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Cecilia Flores: “Fue duro el inicio en Silicon Valley, hay que salir de la zona de confort”

La salteña que triunfa en el mundo de la innovación.
Jueves, 19 de noviembre de 2020 02:16

Cecilia Flores tiene en su ADN innovación, liderazgo y esa dinámica que es propia de los emprendedores que salen a ganarse el mundo. Literalmente ella lo está logrando. La salteña cosecha cada vez más aplausos en Silicon Valley, Estados Unidos, y en el resto del mundo con la “startup” Webee. Cecilia es cofundadora de la compañía tecnológica junto a su esposo Lucas Funes. Dieron sus primeros pasos en Córdoba, en 2013, y ahora tienen una proyección de crecimiento exponencial. 
Su empresa trabaja con el concepto de internet de las cosas. Brinda soluciones e innovación, con el manejo de data en los procesos, a empresas del agro y a las manufactureras de alimentos. Hoy, Cecilia será una de las principales oradoras en la Experiencia IDEA Management, que se realizará esta tarde de manera virtual. 
A mitad de año, la salteña ganó el concurso “Female Founders Competition”, organizado por M12 Venture Capital de Microsoft, con Mayfield y Pivotal Ventures. Es la primera vez que una latinoamericana accede a ese galardón. 
En diálogo exclusivo con El Tribuno, Cecilia habló sobre liderazgo, innovación, el efecto de la pandemia y su experiencia en Silicon Valley.
 
Su empresa es modelo en el mundo. ¿Cómo empezó este proyecto que llamaron Webee?
Es lindo poder compartir con los salteños mi historia. Nosotros fundamos la compañía en 2013. Lucas (Funes), que es mi cofundador y esposo, es ingeniero electrónico. Él venía trabajando con algunos conceptos de internet de las cosas. Cuando empezamos a analizar la idea de tener una compañía, surgió esta necesidad: ¿por qué no crear tecnologías que puedan resolver problemas del mundo? Apuntamos a darle un enfoque que no solo tenga que ver con la innovación tecnológica sino también con la sustentabilidad; así creamos Webee. La idea fue hacer que las tecnologías emergentes puedan ser accesibles para organizaciones e individuos de cualquier geografía del mundo y con cualquier poder adquisitivo. 
Unos años después nos vinimos a Estados Unidos, donde relocalizamos las operaciones de desarrollo del negocio. No obstante, nuestro equipo de ingeniería sigue en Argentina, en Córdoba principalmente. El coronavirus nos permitió tener cierta flexibilidad este año y hay personas en otros puntos del país o sumamos gente de otros lugares. Estamos muy contentos con el progreso de la compañía.

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Cecilia Flores tiene en su ADN innovación, liderazgo y esa dinámica que es propia de los emprendedores que salen a ganarse el mundo. Literalmente ella lo está logrando. La salteña cosecha cada vez más aplausos en Silicon Valley, Estados Unidos, y en el resto del mundo con la “startup” Webee. Cecilia es cofundadora de la compañía tecnológica junto a su esposo Lucas Funes. Dieron sus primeros pasos en Córdoba, en 2013, y ahora tienen una proyección de crecimiento exponencial. 
Su empresa trabaja con el concepto de internet de las cosas. Brinda soluciones e innovación, con el manejo de data en los procesos, a empresas del agro y a las manufactureras de alimentos. Hoy, Cecilia será una de las principales oradoras en la Experiencia IDEA Management, que se realizará esta tarde de manera virtual. 
A mitad de año, la salteña ganó el concurso “Female Founders Competition”, organizado por M12 Venture Capital de Microsoft, con Mayfield y Pivotal Ventures. Es la primera vez que una latinoamericana accede a ese galardón. 
En diálogo exclusivo con El Tribuno, Cecilia habló sobre liderazgo, innovación, el efecto de la pandemia y su experiencia en Silicon Valley.
 
