Sabía por dónde iba a pasar y la esperó, agazapado cual animal vela por su "presa". Antes del mediodía del jueves último, Oscar Emanuel Rodríguez de 25 años atacó de manera salvaje a su expareja, también de 25 años, cuando la víctima pasaba por un terreno baldío ubicado en pasaje Las Nieves y Humahuaca de La Merced. Tras los desaforados gritos de la mujer, el sujeto escapó del lugar y segundos más tarde trató de quitarse la vida. Según fuentes del caso consultadas por El Tribuno, se trató de un ataque con aristas pasionales dado que él no aceptaba la separación.
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Sabía por dónde iba a pasar y la esperó, agazapado cual animal vela por su "presa". Antes del mediodía del jueves último, Oscar Emanuel Rodríguez de 25 años atacó de manera salvaje a su expareja, también de 25 años, cuando la víctima pasaba por un terreno baldío ubicado en pasaje Las Nieves y Humahuaca de La Merced. Tras los desaforados gritos de la mujer, el sujeto escapó del lugar y segundos más tarde trató de quitarse la vida. Según fuentes del caso consultadas por El Tribuno, se trató de un ataque con aristas pasionales dado que él no aceptaba la separación.
El hecho que consternó a los vecinos de La Merced dejó a una joven madre en grave estado de salud, el jueves por la noche la sacaron del quirófano y según los profesionales médicos está con respirador artificial y pronóstico reservado. Junto a su expareja y agresor tienen una niña de 3 años, la fuente consultada sostuvo que hacía un tiempo habían terminado con la relación y al parecer era una situación que mantenía en estado de alerta casi permanente al sujeto.
"No aceptó nunca tener que alejarse de su exmujer, desde que decidieron romper él no dejó de perseguirla y andar por atrás de ella", apuntó una persona cercana al círculo íntimo de la víctima.
La obsesión de Oscar Rodríguez por volver con su ex y no aceptar la ruptura de la pareja lo llevó a planificar el cruento asesinato de la madre de su hijo. Intento de femicidio que en el momento del hecho no prosperó y mantiene con esperanzas de vida a la víctima, quien lucha por sobrevivir en el hospital San Bernardo.
Previo a perpetrar el frustrado crimen de su expareja y posterior intento de suicidio, el hombre que actualmente se encuentra bajo revisión médica y bajo custodia policial, decidió escribir una especie de carta donde se despide de sus seres queridos, exponer la situación que lo atraviesa emocionalmente y habría dejado plasmado el intento de femicidio que luego ejecutó contra su ex.
Cuando la joven madre volvía de trabajar el agresor esperaba por ella en el baldío mencionado, sabía que iba a pasar por ese lugar, una zona poco frecuentada y donde la víctima iba a estar indefensa. Así fue, la sorprendió y con un arma blanca (cuchillo) le encestó al menos siete puñaladas en distintas partes del cuerpo, uno de los puntazos impactó en la zona del cuello, se trataría de la lesión que más complicó la salud de la mujer.
Violencia extrema
Por el momento se desconocen los motivos que condujeron a la separación, sin embargo se trata de uno de los típicos casos de violencia de género donde la mujer pasa a ser objeto por parte del hombre, algo que le pertenece y no puede disociarse de él. El sujeto la piensa como de su propiedad, de su exclusividad, algo que solo sirve para satisfacer las necesidades de su pareja, del victimario. Circunstancias que genera un vínculo de sometimiento en perjuicio de la mujer. Una vez que la relación se rompe, el sujeto buscará por todas sus formas recomponerla hasta librar una suerte de ataque final con graves consecuencias. Se circunscriben a dicha relación las discusiones verbales, violencia física, amenazas y el peor final. El hombre cree ser dueño de la voluntad de su ex y disponer de su vida.