El 24 de agosto de 2012 Clotilde Suárez de Ragone recibió la mención “Mayor Notable Argentino” en el Congreso de la Nación. En aquel año llevaba ya 36 reclamando justicia por la desaparición de su esposo, Miguel Ragone, exgobernador de Salta, secuestrado en 1976. Ayer, a los 98 años de edad y sin dejar un solo día de pedir informes sobre el paradero de su esposo, Clotilde falleció en la clínica Cruz Azul de la ciudad de Salta.
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El 24 de agosto de 2012 Clotilde Suárez de Ragone recibió la mención “Mayor Notable Argentino” en el Congreso de la Nación. En aquel año llevaba ya 36 reclamando justicia por la desaparición de su esposo, Miguel Ragone, exgobernador de Salta, secuestrado en 1976. Ayer, a los 98 años de edad y sin dejar un solo día de pedir informes sobre el paradero de su esposo, Clotilde falleció en la clínica Cruz Azul de la ciudad de Salta.
Clotilde Suárez de Ragone nació en Salta el 28 de septiembre de 1921, en el seno de una familia salteña de seis hermanos. Estudió en el colegio Santa Rosa y obtuvo el titulo de maestra en 1941. Era hija del agente Pedro Suárez, quien se desempeñó en la división Caballería de la Policía de Salta, fallecido en 1968 en Salta y de la costurera Rosario Ceballos de Suárez, quien murió en 1954 en Buenos Aires.
Se trasladó a la Capital Federal en 1942, junto a todo el grupo familiar para que sus hermanos varones pudieran continuar sus estudios universitarios. Ya antes había conocido a quien sería su compañero y con quien emprendería un camino de desafíos y luchas.
Terminando ambos sus estudios secundarios, Clotilde conoció a Miguel Ragone a fines de la década del treinta en Salta. Al igual que sus hermanos varones, poco tiempo después y dispuesto a cumplir el sueño de ser doctor, Miguel Ragone se trasladó a Buenos Aires para comenzar su carrera de médico, ciudad en la que se afianzó la incipiente relación.
La casa familiar de los Suárez en Buenos Aires hasta 1955 estuvo situada en la avenida Caseros.
Entre 1943 y 1949 Clotilde estudió dibujo en el colegio del Complejo Bernasconi, cercano a Parque Patricios. Nunca ejerció la docencia.
En el año 1949 Clotilde se casó con Miguel Ragone en la iglesia de Pompeya de la ciudad de Buenos Aires. En 1950, libros de medicina a cuestas de un viejo jeep, con su pequeña hija Clotilde de dos meses en brazos, emprendió junto a sus esposo el largo viaje de regreso a su querida Salta donde ambos soñaban con construir su familia y cumplir el deseo de Miguel: ejercer la medicina junto al pueblo.
Su primera hija nació en el Complejo Bernasconi, en Buenos Aires. Ya en Salta llegaron Miguel, Alfonso y José. Este último ya fallecido.
Entre 1950 y 1955 los Ragone vivieron en una pequeña casa en los fondos del entonces (en construcción) hospital Christofredo Jakob. En esos años su vida familiar junto a su esposo e hijos se entrelazaba estrechamente a la vida del hospital, dividiendo su tiempo entre el cuidado de los hijos, la cocina de la casa, la del hospital y el trato con enfermeras, pacientes mentales y administrativos.
En 1955 se trasladó junto a toda su familia a vivir al garaje de la casa de una hermana en la esquina de Ituzaingó y Tucumán, al quedarse sin vivienda por la cesantía que enfrenta su esposo Miguel Ragone como resultado de su militancia peronista por el embate de la llamada “Revolución Libertadora”.
En 1956 se trasladaron a la casa que ocupó hasta los últimos días. Allí donde el tiempo parecía no transcurrir, donde los muebles recordaban las épocas en que Miguel salía a trabajar en el hospital San Bernardo, como la mañana en la que se lo llevaron.
En 1973 Clotilde se convirtió en la primera dama salteña cuando Miguel Ragone fue electo gobernador. Pero este cargo no afectaba su vida diaria. El cuidado de la casa, los árboles del jardín que junto a su esposo habían plantado, el disfrute de los nietos y las idas al almacén, como cualquier otra salteña.
En el pasaje Gabriel Puló 146, junto a su hija mayor y su yerno, transcurrió su vida, siempre a la espera. Solo deseaba conocer dónde estaban los restos de su esposo. La verdad sobre lo que había ocurrido, estaba segura de que lo sabría cuando “en el más allá vuelva a reunirme con él”. Sin falta, desde la desaparición de Miguel Ragone, esta mujer hacía una misa recordando aquel día: solo mantener viva la memoria de su esposo.
Apariciones públicas
En 2017 Clotilde Suárez de Ragone hizo una de sus últimas apariciones públicas con El Tribuno, cuando se cumplían 41 años del secuestro de su esposo. En aquel momento la viuda de Ragone recordó las últimas horas junto a su esposo y lo que sintió cuando supo que estaba secuestrado.
“La noche anterior un amigo de la familia vino a casa para decirle que estaba en las listas negras. Nunca pensamos que iban a hacer algo tan atroz. Cuando me dijeron que se lo habían llevado me quise volver loca”, recordó Clotilde junto a su hija mayor, que lleva su mismo nombre y su nieto, Fernando Pequeño.
“Esto es algo que no olvidamos, es algo terrible. Hasta la muerte voy a seguir esperando que lo encuentren y cuando muera voy a saber qué fue lo que pasó”, dijo convencida de que volvería a ver a Miguel, el compañero que había elegido para toda la vida.
Hoy Clotilde Suárez de Ragone deja a tres de sus cuatro hijos, 14 nietos y 13 bisnietos con una enseñanza de lucha de vida.
Ayer sus restos fueron cremados y en los próximos días serán llevados al panteón familiar en cementerio de la Santa Cruz.