Hoy comienza una semana de definiciones para toda la comunidad de Cerrillos, pero especialmente para los vecinos de la zona este de la ciudad que están padeciendo el daño de la improvisación histórica de sus gobernantes, de la falta de planificación urbana, de inversión en las obras imperantes y de políticas humanas.
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Hoy comienza una semana de definiciones para toda la comunidad de Cerrillos, pero especialmente para los vecinos de la zona este de la ciudad que están padeciendo el daño de la improvisación histórica de sus gobernantes, de la falta de planificación urbana, de inversión en las obras imperantes y de políticas humanas.
La semana pasada, luego de que la Municipalidad decidiera cercar con lonas y sepultar a varios muertos por coronavirus en un predio inundable, literalmente pegado a viviendas de los barrios Villa Evita, San José y 2 de Abril, el fiscal penal Federico Gabriel Portal determinó la suspensión de las inhumaciones. Se espera ahora que la Justicia pueda determinar las genuinas condiciones de dignidad para los vivos y para los muertos, tras haberse aclarado la compleja trama que se tejió detrás de la situación dominial del terreno que perteneció a la sucesión de Laura Velarde Mors. De hecho, hasta hace días los herederos ignoraban que la expropiación se hubiese concretado porque aparentemente no les informaron ni tampoco les pagaron. Tanto es así que una de las herederas, Otilia Velarde, dijo a los medios el lunes pasado: "Yo me enteré de esto ahora cuando vino mi hijo con las noticias y me dijo: mamá, te usurparon el terreno para enterrar muertos por COVID. Fui hasta el predio, sentí una gran indignación y puse la denuncia".
La que sí se enteró en 2016 cuando la Provincia tomó posesión del predio, fue la intendenta de Cerrillos, Yolanda Vega, quien fue formalmente informada por a Fiscalía de Estado sobre la ley de expropiación que proyectaba ahí la construcción de viviendas y la ampliación del cementerio, pero justo en el otro extremo del predio, a continuación del antiguo cementerio, y no sobre las humildes viviendas donde con total falta de consideración, ya inhumaron a los difuntos entre escombros y basura con los que pretendieron vanamente rellenar este terreno durante la gestión de exintendente Rubén Corimayo.
Vega nunca dispuso de partidas presupuestarias en 4 años para obras en ese predio y tampoco informó al Concejo Deliberante sobre la posesión de este lugar para utilidad pública. Ahora, con el coronavirus pisándole los talones, tomó la decisión más cómoda para la comuna y más dañina para el ambiente y para los vecinos que soportan el hedor a muerto y la presencia de los difuntos en el fondo de sus casas.
Ya lo dijo en una nota anterior el exdiputado por Cerrillos Mario Ábalos: "Vega gobierna desde 2015 y ella podría haber informado al Concejo en 2016 de la posesión del predio, y haber solicitado a la Provincia los recursos para las obras que dice la ley. En su primera gestión recibió más de 570 millones de pesos entre coparticipación nacional, provincial, fondo federal de soja, emergencia crítica, cooperadora asistencial y recursos genuinos de impuestos. ¿Qué hizo con todo ese dinero? Nadie sabe porque ella no rinde cuentas y nunca responde a los pedidos de informes del Concejo Deliberante".
En declaraciones a otros medios, el coordinador general de la Municipalidad de Cerrillos, Valentín Sanz Vega, hijo de la intendenta, reconoció: "No es un cementerio improvisado, pero sí de emergencia. Es cierto que no está como debe ser, ni como queremos que sea, pero estamos buscando dar soluciones". Lo cierto es que aún en emergencia, enterrar cadáveres en los fondos de las casas no es una solución ni mucho menos.
Hay reglas que observar para inhumar
En Cerrillos no existe reglamentación para el cementerio. Quizás por eso las autoridades deban atender lo que exige el procedimiento para manejar cadáveres COVID-19 de la provincia de Salta, aplicable a todos cementerios. Entre sus muchos puntos dice que “se recomienda que en el lugar destinado se realice la apertura con retroexcavadora en
forma progresiva, con el cierre de la misma por
hileras y el adecuado tratamiento sanitario del suelo... Que este lugar se encuentre alejado del
tránsito habitual y de las vistas de la comunidad”.