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La rosarina que cree y apuesta a la fuerza zen

Podoroska habló sobre la técnica que utiliza para mayor concentración.
Lunes, 05 de octubre de 2020 02:18

Nadia Podoroska ha probado el sabor del éxito. A sus 23 años, la tenista de Rosario estrena su casillero de victorias en Grand Slam y alcanza los cuartos de final de Roland Garros, gracias a una mezcla de furia en la pista combinada con una mentalidad zen que le ayuda a centrarse en sí misma.
La argentina, procedente de la fase previa, venció 2-6, 6-2 y 6-3 a la a checa Barbora Krejcikova y se convirtió en la primera argentina en cuartos de un grande desde los que jugó Paula Suárez en Wimbledon en 2004, año que antes, en París, había alcanzado las semifinales.
¿El secreto? “Me centro en mi misma, en mi juego, no pienso en el contexto, en todo lo demás”, asegura la jugadora, que solo cuando sale de la pista deja rienda suelta a sus emociones.
Podoroska entró en el Abierto de Estados Unidos de 2017, pero no logró ganar un partido. Ese mismo año, en Roland Garros intentó meterse en el cuadro final por la fase previa ya en 2017, pero su partido inicial contra la checa Marketa Vondrousova apenas duró 37 minutos y solo ganó 21 juegos.
Desde entonces, muchas cosas han cambiado en la vida de esta tenista, de abuelos ucranianos, que se instaló en España con el respaldo de sus padres, que siempre han sido un sustento para sus deseos de llegar lejos en el tenis.
“Para mi es muy importante, desde chiquita he tenido el apoyo incondicional de mis padres, es algo único, sin él no habría podido hacer la carrera que quería. Confiaron en mi para seguir el colegio a distancia, me aguantaron mis subidas y bajadas. Me decían que mientras yo fuera feliz, todo estaba bien”, narró.
El acelerón llegó durante el confinamiento provocado por la pandemia, cuando logró una autorización de su país para viajar a España y allí la preparación con sus entrenadores argentinos fue clave.
Desde que volvió a jugarse al tenis, ha ganado 21 partidos en arcilla y ya tiene 42 en lo que va de temporada en todas las superficies.
“No esperaba este resultado en Roland Garros aunque venía con mucha confianza, ganando muchos partidos. Ahora me siento feliz, contenta de cómo estoy llevando todo esto. Son experiencias nuevas para mí, me ha ayudado centrarme en cada partido, a no mirar el contexto, a centrarme en lo que hago yo cada partido”, aseguró.
Podoroska se siente mentalmente más preparada ahora para afrontar los duelos, en parte al trabajo psicológico que hace con un preparador adepto de las técnicas del budismo zen.
“Hoy me ayudó a sacar el partido del contexto, de que eran unos octavos, que podía llegar a cuartos, las excusas del viento, los nervios,... En lugar de verlo desde la queja pude ser positiva, estar en el presente, aprovechar cada pequeña oportunidad que tenía. Todo eso lo he aprendido desde el lado del zen. Son cosas que he aprendido para fuera de la cancha que me sirven dentro”, aseguró.
“Tengo mucha confianza en lo que estoy haciendo dentro de la cancha, seguridad de tener claro lo que hago. Confío mucho en lo que hago”, asegura la tenista, que ahora mira los años pasados y se acuerda de toda la gente que le ayudó.
Podoroska juega con decisión, que ella toma el buen momento que atraviesa, lo que le da seguridad para afrontar a las rivales y a las condiciones, que fueron muy ventosas en su partido de ayer.
Ahora se medirá contra la ucraniana Elina Svitolina, tercera favorita, de 26 años, que viene de ganar el torneo de Estrasburgo y que disputará los cuartos de Roland Garros por tercera ocasión, tras haber jugado el año pasado las semifinales de Wimbledon y del Abierto de Estados Unidos.
“Va a ser un partido muy complicado, ella tiene mucha experiencia, viene de ganar un torneo la semana pasada. Pero voy a pensar menos en ella y enfocarme en mí”, afirmó.
 

