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Piden estar atentos a la falta de aire ante esfuerzos habituales y consultar a tiempo

Advierten que muchos pacientes llegan al hospital muy graves.
Domingo, 11 de octubre de 2020 02:16

Muchos pacientes que tienen COVID-19 llegan a los hospitales cuando tienen mucha dificultad respiratoria y ya están muy graves.

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Muchos pacientes que tienen COVID-19 llegan a los hospitales cuando tienen mucha dificultad respiratoria y ya están muy graves.

Profesionales de la salud pidieron a las personas que intenten vencer el miedo y consulten en cuanto descubran que se agitan al hacer movimientos habituales. Recomendaron acudir a un médico antes de tomar medicación y, lo más importante, prevenir la infección de coronavirus.

"Estamos viendo una consulta medio tardía. A veces, a raíz del miedo de venir al hospital, hay pacientes que llegan acá después de días con dificultad respiratoria y ya están muy graves", advirtió el coordinador de la carpa de cribado que se instaló al lado del hospital San Bernardo, Facundo Iñiguez.

El médico explicó que la falta de aire o disnea es un signo de alarma para la COVID-19 y que una consulta temprana puede ayudar a evitar que el cuadro empeore. "Si notan una agitación desmedida ante esfuerzos usuales, les pedimos que consulten aunque no hayan tenido fiebre", insistió.

Aseguró que este es el principal motivo de consulta que ven: "La mayoría de los otros síntomas los pacientes los toleran, como la fiebre, la tos, la diarrea o la pérdida del olfato. Casi todos los que vienen tienen una notable falta de aire o agitación ya sea en reposo o ante esfuerzos mínimos".

Para saber cuán grave está una persona, los profesionales de la salud evalúan si la falta de aire se da cuando hace esfuerzos grandes, usuales o pequeños o cuando está en reposo. "Si una persona está con falta de aire mientras está en reposo o ante esfuerzos pequeños, como levantarse de la cama e ir hasta la puerta de la pieza, está grave", observó Iñiguez.

Para definir si un paciente necesita ser internado, el criterio es si oxigena bien su sangre o no. Para eso, el oxímetro de pulso sirve como guía, pero lo principal es la evaluación clínica. "Un paciente puede estar oxigenándose normalmente, pero a expensas de un gran esfuerzo respiratorio. Quizás satura a 96, pero lo mantiene porque usa todos los músculos accesorios de la respiración. Entonces, a pesar de que ahora está bien, capaz se agota en dos o tres horas", observó.

Consultar para medicarse

Otro de los pedidos de los médicos es que las personas consulten con un especialista antes de tomar medicación. "Muchos pacientes intentan hacer un tratamiento en casa. Van por su cuenta a una farmacia y consiguen medicamentos. Se automedican durante varios días y, si no funciona después de 5, 6 o 7 días, llegan acá cuando ya no pueden más", observó Iñiguez.

"La automedicación es siempre mala. Un farmacéutico no es un médico y quizás no llega a transmitir las pautas de alarma para consultar al hospital y no quedarse en casa automedicándose", consideró.

Recordó que, si bien hay algunos tratamientos en investigación para la COVID-19, no hay ninguno que esté validado.

Lo mejor, prevenir

Iñiguez opinó que el mejor modo de cuidarse es no contagiarse y pidió retomar las medidas de cuidado: "Lo más importante para mí sigue siendo la prevención de la infección. Por eso, tengo que pedirles de nuevo ayuda a todos con el distanciamiento social, el uso de barbijos, el lavado de manos con alcohol en gel o con agua y jabón y evitar la reunión innecesaria...".

Explicó que los encuentros familiares y sociales son los que generan más contagios: "Una persona infectada se junta con 10 en un asado en el día de la madre y capaz que 5 o 6 salen infectados. Cada uno vuelve a una casa diferente y así se va multiplicando...".

Dos personas por día en la carpa

Por la baja de casos, había camas disponibles en los hospitales.

En la primera semana de funcionamiento, ingresaron alrededor de dos personas por día a la carpa de cribado al lado del hospital San Bernardo. 

Debido a la poca cantidad de casos de COVID-19 que hubo esta semana, había camas disponibles en el Centro de Convenciones y en el nosocomio y en poco tiempo se logró derivar a estos pacientes.

El coordinador, Facundo Iñiguez, dijo que sospechan que habrá más demanda la semana próxima, debido al aumento de la movilidad de los ciudadanos. “Esperamos que haya un pico dentro de una semana debido a que se levantaron las medidas de contingencia. Al aumentar el contacto social, esperamos que vuelva a haber muchos casos”, comentó.

El médico señaló que, si crecen mucho las consultas, puede llegar a superarse la cantidad de camas de terapia intensiva. Cuando esto suceda, recién se empezará a ocupar más la carpa y desde allí se derivará a otros centros de atención.

En este espacio, hay unas 50 camas con oxígeno, 2 médicos y 10 enfermeros de manera permanente. Los pacientes pueden llegar en ambulancia o por sus propios medios. Los primeros, por lo general, tienen cuadros más complicados y los segundos, en su mayoría, no tanto. 

La idea es que los pacientes permanezcan allí menos de seis horas. Durante este tiempo, se los compensa y se les da medidas de soporte. Una vez que se evalúan sus cuadros -sobre todo, su capacidad respiratoria- y, dependiendo de si son leves, moderados o graves, se decide si pueden volver a sus casas, si necesitan ir a una sala común en un hospital o a una cama de terapia intensiva.

En casos de extrema urgencia, cuentan con los medios necesarios para dar soporte avanzado mediante intubación o respiradores portátiles, hasta que se consiguen camas de terapia intensiva.

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