Lula González es una periodista salteña a quien el destino la encontró en Buenos Aires, donde vive desde hace unos años, en la cobertura de los acontecimientos por la muerte de Diego Armando Maradona. Con todas sus contradicciones, con la metáfora a cuestas, con lo humano que fue su endiosamiento se encontró en la calle, en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, con la hinchada de Boca Juniors, cantando de alegría en el funeral que quedará en la historia argentina. Otro ejemplo: habla en presente de una persona que ya murió.
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Lula González es una periodista salteña a quien el destino la encontró en Buenos Aires, donde vive desde hace unos años, en la cobertura de los acontecimientos por la muerte de Diego Armando Maradona. Con todas sus contradicciones, con la metáfora a cuestas, con lo humano que fue su endiosamiento se encontró en la calle, en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, con la hinchada de Boca Juniors, cantando de alegría en el funeral que quedará en la historia argentina. Otro ejemplo: habla en presente de una persona que ya murió.
"Era como que a mí se me murió un familiar. Asistí en funeral de alguien de la familia. Quizás por que mi papá me contaba sobre Diego, o mis hermanos que jugaban a ser Maradona. El Diego siempre estuvo en mi familia, y eso que yo era chiquita. Y de pronto me veo en la cobertura de su funeral con el pueblo tomando las calles, con la Doce que llegó a las 12, con esa contradicciones maradonianas que son ilógicas y en consecuencia sin explicaciones, como el amor, como la alegría, como la muerte, como nosotros los argentinos; así somos. Con todo ese amor popular uno no puede sentir conmovido e interpelado. Cuando surgen los cuestionamientos y me parece que es porque Diego son las contradicciones que al fin y al cabo nos hacen como argentinos. Es todo sorprendente, se subieron a la estatua del San Martín y le pintaron la 10 en la espalda. Hay tantas lecturas de eso que el hecho noticioso se convierte en una maravilla", dijo la periodista con piel de gallina.
Como está en el "oficio más lindo del mundo" dijo: "fue una experiencia increíble esa fiesta en Plaza de Mayo, con la Doce tocando el Himno Nacional Argentino saltando como le gustaba a Diego con los vendedores ambulantes, los trabajadores, los tipos más grandes, los más chicos, las mujeres, todes llorando, un pueblo con tristeza y bailando. Eso no es cosa que se vea todos los días y menos para alguien como yo que vengo de Salta. Es como que de pronto se acabó la pandemia, como que todos salieron y es quizás como dijo un amigo: Diego nos regaló hasta la oportunidad de volver a tomar las calles", dijo Lula emocionada por la experiencia.