El ministro de Educación de Salta, Matías Cánepa, dijo ayer en conferencia de prensa que se está buscando financiamiento nacional para poder hacer "alguna contratación de docentes y psicopedagogos" dispuestos a trabajar unas horas en un programa de acompañamiento pedagógico destinado a las y los estudiantes que perdieron el vínculo con la escuela, especialmente del último año de la secundaria.
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El ministro de Educación de Salta, Matías Cánepa, dijo ayer en conferencia de prensa que se está buscando financiamiento nacional para poder hacer "alguna contratación de docentes y psicopedagogos" dispuestos a trabajar unas horas en un programa de acompañamiento pedagógico destinado a las y los estudiantes que perdieron el vínculo con la escuela, especialmente del último año de la secundaria.
Diez días atrás, la secretaria de Planeamiento Educativo, Analía Guardo, le había contado a El Tribuno sobre la idea de salir a buscar casa por casa a unos 6 mil chicos que están por terminar el nivel medio y que no se conectaron nunca o se conectaron pocas veces para revincularlos con la escuela. En aquella ocasión la funcionaria provincial había dicho que esta tarea sería llevada adelante por los denominados acompañantes educativos del área de Políticas Socioeducativas que funciona en el ámbito del Ministerio y los municipios.
Después de siete meses sin saber dónde están esos chicos, la idea parece no tomar forma. "Estamos trabajando en eso, esperamos en la brevedad posible poder avanzar", manifestó Cánepa, a dos meses de que se termine el año.
Por otra parte, en momentos críticos en que gran parte de los recursos provinciales y nacionales están puestos en la salud, esperar que se liberen fondos para educación es difícil. Más aún sabiendo que el personal de educación es el más numeroso de toda la administración pública, es raro ver que el ministro esté buscando dinero para financiar más personal, en lugar de tratar de eficientizar el recurso humano que tiene.
Los mismos funcionarios repiten todo el tiempo que hay que entender que hay una emergencia. Ahora bien, las decisiones si bien son extraordinarias, tienen que tener un mínimo de previsión, a estas alturas ya se tendría que haber definido cómo serán esas tutorías y quiénes las darán. Por ejemplo, firmar convenios con los últimos años de las carreras universitarias o de los profesorados de la Provincia.
El titular de Educación en Salta ratificó que el calendario escolar 2020 aprobado cuando no estaba la pandemia se mantiene, por lo que los más de 30 mil docentes salteños tendrán las vacaciones reglamentarias de más de dos meses en plena emergencia educativa.
El ministro hizo hincapié en el "enorme esfuerzo" que están realizando en sus casas docentes, alumnos y familias en referencia a las clases virtuales, destacando que todos se merecen un descanso.
Al referirse al desgranamiento escolar, Cánepa dijo que eso se va a trabajar el año que viene. "Vamos a tratar de que no haya índice de abandono importante, en la secundaria siempre fue preocupante el abandono: 1 de cada 2 chicos dejaba la escuela, esto puede tener un agravamiento por la pandemia, por lo tanto, a través del programa de acompañamiento vamos a buscar que esto no suceda", manifestó el ministro de manera confusa.
Vuelta a clases
El jueves, el Consejo Federal de Educación aprobó por unanimidad los nuevos indicadores que regirán para definir la vuelta a las clases presenciales, suspendidas en casi todo el país desde el 16 de marzo pasado. Pese al avance, tanto en Salta como en la mayoría de las provincia, aún no hay fecha de retorno.
Con la nueva resolución, las grandes ciudades, aquellas de más de 500 mil habitantes, podrán ajustar el modelo del CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) para medir el riesgo de una apertura.
El modelo sigue tres indicadores: la cantidad de casos diarios de acuerdo a la población en los últimos 14 días, la disponibilidad de camas, y si la infraestructura educativa está en condiciones de aplicar los protocolos de higiene y distanciamiento.
Es decir, mide la capacidad de una jurisdicción de contener un brote. De ese entrecruce de variables surge un indicador que determina si el riesgo es bajo, moderado o alto. Solo en los casos de bajo riesgo, los distritos pueden emprender el regreso a clases.
Ni bien arrancó la conferencia, Matías Cánepa ratificó que "hoy la situación epidemiológica de la provincia impide que tengamos ningún grado de presencialidad en cualquiera de los departamentos". Incluso, en los 11 departamentos que en la actualidad tienen menos de 100 casos de COVID-19 y que en su mayoría hay escuelas rurales.
Sobre esto argumentó que el problema de las zonas rurales es que pueden tener pocos casos, pero que son parte del mismo sistema de salud de la provincia. Es decir, "uno de los indicadores que se toman en cuenta es las cantidad de camas disponibles; si hay pocas, eso afecta a todo el sistema", señaló.
Mencionó además todo lo que implica el traslado de docentes con distintas residencias a esas zonas, algo que Educación no sabe cómo resolver.