Adriana Virga, médica neumonóloga del hospital San Vicente de Paúl, desde el mes de agosto gestionó que en el nosocomio se utilice el tratamiento con ibuprofeno sódico, pero en los últimos días comenzó a recibir amenazas de familiares de pacientes.
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Adriana Virga, médica neumonóloga del hospital San Vicente de Paúl, desde el mes de agosto gestionó que en el nosocomio se utilice el tratamiento con ibuprofeno sódico, pero en los últimos días comenzó a recibir amenazas de familiares de pacientes.
Virga contó que quedan muy pocas ampollas para este tratamiento compasivo que se aplica y no todos los pacientes están en condiciones de recibirlo. Además, la decisión depende del médico a cargo de controlar cada caso. Pese al esfuerzo que realizan los profesionales denunció que recibió agresiones de personas que la esperan afuera del hospital.
"He sido hasta agredida o amenazada por los familiares de los pacientes que quieren que se les administre el tratamiento, entiendo a los familiares pero cuando el virus está avanzado en el paciente es en vano aplicarle el ibuprofeno sódico y muchas veces la gente no entiende eso".
Ante la consulta de qué pacientes es óptimo tratar, la doctora aclaró: "Es más fácil tratar al paciente cuando llega a tiempo, muchas veces algunos llegan con un cuadro muy severo y por más que uno le administre ibuprofeno sódico no mejora".
La profesional expresó su determinación de dejar de nebulizar a los pacientes y delegarle la tarea a sus colegas "porque estoy descuidando mi programa de TBC, yo soy asmática y por DNU no debería estar trabajando y lo sigo haciendo, pero quiero que el programa de enfermería y los médicos también se comprometan con los pacientes que están tratando y siguiendo, es cuestión de compromiso del médico a cargo del paciente".
"También así he recibido reclamos de mis colegas de por qué yo me dedico a nebulizar a sus pacientes, y ahí entendí que la equivocada era yo y festejo que mis colegas se involucren con el tratamiento del paciente con COVID-19", finalizó la doctora Virga.