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Nadia Podoroska ha probado el sabor del éxito. A sus 23 años, la tenista de Rosario estrena su casillero de victorias en Grand Slam y alcanza los cuartos de final de Roland Garros, gracias a una mezcla de furia en la pista combinada con una mentalidad zen que le ayuda a centrarse en sí misma.
La argentina, procedente de la fase previa, venció 2-6, 6-2 y 6-3 a la a checa Barbora Krejcikova y se convirtió en la primera argentina en cuartos de un grande desde los que jugó Paula Suárez en Wimbledon en 2004, año que antes, en París, había alcanzado las semifinales.
¿El secreto? “Me centro en mi misma, en mi juego, no pienso en el contexto, en todo lo demás”, asegura la jugadora, que solo cuando sale de la pista deja rienda suelta a sus emociones.
Podoroska entró en el Abierto de Estados Unidos de 2017, pero no logró ganar un partido. Ese mismo año, en Roland Garros intentó meterse en el cuadro final por la fase previa ya en 2017, pero su partido inicial contra la checa Marketa Vondrousova apenas duró 37 minutos y solo ganó 21 juegos.
Desde entonces, muchas cosas han cambiado en la vida de esta tenista, de abuelos ucranianos, que se instaló en España con el respaldo de sus padres, que siempre han sido un sustento para sus deseos de llegar lejos en el tenis.
“Para mi es muy importante, desde chiquita he tenido el apoyo incondicional de mis padres, es algo único, sin él no habría podido hacer la carrera que quería. Confiaron en mi para seguir el colegio a distancia, me aguantaron mis subidas y bajadas. Me decían que mientras yo fuera feliz, todo estaba bien”, narró.
El acelerón llegó durante el confinamiento provocado por la pandemia, cuando logró una autorización de su país para viajar a España y allí la preparación con sus entrenadores argentinos fue clave.
Desde que volvió a jugarse al tenis, ha ganado 21 partidos en arcilla y ya tiene 42 en lo que va de temporada en todas las superficies.
“No esperaba este resultado en Roland Garros aunque venía con mucha confianza, ganando muchos partidos. Ahora me siento feliz, contenta de cómo estoy llevando todo esto. Son experiencias nuevas para mí, me ha ayudado centrarme en cada partido, a no mirar el contexto, a centrarme en lo que hago yo cada partido”, aseguró.
Podoroska se siente mentalmente más preparada ahora para afrontar los duelos, en parte al trabajo psicológico que hace con un preparador adepto de las técnicas del budismo zen.
“Hoy me ayudó a sacar el partido del contexto, de que eran unos octavos, que podía llegar a cuartos, las excusas del viento, los nervios,... En lugar de verlo desde la queja pude ser positiva, estar en el presente, aprovechar cada pequeña oportunidad que tenía. Todo eso lo he aprendido desde el lado del zen. Son cosas que he aprendido para fuera de la cancha que me sirven dentro”, aseguró.
“Tengo mucha confianza en lo que estoy haciendo dentro de la cancha, seguridad de tener claro lo que hago. Confío mucho en lo que hago”, asegura la tenista, que ahora mira los años pasados y se acuerda de toda la gente que le ayudó.
Podoroska juega con decisión, que ella toma el buen momento que atraviesa, lo que le da seguridad para afrontar a las rivales y a las condiciones, que fueron muy ventosas en su partido de ayer.
Ahora se medirá contra la ucraniana Elina Svitolina, tercera favorita, de 26 años, que viene de ganar el torneo de Estrasburgo y que disputará los cuartos de Roland Garros por tercera ocasión, tras haber jugado el año pasado las semifinales de Wimbledon y del Abierto de Estados Unidos.
“Va a ser un partido muy complicado, ella tiene mucha experiencia, viene de ganar un torneo la semana pasada. Pero voy a pensar menos en ella y enfocarme en mí”, afirmó.
 

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