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Ni San Paolo, ni San Genaro, el estadio será para “San Diego”

En el equipo del barrio de Fuorigrotta el “10” logró 5 títulos. Quien ama no olvida.
Miércoles, 25 de noviembre de 2020 22:53

Caminar por las calles de Nápoles puede resultar un caos. La ciudad más poblada del sur de Italia parece más sudamericana que europea por su desorden y también por la pasión de sus habitantes. Es extremadamente católica y por eso no sorprende que hasta ayer el estadio del equipo principal de la ciudad, Napoli, se haya llamado San Paolo (por Pablo de Tarso). Desde hoy será para “San Diego”.

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Caminar por las calles de Nápoles puede resultar un caos. La ciudad más poblada del sur de Italia parece más sudamericana que europea por su desorden y también por la pasión de sus habitantes. Es extremadamente católica y por eso no sorprende que hasta ayer el estadio del equipo principal de la ciudad, Napoli, se haya llamado San Paolo (por Pablo de Tarso). Desde hoy será para “San Diego”.


Genaro de Nápoles, o San Genaro, era hasta ayer el patrono principal de la ciudad. Detrás de San Genaro y San Paolo aparecía el nombre de Diego Armando Maradona, el héroe contemporáneo que se “vengó” del norte poderoso y dejó al sur pobre en lo más alto del “calcio”. Ayer, este número 10 gambeteó a los dos santos y los dejó en el camino, como si fuesen dos ingleses, para transformarse en la primera leyenda del pueblo napolitano. Luigi de Magistris, alcalde de la ciudad, ya avisó que el estadio ya no se llamará San Paolo, tampoco San Genaro. Sí, Diego Armando Maradona.

En el equipo que hace de local en el barrio de Fuorigrotta, Maradona logró cinco títulos, entre los cuales se encuentran los únicos dos Scudettos de la historia del club y su único título internacional (la Copa de la UEFA, actualmente la UEFA Europa League). Jugó desde 1984 a 1992, menos de ocho años. Hoy, a 28 años de su ida, los napolitanos cuentan que siguen enamorados de él porque “Chi ama non dimentica (quien ama no olvida)”.

El mito de Maradona se extiende a lo largo y ancho de Nápoles desde hace más de 30 años. Por sus calles se pueden encontrar desde muñecos a diarios de la época, pero lo que más llama la atención son los murales que cubren edificios completos y un santuario en el Bar Nilo, una cafetería que guarda un cabello del astro argentino.

La comparación entre Dios y Maradona se puede apreciar en pintadas y también en pequeños altares donde jugadores le rezan a una figura de Diego con la camiseta argentina.

“Un título de Napoli vale más que diez títulos de la Juventus” y “Napoli vive para ganarle a la Juve”, son frases que repiten una y otra vez sus hinchas, por eso el día que el pueblo napolitano se enamoró definitivamente del argentino fue el 3 de noviembre de 1985. No fue un título, sino un triunfazo del equipo del sur ante el poderoso del norte con un gol inolvidable, de tiro libre, de Maradona.
Un año y medio más tarde, el 10 de mayo de 1987, logró lo impensado por ese entonces, el primer título junto a Napoli y la emoción fue tan grande que un grupo de hinchas fue hasta el cementerio local y desplegó un cartel que decía: “No saben lo que se perdieron”.

El escritor Maurizio de Giovanni describió ese día como único en la historia del sur italiano. “Habría un millón de personas. Un millón. No hubo ni siquiera un incidente. No hubo ni un herido, ni mucho menos un muerto. El único momento de comunión total fue aquel.
Estábamos en las portadas de todos los periódicos del mundo, y no era por malos motivos, por primera vez”, dijo, emocionado en el documental “Ciudad de Diego”, que se emitió por ESPN. Las palabras del escritor no fueron exageradas porque, hasta entonces, el único motivo por el cual se mencionaba a Nápoles era a causa del narcotráfico o la mafia. 

“La mafia y el crimen organizado llenaron un hueco dejado por el Estado y Nápoles era una ciudad decadente como nunca lo había sido, muy maltratada”, reconoció de Giovanni.
Lo que Maradona hizo en Nápoles no se repitió jamás y por eso el pueblo llora su pérdida como si Diego hubiese nacido en esas tierras y no en Villa Fiorito y el estadio llevará su nombre como el de Argentinos Juniors, el club que lo vio nacer.
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