Los dueños de boliches bailables salteños manifestaron que atraviesan una situación "severamente complicada" al no poder abrir sus puertas todavía. El rubro fue uno de los primeros en cerrar por la cuarentena estricta en marzo pasado y todavía no se sabe cuándo podrán volver. Es que la actividad no está entre las tantas habilitadas por el Comité Operativo de Emergencia (COE) recientemente.
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Los dueños de boliches bailables salteños manifestaron que atraviesan una situación "severamente complicada" al no poder abrir sus puertas todavía. El rubro fue uno de los primeros en cerrar por la cuarentena estricta en marzo pasado y todavía no se sabe cuándo podrán volver. Es que la actividad no está entre las tantas habilitadas por el Comité Operativo de Emergencia (COE) recientemente.
El ministro de Gobierno, Ricardo Villada, sostuvo el sábado pasado tras una reunión del COE: "Bailar en un lugar cerrado será posible únicamente cuando haya inmunizaciones. Si no, no va a ser factible, pero sí puede haber otras alternativas de emprendimientos al aire libre como ya se está dando". Jorge Villalobos, dueño de Castillo Mao Mao, contó que hay propietarios de boliches que ya cerraron definitivamente sus locales y que el resto subsiste como puede.
"Cada uno vendió cosas personales. Hay gente que vendió vehículos, sonidos, máquinas de hielo, de frío, equipos de luces. Los bolicheros ya no tienen qué vender. Es desesperante la situación. Somos respetuosos del panorama sanitario pero estamos pasando un momento muy malo", aseguró Villalobos.
Añadió que muchos de ellos figuran en el Veraz porque no pudieron cumplir con pagos. "Los bancos y los compromisos no esperan. Seguimos pagando las boletas de luz, los empleados, el mantenimiento de los locales porque, si no, se vienen abajo", señaló.
Clandestinidad
Villalobos aseguró que hay confiterías que se llenan y que algunas tienen DJ y la gente se levanta de las sillas para bailar. Además, señaló que proliferan también las fiestas clandestinas.
"Festejos prohibidos hay en todos lados y eso nos perjudica. La gente necesita diversión, ya convive con este virus, quiere salir a pasar un buen momento. Nosotros somos los únicos que podemos ofrecer un espacio apropiado, seguro, con contención, con protocolos, tomando la temperatura, respetando el distanciamiento y controlando. Nosotros seguimos cerrados mientras la clandestinidad avanza", hizo hincapié.
Son varios los boliches que tienen patios al aire libre. El de Villalobos es uno de ellos. "Al aire libre se puede trabajar. Más peligroso que un casino, que es un espacio cerrado al que concurre la gente o un gimnasio, donde la gente inhala y exhala constantemente una al lado de la otra, no hay", aseveró.
Dada la restricción que aún pesa sobre los boliches, los empresarios del rubro siguen considerando la idea de reconvertirse y abrir confiterías, aunque Villalobos lo hizo a fines de junio pasado y confesó que le fue mal. "Fue casi imposible poner a trabajar a todo el plantel de empleados: seguridad, barmans, limpieza... Entonces nos turnamos. Un gran problema fueron los costos, además de incursionar en un rubro que poco conocemos como el gastronómico, sin contar que el poder adquisitivo de la gente no es bueno. Entonces, tenés que poner precios accesibles. No fue buena la experiencia. Ni hablar de pagar el alquiler".
Agregó que hay diálogo con los gobiernos provincial y municipal y que, si bien se sienten apoyados, "entendemos que no les podemos pedir más, así que buscaremos volver a trabajar como confiterías. No nos queda otra hasta que esto vaya atenuándose", finalizó.
Darío Gómez, propietario del boliche Elephant, también definió la situación del rubro como "crítica", principalmente por los alquileres. "No queda otra que esperar la vacuna. Es muy difícil. Estamos rogando que esto se solucione lo antes posible", dijo.
Agregó que "se habilitaron los casinos, que son lugares con mucha afluencia de gente, pero uno trata de entender. Obviamente, queremos abrir pero no podemos ser imprudentes tampoco. Ni siquiera regresaron las clases. Ojalá pronto podamos volver a trabajar aunque sea con la mitad de la capacidad de gente porque uno empieza a endeudarse cada vez más con los servicios de luz y todos los otros compromisos", culminó.
Paseo Balcarce
Por otra parte, propietarios de locales gastronómicos del Corredor Balcarce habían solicitado al Gobierno provincial, hace una semana, extender el horario de cierre hasta la 1 de la madrugada. Actualmente pueden abrir hasta las 0.00. Sin embargo, el COE recientemente ratificó este último horario por dos semanas más.
Además, habían pedido autorización para utilizar espacios internos. "Hoy solo nos permiten los espacios libres, ventilados, las veredas, y ahora el clima acompaña, pero esto se complicará cuando comiencen las lluvias", explicó el tesorero de la Cámara Hotelera y Gastronómica, Juan Chibán.
El protocolo para espacios internos implica el distanciamiento de un metro y medio, cuatro personas por mesa, elementos de sanitización, sin cartas físicas sino digitales, y el no uso de aire acondicionado.
"Nos encantaría abrir normalmente. Sabemos que hay restricciones sanitarias que cumplir pero entendemos que podemos trabajar sin problemas con los protocolos que venimos implementando", finalizó.