Ayer culminó la 76ª Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa que dejó como balance tres problemas que desafían al periodismo y a la democracia: la intolerancia de los gobiernos hacia la investigación de los medios de prensa, el incremento de la violencia y el crimen organizado en América latina (que se cobraron este año la vida de 18 profesionales) y la compleja tarea de adecuar el sistema informativo a las nuevas plataformas, que incluye definiciones editoriales y económicas.
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Ayer culminó la 76ª Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa que dejó como balance tres problemas que desafían al periodismo y a la democracia: la intolerancia de los gobiernos hacia la investigación de los medios de prensa, el incremento de la violencia y el crimen organizado en América latina (que se cobraron este año la vida de 18 profesionales) y la compleja tarea de adecuar el sistema informativo a las nuevas plataformas, que incluye definiciones editoriales y económicas.
En la era en que las "fake news" y la posverdad han sido instaladas por la práctica política como recurso engañoso, la profesionalidad; esto exige opinar, analizar e informar con fundamentos, debe diferenciarse de esas distorsiones.
Este año, la pandemia obligó a realizar una asamblea inusual, virtual, cada uno desde su país. La pandemia que ocupó el primer lugar de la agenda durante todo el año obligó, también a los medios, a "reinventarse" y a interrogarse sobre su futuro.
La digitalización, con sus exigencias tecnológicas y sus propios tiempos para la información, es un camino sin retorno, pero que aún no muestra con claridad el futuro del financiamiento de los medios. La información profesional fue siempre, y lo seguirá siendo, un componente esencial para la democracia, porque es la condición para que la ciudadanía se informe, debata, opine y decida. Los frenos, limites y condicionamientos que los creadores de la posverdad.
Veneno antidemocrático
En la jornada de cierre, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, como el jueves lo hiciera el de Panamá, Laurentino Cortizo, firmó la declaración. Es el segundo mandatario que firma la Declaración de Salta, centrada en la libertad de prensa en el mundo digital y adoptada por la SIP en 2018. El primero fue hace solo dos días y también en esta Asamblea General el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo. Rubricó la Declaración de Chapultepec (1994) y la Declaración de Salta (2018), dos documentos históricos, entrelazados entre sí, en los que la SIP expresó su compromiso con la libertad de prensa y la integridad de los periodistas en todo el continente. El presidente Abinader enfatizó que el abuso de poder no es patrimonio exclusivo de los gobiernos autoritarios, sino es un "veneno" que se inocula en la democracia. "El antídoto es la libertad de expresión y el periodismo independiente es un escudo con el que podemos contar para defendernos", afirmó. "El poder tiene que entender que sin la crítica ordenada y razonada ejercida por los medios de comunicación y los periodistas no tarda en llegar la arbitrariedad, la injusticia y el miedo", añadió el presidente dominicano. "Ignorar la importancia de la tarea de los periodistas profesionales e independientes es dar cabida a la "posverdad o las fake news'".
Los dos mandatarios, Cortizo y Abinader, firmaron las actas de Salta y Chapultepec con "lápices inmorales", cuyo grafito contiene el ADN de tres periodistas asesinados y cuyos crímenes siguen impunes. La campaña de educación pública "Lápices Inmortales" es una forma de combatir la impunidad que rodea a los crímenes contra periodistas. La SIP presentó también el Índice de Chapultepec, medidor continental de libertad de expresión y prensa, desarrollado por la Universidad Católica Andrés Bello, de Venezuela.
En la misma línea, la entidad otorgó el Gran Premio a la Libertad de Prensa a más de cien trabajadores de prensa del continente que perdieron la vida este año debido a coberturas de la pandemia 2019.
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