gente vaya al campo. Nosotros fuimos siempre el granero del mundo y hay que enseñarle a la gente, por ejemplo, del norte a plantar, a tener gallinas en el gallinero".

La frase, por demás frívola, pertenece a Susana Giménez, un ícono de la farándula argentina, con lo cual no debería sorprender la liviandad de sus expresiones. No obstante, la diva de los teléfonos fue tendencia en noticieros y redes sociales luego de expresarse de esta manera en los últimos días.

Si bien el Ministerio de la Producción de la Provincia no cuenta con datos oficiales actualizados en torno a la actividad, productores del sector manifestaron a El Tribuno que en Salta existe una importante producción avícola, tanto de carne como de huevo, la cual permite abastecer al mercado local y llegar a provincias vecinas e, incluso, hay producciones tan grandes que llegaron a hacer envíos al exterior.

En el caso particular del huevo, la producción de la provincia permite cubrir la demanda de la plaza local, la casi totalidad del mercado de Jujuy y parte de Tucumán.

Mientras que, en lo que respecta a la carne del pollo, la producción también es bastante grande. En efecto, hay inversiones importantes como la de Sofía, con presencia en el Valle del Sianca y el Valle de Lerma, con cría y faena de pollos. También hay otra gran producción en El Carril, lo mismo que en Tartagal y en Metán.

Parte del consumo, incluso, se abastece del mercado informal, con lo que la expresión de Susana Giménez, además de estigmatizar a las personas que viven en el norte del país, no aporta nada de originalidad, porque es una actividad por demás difundida. En efecto, hasta no hace mucho tiempo, el programa ProHuerta del INTA abastecía de pollitos BB a pequeños productores familiares que se dedican a la cría de subsistencia de animales de granja.

También hay producciones medianas, que abastecen a pocas carnicerías y pollerías puntuales.

Consumo en aumento

En Argentina, cada habitante consume 43 kilos de carne aviar y 265 huevos por año en promedio, según un informe de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro) difundido a fines del 2019.

La entidad ruralista destacó además en ese informe el crecimiento de las exportaciones, en especial a China, Emiratos Árabes, Rusia y Chile. En este sentido, reveló que los envíos al exterior representan US$ 330 millones para el sector.

Según el relevamiento de Coninagro, en la Argentina hay 6.500 granjas, 83% de la producción se desarrolla en Buenos Aires y Entre Ríos, y deja 2,1 millones de toneladas de carne aviar y un millón de huevos.

El rol de Prohuerta

En Salta el programa Prohuerta, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), asiste continuamente a productores familiares con semillas, pollitos BB y capacitaciones permanentes.

En diálogo con El Tribuno, el asistente regional de Prohuerta de Salta-Jujuy, Leonardo Fernández, indicó que el programa cuenta con dos temporadas de trabajo, primavera-verano y otoño-invierno.

"En ambas se presta continuamente el servicio de semillas a través de la entrega de un kit a todas las familias que lo necesiten y de entrega de pollitos BB que se hacen a través de los municipios", reveló.

El asesor indicó que "además se dictan capacitaciones en general y en cualquier momento del año".

"Este es un programa abierto a todas las familias que tengan intenciones de autoproducir alimentos", destacó Fernández.

Para recibir los kits de semillas, pollitos BB y la capacitación necesaria, los interesados pueden acercarse a la sede del INTA o, para mayor comodidad, a cualquier centro de salud de la provincia.

Fernández resaltó que quienes quieran sumarse “pueden hacerlo a través de los agentes sanitarios, que son promotores voluntarios del programa”. 

“Ellos (los agentes sanitarios) tienen nuestras semillas y toda la información necesaria para brindar capacitaciones en cualquier momento”, explicó el agente de Prohuerta a este diario.

Sobre la modalidad, indicó que “esta es una forma estratégica que tenemos de llegar a una mayor población que, además, suele ser la más vulnerable”.

“De esa forma podemos llegar a todos. Hay gente de bajos recursos o vulnerabilidad extrema que necesita que él programa se acerque a ellos”, porque si no no acceden”, dijo y agregó que “esta modalidad es la más exitosa que hemos tenido y por eso la sostenemos desde hace varios años”.

Cómo criar gallinas en la casa

Recomendaciones para llevar a cabo la producción a baja escala. 

 

El Prohuerta asiste a productores familiares.

Para tener buenos resultados en la producción de huevos, es necesario que las gallinas reciban cuidados básicos de temperatura, luz e higiene en la etapa de crecimiento, una adecuada alimentación y fundamentalmente instalaciones aireadas y desinfectadas. 

“Quien recibe pollitos sí o sí tiene que tener una capacitación previa, realizada junto a un técnico del INTA o un promotor”, señalan desde el organismo.

Por otra parte, se indicó que “la familia debe tener un lugar preparado donde alojarlos y el alimento, porque hay que darle los cuidados adecuados para que ese pollito se desarrolle y llegue a la producción de huevo o de carne”.

Es necesario reconocer las distintas etapas: la etapa de cría va del nacimiento hasta los dos meses; luego, hasta los cinco o seis meses, se realiza la recría; desde entonces y hasta la postura del primer huevo, es el primer ciclo de postura. Durante el período de cría, los pollitos consumen unos dos kilos de alimento balanceado y deben mantenerse con una temperatura de 32 a 36 grados.

Para recibir los pollitos, se debe preparar el lugar donde van a alojarlos con algunos cuidados especiales: contar con calefacción mediante focos de 40 a 60 watts (colocado unos 20 o 30 centímetros sobre los pollitos) o lámparas de querosén, un material aislante sobre el piso formado con tres capas (cartón, viruta y papel de diario), bebederos y comederos apropiados que prevengan que se mojen los pollitos, que ingresen al agua o ensucien el alimento, un corralito de 40 por 60 centímetros, construido en cartón, para evitar el hacinamiento y donde estarán las primeras tres semanas.

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