Su empresa es modelo en el mundo. ¿Cómo empezó este proyecto que llamaron Webee?
Es lindo poder compartir con los salteños mi historia. Nosotros fundamos la compañía en 2013. Lucas (Funes), que es mi cofundador y esposo, es ingeniero electrónico. Él venía trabajando con algunos conceptos de internet de las cosas. Cuando empezamos a analizar la idea de tener una compañía, surgió esta necesidad: ¿por qué no crear tecnologías que puedan resolver problemas del mundo? Apuntamos a darle un enfoque que no solo tenga que ver con la innovación tecnológica sino también con la sustentabilidad; así creamos Webee. La idea fue hacer que las tecnologías emergentes puedan ser accesibles para organizaciones e individuos de cualquier geografía del mundo y con cualquier poder adquisitivo. 
Unos años después nos vinimos a Estados Unidos, donde relocalizamos las operaciones de desarrollo del negocio. No obstante, nuestro equipo de ingeniería sigue en Argentina, en Córdoba principalmente. El coronavirus nos permitió tener cierta flexibilidad este año y hay personas en otros puntos del país o sumamos gente de otros lugares. Estamos muy contentos con el progreso de la compañía.

“Realizamos un esfuerzo en explicar lo importante que es adoptar la tecnología, porque no son modas”.


 ¿Cuál fue la clave del éxito de esta innovadora startup? Les tocó crecer en tiempos complejos. 
Siempre que me preguntan eso digo que es una mezcla de cosas. Con el tiempo uno mira atrás y se va dando cuenta de ciertas decisiones que fue tomando, que lograron el crecimiento de la compañía. Lo primero fue entender nuestro mercado, eso es muy importante para los emprendedores. A veces se subestima esto. Se debe tener muy claro a quién te dirigís y cuál es el ámbito en el que vas a desarrollar tu negocio. Al tratarse de tecnologías disruptivas, cuando estás en nuevos segmentos de mercados es muy complejo porque no encontrás esa gente que entienda muy bien el lenguaje que estás hablando. Por eso, naturalmente se dio nuestra llegada a Silicon Valley, porque fue el ecosistema que entendía lo que queríamos hacer. Eso sucede de manera natural. Claro que realizamos una serie de pasos antes. Intentamos lograrlo en Argentina, nos costó levantar capital, es una industria muy intensiva en términos de capital. Después queríamos probar la idea en un mercado global. Estados Unidos es un mercado muy grande y tiene mucha representatividad en lo que es innovación. Creo que la clave fue escuchar a nuestro mercado, lo que nos iba dictando, lo que iba pasando con la tecnología. Entonces nos animamos a dar más pasos. Como emprendedor siempre es difícil salir de la zona de confort. Uno está en su lugar que conoce, pero siempre la misión que nos pusimos como compañía fue más salir de esa comodidad personal, nos fuimos animando a más. 

¿Cómo fue el primer acercamiento con sus clientes? Me imagino una primera etapa complicada, ya que el servicio que ofrecen es disruptivo, no es algo convencional para una empresa. 
Aún sigue siendo complicado. Nosotros estamos enfocados en la industria del agro y de la manufactura de alimentos, que son muy tradicionales. No hay tanto conocimiento tecnológico porque simplemente el negocio es otro. Realizamos un esfuerzo extra en explicar lo importante que es adoptar la tecnología, porque no son modas, sino que son formas de mejorar los procesos que de alguna forma hoy no pueden ser más eficientes. Siempre pongo el ejemplo de las redes sociales. Cuando hace trece o catorce años hablabas de Facebook o Twitter, te miraban como que era una moda, que era para la gente joven. Un par de años después vemos que estamos totalmente atravesados por las redes sociales. Hoy son parte crítica de la estrategia de cualquier empresa. Con la inteligencia artificial, pasó algo similar
Ahora con el internet de las cosas algunos sienten que es prescindible, que no es necesario para mejorar. Pero cada vez se va dando más la adopción, ya que las compañías y las organizaciones van perdiendo competitividad. El que no puede medir su gestión, no puede mejorarla. Esa es la premisa para el funcionamiento de esta tecnología.

“A veces perdemos mucha gente en el camino, porque el ritmo del cambio es muy abrumador”.
 

