El 7 de junio de 2021 se cumplirán doscientos años del fallecimiento del general Martín Miguel de Güemes y el escritor Fabio Pérez Paz se anticipa a este acontecimiento consciente de que habrá en el aula una búsqueda de material didáctico con el que maestras y estudiantes puedan abordar la vida y obra, el genio y figura del hombre que con sus infernales rechazó nueve invasiones españolas y que está recuperando su sitial como mártir de la patria y prócer nacional. El libro “Martín Güemes, mi gran amigo”, de Pérez Paz, dividido en ocho capítulos, tuvo su germen en un dato que el periodista, poeta e historiador César Fermín Perdiguero puso en su obra “Cosas de la Salta de antes”. Allí consignó que Francisca Eusebia Güemes Castro, nieta de Martín Miguel, hija de su segundo hijo Luis y más conocida como Panchita, había mantenido conversaciones de niña con el Viejo Barros, un gran amigo del general que conocía al detalle la gesta güemesiana, para saber de primera mano cómo había sido su célebre abuelo. Estas son las charlas que Pérez Paz imaginó y recuperó para la infancia de hoy en una virtuosa miscelánea de datos rigurosos e ingredientes ficcionales que llega al lector después de la lectura atenta del Dr. Ricardo N. Alonso, miembro de la Academia Güemesiana de Salta, y el Prof. Carlos Alberto Samoral. Entre sus páginas los episodios más salientes de la vida de Güemes que lo pintan en amenos trazos como militar, gobernador, esposo y padre.
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El 7 de junio de 2021 se cumplirán doscientos años del fallecimiento del general Martín Miguel de Güemes y el escritor Fabio Pérez Paz se anticipa a este acontecimiento consciente de que habrá en el aula una búsqueda de material didáctico con el que maestras y estudiantes puedan abordar la vida y obra, el genio y figura del hombre que con sus infernales rechazó nueve invasiones españolas y que está recuperando su sitial como mártir de la patria y prócer nacional. El libro “Martín Güemes, mi gran amigo”, de Pérez Paz, dividido en ocho capítulos, tuvo su germen en un dato que el periodista, poeta e historiador César Fermín Perdiguero puso en su obra “Cosas de la Salta de antes”. Allí consignó que Francisca Eusebia Güemes Castro, nieta de Martín Miguel, hija de su segundo hijo Luis y más conocida como Panchita, había mantenido conversaciones de niña con el Viejo Barros, un gran amigo del general que conocía al detalle la gesta güemesiana, para saber de primera mano cómo había sido su célebre abuelo. Estas son las charlas que Pérez Paz imaginó y recuperó para la infancia de hoy en una virtuosa miscelánea de datos rigurosos e ingredientes ficcionales que llega al lector después de la lectura atenta del Dr. Ricardo N. Alonso, miembro de la Academia Güemesiana de Salta, y el Prof. Carlos Alberto Samoral. Entre sus páginas los episodios más salientes de la vida de Güemes que lo pintan en amenos trazos como militar, gobernador, esposo y padre.
¿Cómo te contaron a vos de niño la historia de Güemes y qué imágenes sobre él no te abandonan desde entonces?
Tengo un recuerdo muy lejano de mi infancia de haber visto no sé si un documental o en uno de esos noticieros que pasaban en el cine previo a la transmisión de las películas: la escena de Güemes entrando al Río de la Plata, que es como un gran mar, con sus soldados durante las invasiones inglesas. Con su gran cuerpo de caballería tomaron el buque Justina. Lo estaba viendo con mi papá y él me contó quién era el general, lo básico, y qué hacía ese aventurero originario del Norte cruzando un río al punto de ahogar a los caballos para abordar un buque. Pienso que fue el punto de partida de mi admiración hacia Güemes. Por otro lado, de niño tenía libros sobre San Martín y Belgrano, si bien no eran destinados para niños y jóvenes. De adulto empecé a buscar material sobre Güemes y no es que no haya textos acerca de él, pero sí pocos, y yo siempre escribo lo que me habría gustado leer cuando era chico.
¿Entre tanta búsqueda de mitos y leyendas cómo se iba colando la figura de Güemes?
En el programa de televisión al hablar de la historia del Norte estaba siempre presente en sus hazañas y las curiosidades. Por eso cuando más aprendí sobre él fue al entrevistar a académicos, historiadores y profesores, a los propios parientes de Güemes, que hoy están vivos y siguen luchando por mantener viva su memoria. Así me entero de sus proezas. En “Duende Amigo” había publicado un capítulo sobre la Guerra Gaucha y como veía que se venía acercando el 2021 se me cruzó la idea de escribir un libro sobre Güemes, aunque el punto crucial fue el saber de las charlas entre la nieta del general y el Viejo Barros.
Hay una característica en la construcción de tus relatos, que es aquel diálogo intergeneracional que siempre propiciás entre personajes niños y adultos mayores. ¿Por qué te parece que funciona este recurso?
Es una técnica que usan en los periódicos financieros, el diálogo imaginario. Yo la adopto en mis libros y me gusta que sea un abuelo el que cuente la historia, porque los abuelos son los que realmente atrapan la atención de los niños a la hora de que les cuenten una historia, quizá más que los padres. Es un libro pequeño con mucho contenido histórico y me parecía que el relato debía hacerse en ese tono cariñoso.
¿Cuál fue el derrotero de tu investigación preliminar sobre Güemes y qué datos que desconocías sobre él te sorprendieron?
A la larga me fui enterando de por qué la bandera y el escudo de Salta tienen una estrella de seis puntas y que había sido un premio a Güemes por la actuación en la tercera defensa de Salta (cada punta representa a Martín Miguel de Güemes, Luis Burela, Pedro José Zabala, Juan Antonio Rojas, Apolinario Saravia y Mariano Morales, los seis héroes que repelieron la tercera de las nueve invasiones realistas, a mando del general José de la Serna. Para premiarlos fue que el general Manuel Belgrano diseñó la estrella militar de seis puntas).
Algo que me indignó todos estos años y sobre todo los últimos, cuando más fui aprendiendo sobre Güemes, fueron todas las patrañas que hay en torno de la muerte del general, de cómo fue herido y en qué situación fue sorprendido y emboscado, como el relato, avalado por los mismos salteños, de que él estaba siendo infiel a su esposa y en la casa de una mujer casada cuando fue sorprendido por el marido de esta y por ello atacado y muerto, y que nada tiene que ver con la historia. Quería dejarles bien en claro ese episodio para que los niños de hoy tengan un argumento para desmentir esta historia, tan instalada todavía.