Muchos argentinos en los últimos tiempos se han expresado públicamente en contra de la cuarentena como medida para frenar la circulación del Covid 19, por las consecuencias económicas negativas que acarrea.
Otros se manifestaron en favor de las restricciones, por el temor a que el virus haga aún más daño a la sociedad que el que ya viene infringiendo.
Llevamos prácticamente ocho meses desde el inicio de la pandemia, en los que el tema coronavirus a monopolizado la comunicación. En la radio, diarios, revistas, televisión, internet, conversaciones familiares y charlas de amigos es el tema recurrente. Hemos escuchado constantemente durante el año a expertos de todo el planeta e instituciones globales y de “cabotaje” contar sus hipótesis, opiniones y pareceres acerca de la circulación del virus.
Es decir, que nadie puede decir que ha carecido de la información necesaria para tomar sus recaudos y evitar que el Covid 19 afecte su vida y la de sus seres queridos, independientemente de cualquier medida gubernamental.
Frenar al virus en el fondo ya no depende de imposiciones, sino de una actitud personal.
Por el comportamiento manifiesto por grandes sectores de la sociedad, el “como” transitar este tramo nefasto de la historia de la humanidad no es prioritario. Así, los niveles de mortandad y de contagio han llegado a niveles récord, y gran parte de esa dura realidad es resultado del fracaso de la responsabilidad individual.
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Muchos argentinos en los últimos tiempos se han expresado públicamente en contra de la cuarentena como medida para frenar la circulación del Covid 19, por las consecuencias económicas negativas que acarrea.
Otros se manifestaron en favor de las restricciones, por el temor a que el virus haga aún más daño a la sociedad que el que ya viene infringiendo.
Llevamos prácticamente ocho meses desde el inicio de la pandemia, en los que el tema coronavirus a monopolizado la comunicación. En la radio, diarios, revistas, televisión, internet, conversaciones familiares y charlas de amigos es el tema recurrente. Hemos escuchado constantemente durante el año a expertos de todo el planeta e instituciones globales y de “cabotaje” contar sus hipótesis, opiniones y pareceres acerca de la circulación del virus.
Es decir, que nadie puede decir que ha carecido de la información necesaria para tomar sus recaudos y evitar que el Covid 19 afecte su vida y la de sus seres queridos, independientemente de cualquier medida gubernamental.
Frenar al virus en el fondo ya no depende de imposiciones, sino de una actitud personal.
Por el comportamiento manifiesto por grandes sectores de la sociedad, el “como” transitar este tramo nefasto de la historia de la humanidad no es prioritario. Así, los niveles de mortandad y de contagio han llegado a niveles récord, y gran parte de esa dura realidad es resultado del fracaso de la responsabilidad individual.