 

Hay un cambio conceptual detrás de lo que ustedes ofrecen...
Exactamente. Tiene que ver con entender mejorar los procesos. Preexiste la concepción de que la tecnología viene a reemplazar el trabajo del hombre. En realidad lo que esta tecnología viene a hacer es más que nada darnos accesos a información que no podríamos tener de otra forma. Por más que nosotros tengamos a una persona mirando a todo un proceso, los volúmenes de data que se generan en esos procesos, el ser humano es incapaz de procesar o abrir esa data para encontrar la eficiencia. Te doy en un caso concreto. Nosotros trabajamos en la salud del animal . Hay muchos patrones escondidos en el comportamiento de un animal que dan indicadores de cómo va la producción agropecuaria. Hablemos puntualmente de vacas o pollos, casos que estamos trabajando. Cuando uno puede monitorear ciertas cosas, mirando la data para atrás, la histórica, te da patrones que no te habías dado cuenta porque no tenías realmente acceso a esa información. Las personas que trabajan con el proceso conocen muy de cerca y son críticos para poder hacer la lectura de la data. Pero juntar esa información y poder procesarla es algo que esta tecnología viene a ofrecer. 

  Cecilia Flores

¿Les costó encontrar profesionales que tengan bien aceitado todo este trabajo?
Siempre es un desafío porque esto es muy nuevo. Nuestra compañía tiene la particularidad de requerir distintas habilidades. Están las del negocio, que son más sencillas de alguna forma. En cuanto al software, hay gente más especializada, pero cuando nos vamos metiendo más profundo en lo que es la tecnología y la ingeniería de la tecnología, hay áreas en las cuales no se encuentra gente que haya trabajado en el tema. En muchos casos, nosotros entrenamos a nuestros ingenieros que vienen de tecnologías similares. Es muy interesante entender cómo funciona el desarrollo del software. El nivel de conocimientos de una tecnología se mide diferente a otra experiencia en términos generales. En un puesto puntual uno puede decir que se tiene experiencia en cuatro años y eso te convierte en alguien “senior”. En tecnología, seis meses ya es un montón de experiencia. Nosotros ponemos una cuota adicional en preparar a la gente y darle más herramientas, siempre estamos innovando. 

Hay una premisa que la innovación empieza desde lo organizacional para luego trasladarlo a un producto o servicio. ¿Cómo fue ese proceso?
Creo que como líderes es el desafío más grande. La innovación atraviesa básicamente a nuestra compañía por la naturaleza de nuestro negocio, por el ambiente externo, por la situación contextual de hoy. 
Nuestro desafío es cómo hacer para que el equipo nos acompañe. Y perdemos mucha gente en el camino a veces porque el ritmo del cambio es muy abrumador. A veces uno está más acostumbrado a trabajar en algo muy puntual, que puede prolongarse en el tiempo. Cuando tenés mapas de trabajo que cambian cada dos o tres semanas es distinto. Nuestra responsabilidad es darle las herramientas para que lo puedan hacer y alentarlos a que saquen más de ellos mismos. Ese es el desafío más grande, cómo hacer para que la gente se sume, se sume al propósito de la compañía y entienda este dinamismo como una parte necesaria para lograr el progreso.
 
Fuiste galardonada con el “Female Founders Competition”. ¿Sos consciente de lo que lograste?, ¿del peso que tiene esto? 
Sí, se siente un poco. Yo tengo un sentido muy grande de la responsabilidad con la gente y veo lo que significa ganar un premio de estas características, haber creado esta empresa y estar donde estamos hoy. Observé la reacción de la gente joven, que está pensando en el futuro, que está queriendo emprender, es una responsabilidad que siento... Yo comparto la historia de lo que implica emprender y, así, poder servir de ejemplo de las buenas prácticas. Que la gente vea cómo funciona el camino emprendedor, desmitificar quizás la magia que hay alrededor de Silicon Valley, no todo es fácil. Hay mucho trabajo duro, como en cualquier área de la vida. Pero siento una responsabilidad muy grande, principalmente, por el ejemplo para la gente joven que mira nuestro caso y mi caso en particular.

¿Cómo fue la experiencia inicial en Silicon Valley? 
La cultura americana de trabajo es distinta, muy agresiva; y en Silicon Valley es más. Aquí están las empresas más grandes del mundo, los emprendedores más inteligentes, todos tratando de llevar la innovación al próximo nivel. A veces lo que pasa es que aceleramos demasiado y no nos damos cuenta de que el mundo va un poquito más lento. Está muy bueno enfocarse en el futuro lejano pero también tenemos que pensar en el futuro inmediato. Es importante agregar valor en la innovación tecnológica, pero también lo es que esto se pueda insertar en el mundo. 
Al comienzo en Silicon Valley fue muy duro, nosotros no queríamos venir. Nuestra primera llegada a Estados Unidos fue en Florida, en Miami, pero realmente la naturaleza del negocio nos empujó. Este lugar te da mucho dinamismo, la retroalimentación es muy directa. Quizá los latinos no estamos muy acostumbrados a eso, a que alguien nos diga que tu idea no funciona, que tu modelo de negocios está equivocado, que tenés que cambiar esto o aquello. Después entendés que es parte del dinamismo. Siempre hay alguien que tiene una idea mejor que la tuya, siempre hay alguien que tiene un complemento mejor que el tuyo. Y eso sigue siendo desafiante todos los días.
 
¿Cómo impactó la pandemia en Webee más allá del home office? ¿Qué cambios trajo?
En un primer momento todas las compañías trataron de tener las habilidades para adaptarse a la situación de emergencia. Luego de dos meses, rápidamente vimos cómo resurgió la necesidad de nuestra solución. Nuestra tecnología permite controlar los procesos de manera remota. Las fábricas de alimentos, por ejemplo, tienen muchos trabajadores en un espacio cerrado. Entonces, nuestra solución vino como un complemento muy bueno porque pudieron reducir la cantidad de gente en planta. Y nosotros pudimos asistirlos en los procesos de la manera que era necesaria. En cuanto al negocio, la pandemia aceleró nuestras ideas. Dejó en evidencia la necesidad de poder acceder de una manera más automatizada a ciertos procesos, sobre todo cuando son críticos en la producción. La industria de la alimentación fue una de las más golpeadas al comienzo porque había que garantizar la cadena de suministro de una industria compleja, porque hay muchos intermediarios entre el productor y la mesa del cliente. Nosotros nos sentimos con la responsabilidad de ayudar con la tecnología a ir superando lo que iban pasando. Aquí en California, los productores de frutas y verduras producían pero no tenían a nadie que buscara los alimentos. Lo que hicimos fue ayudarlos a encontrar centros de distribución que tuvieran capacidad ociosa para poder recibir ese alimento y garantizar que llegaran a los puntos de venta.
 
En cuanto al liderazgo, acentuabas en la responsabilidad, ¿crees que la pandemia trajo algunas nuevas habilidades para los líderes?
Sí, muchas. La importancia de la responsabilidad con tu equipo va mucho más allá de la función que cumple la gente. Ser más comprometidos con la realidad diaria que les toca vivir y con lo que esta pandemia implicó en lo personal. Lo podríamos resumir en la empatía, es una habilidad de los líderes pero hoy la pandemia la acentúa. Hay que ser más empático con nuestra gente, con nuestros clientes, con el entorno en general. Para darte un ejemplo, bajamos a un tercio el precio de nuestro producto con respecto a lo que salía antes para que los productores pudieran adaptarlo y usar la tecnología. Esto es una forma de empatía, de entender lo que estaba pasando y entender como nosotros podemos ser una solución. Nos tocó del lado de la tecnología no sufrir el impacto quizá del negocio, entonces tratamos de usar eso para ayudar a la gente del ecosistema. Creo que el concepto de ecosistema o comunidad mejoró un montón. Eso como líderes nos obliga a dar un paso más allá.
 
¿Cuáles son sus proyecciones de crecimiento? ¿En qué países avanzaron?
Este año tuvimos que frenar un poco el crecimiento. Cuando pasás de un tamaño de empresa a otro, das saltos muy altos. Entonces fuimos progresivamente creciendo para reducir la fricción que tienen ciertos sectores con la tecnología, generar productos para que se puedan adaptar y adoptar de manera más rápida. Estamos trabajando en Argentina, Chile, México, Japón, otros lugares de Asia y Estados Unidos. Nuestra proyección de crecimiento es muy grande para el año que viene, todos esperando que las empresas puedan tomar sus planes de largo plazo. La expectativa es muy grande. 
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